La plataforma Málaga para Vivir convocó para este sábado 9 de noviembre a una segunda movilización en defensa del derecho a la vivienda y por la rebaja en los alquileres. La primera de ellas, a fines de junio, contó con la participación de alrededor de 25 mil personas, una de las más masivas de los últimos tiempos en la ciudad andaluza.

La jornada del 9 en Málaga se inscribe en un proceso más abarcativo. En Madrid, decenas de miles de personas se movilizaron el día 13 de octubre por el mismo problema y están en preparación iniciativas en otras comunidades autónomas.

En una rueda de prensa para anunciar la manifestación, los portavoces de Málaga para Vivir denunciaron que el modelo de “turistificación” y especulación inmobiliaria en la ciudad condujo a una elevación dramática de los alquileres y del costo de vida que redunda en el desplazamiento de los vecinos de sus barrios y cambia completamente la identidad de los mismos. “Es un modelo de ciudad que nos condena a la expulsión”, sintetizó Carlos Aceituno, uno de los dos portavoces del colectivo.

La rueda de prensa se realizó al aire libre, en el barrio Lagunillas, uno de los más afectados por el proceso de turistificación, donde alrededor del 70 por ciento de las viviendas se destinan a esos fines y los comercios tradicionales han sido reemplazados por otros más acordes con el turismo. Ester Rodriguez, la otra de las portavoces del movimiento, indicó a los medios presentes que el responsable de esta situación es un sistema social que antepone el lucro privado a las necesidades populares. “Si nos echan de los barrios, paramos la ciudad”, dijo, en referencia a la jornada del 9, que ha sido precedida por asambleas organizativas en barrios como Huelin, El Palo, La Luz, Ciudad Jardín, campus universitario Teatinos, campus universitario El Ejido, y distrito Centro en la Invisible, con la presencia de cientos de vecinos.

Tanto el ayuntamiento y el gobierno regional, en manos del Partido Popular, como el gobierno central de Pedro Sánchez, del PSOE, son impulsores de las políticas que disparan el precio de los alquileres y perjudican a la población trabajadora.

El 9 se hará oír también la solidaridad con el pueblo valenciano, el más afectado por la reciente DaNa, que casi en simultáneo se estará movilizando para reclamar la dimisión del gobierno autonómico de Mazón, que emitió la alerta de emergencia con doce horas de demora, entre otras decisiones negligentes que agravaron la catástrofe. Frente a los gobiernos capitalistas, la clave pasa por la organización y movilización popular.