Hollywood:Triunfó la huelga de guionistas


"Paramos (la entrega) de los Globos de Oro gracias a la solidaridad de los actores", declaró Jeff Hermanson, uno de los dirigentes de la huelga de guionistas cinematográficos de Hollywood. Esa solidaridad anuncia nuevos frentes de tormenta en el centro mundial de la cinematografía apenas levantada la medida de los escritores, que obtuvieron una victoria casi completa.


Como se sabe, los guionistas cumplieron casi tres meses de huelga porque los pulpos cinematográficos embolsaban limpiamente los enormes ingresos generados por Internet y otros nuevos portales, sin pagar por eso derecho de autor alguno. Ese robo, que la medida de fuerza logró impedir, tenía proyecciones estratégicas con vista al porvenir inmediato: "Como vimos que Internet será el medio comunicación y distribución de nuestros productos en el futuro, tuvimos que hacer una huelga", añadió Hermanson.


El argumento empresarial era propio de piratas: el trabajo intelectual de los escritores, decían, una vez comprado les pertenecía a ellos, a los empresarios, y podían hacer con él lo que quisieran. Eso ya no será así y la victoria de los guionistas establece un antecedente internacional en la materia.


Para que eso fuera posible, la huelga necesitó ser contundente. Dice Hermanson:


"El impacto fue muy grande. Desde el comienzo se acabaron los programas de comedia, casi inmediatamente. Luego, en unas semanas, empezaron a pararse los programas dramáticos, porque ya se habían escrito algunos episodios pero, cuando empezó la huelga, se paró todo… En seis semanas ya no había ningún programa, de comedia ni dramático, en la televisión norteamericana".


En ese punto se hizo sentir la solidaridad de los actores, que dejaron de trabajar en películas muy grandes desde el punto de vista dinerario, como Ángeles y demonios, secuela de El Código Da Vinci, una producción de 100 millones de dólares.


"Los actores nos apoyaron -explica Hermanson-, se solidarizaron con nosotros y no quisieron hacer los programas de premios. Ese impacto también fue muy grande porque en los Globos de Oro se ganan 50 millones de dólares para la NBC, y en los Oscar 200 millones de dólares para la ABC".


Los Globos de Oro no pudieron televisarse en directo, y los guionistas amenazaron con instalar piquetes (así los llamaron) delante de los estudios donde se hizo la ceremonia. Hollywood no podía permitir que lo mismo sucediera con los Oscar y cedió en casi toda la línea a las demandas de los trabajadores.


Pero, como quedó dicho, el fin de la huelga de guionistas no puso fin al conflicto, porque dentro de pocas semanas las corporaciones tendrán que discutir con el sindicato de actores nuevas condiciones de sueldos y condiciones de trabajo.


Mientras tanto, los Oscar se entregaron en una ceremonia inusualmente apagada para que Hollywood pueda ser todavía "la memoria artificial del imperio", como lo llama el filósofo Heriberto Yépez en su ensayo El imperio de la neomemoria.