Handal, el pollo derechista de Izquierda Unida

Con la designación del exlíder guerrillero Schafick Handal como candidato presidencial del Farabundo Martí para las elecciones de marzo de 2004, ha culminado el proceso de las “internas” salvadoreñas. Poco antes habían tenido lugar las de Arena, el partido derechista, fundado por los “paramilitares”. Ambos partidos vienen disputándose el gobierno desde los acuerdos “estabilizadores” que siguieron a la guerra civil de los ’80. En verdad, conforman un régimen bipartidario completamente sometido al imperialismo, similar al de Nicaragua, entre el sandinismo y el gobierno derechista. La nominación de Handal ha sido calurosamente saludada por el PC argentino (Propuesta, 31/7).


El FMLN gobierna casi 80 municipios – un tercio de los que tiene el país-, con más de dos tercios de la población, “entre ellos los más poblados y económicamente más importantes” (Chile Hoy, 20/11/02).


Cuando, en noviembre pasado, el FMLN arrancó casi el 40% de los votos en las parlamentarias y municipales, contra menos del 37% de Arena, Handal declaró, según esa revista, “en medio de una carcajada”, que “los resultados de este triunfo son una especie de Crónica de una muerte anunciada de la derecha, pero, aunque parezca paradójico, no quisiera que muriera por el bien de la democracia”. En esas elecciones el FMLN “ganó 8 de las capitales provinciales, así como 12 de los 19 municipios que rodean la capital” (ídem).


Inmediatamente después de la “interna”, el FMLN envió a Washington a Julio Hernández, otro ex comandante guerrillero que, desde 1992, es magistrado del Tribunal Supremo Electoral. Según Proceso (3/8), de México, “en el Pentágno el encuentro fue calificado como histórico”. Hernández declaró en una entrevista concedida a ese medio que “nadie en el frente está cuestionando la permanencia del Centro (yanqui) de Monitoreo contra la narcoactividad que está situado en la base aérea de Comalapa” y que “a Estados Unidos le interesan los países gobernables, con cierta estabilidad, y pensamos que eso es lo que nosotros podemos darle al sistema”. El ex “comandante” explicó en EE.UU. por qué “no veo al FMLN en un plan populista” y cómo “no nos estamos tomando el asunto (de gobernar) a la ligera”: el FMLN – explica – se ha “tomado el tiempo para ir a conversar con organismos multilaterales” (léase FMI, BM, BID, etc.), tras demostrar desde la gestión “en muchas alcaldías” que fue capaz de traspasar escuelas y el cobro de impuestos a la actividad privada (¡!) (ídem).


En El Salvador, los estragos que han realizado los gobiernos “democráticos” derechistas pavimentan desde hace rato el camino a esta “izquierda”. Pero ya en 1994, ni bien ingresó al parlamento, “siete de sus diputados (del FMLN) desertaron y a finales de ese año anunciaron la creación del Partido Demócrata, que se proclamó socialdemócrata, pero en realidad está más cerca de la derecha” (ídem). En enero pasado renunció al FMLN el ya dos veces alcalde de la ciudad capital, Héctor Silva, y se integró al Centro Democrático Unido, otro partido burgués forjado por ex burócratas del FMLN.


De todas las “democracias” continentales, la salvadoreña probablemente es una de las más truchas. En la nación más poblada del itsmo caribeño, jamás votó más del 40% del electorado en cualquiera de los comicios de los últimos 15 años. En las recientes “internas” de Arena se presentaron 11 candidatos y votaron tan sólo algo más de ¡dos mil personas! En las del FMLN lo hicieron poco más de veinte mil, en una votación muy reñida, en la que Handal superó por pocos puntos a su contendiente, Oscar Ortiz, alcalde de Santa Tecla. Hay quienes opinan que el FMLN marcha a una nueva división. Tras su consagración, Handal afirmó que “no tendrán modelos similares a los gobiernos de Cuba, Brasil, México, ni otra nación” (Colatino, 29/7). ¿Quién no recuerda esto mismo en boca de Gutiérrez, de Lula y de tanto impostor latinoamericano?


Si a fines de los ’80, tras los acuerdos de Contadora y Esquípulas, la izquierda “parió” la colaboración contra-revolucionaria que llevó a Centroamérica a su mayor retroceso histórico, ahora se prepara para gobernar y salvar a sus socios derechistas.