Huelga general en Nigeria contra el “gasolinazo”

El destino de los ‘ajustes’

Los obreros nigerianos protagonizaron una fulminante huelga general durante toda la semana pasada en rechazo al recorte del subsidio estatal de la gasolina -el cual lleva su precio de 0,40 a 1,30 dólares, en un país donde el 70% de la población vive con menos de dos dólares por día. La medida, asimismo, disparó una espiral inflacionaria inmediata en los servicios y el transporte.


Nigeria es el país más poblado de África -unos 150 millones de habitantes- y es el principal proveedor de crudo del continente. Sin embargo, el petróleo refinado debe importarse a precios internacionales. El “gasolinazo” nigeriano reviste una gran similitud con el de Evo Morales, quien debió dar marcha atrás frente a la rebelión popular.


El gobierno de Goodluck Jonathan anunció el fin del subsidio durante el Año Nuevo como parte de un plan de ajuste más general, que incluye el recorte del 25% del sueldo de funcionarios y empleados estatales.


La medida de fuerza, convocada por el Congreso de Sindicatos (TUC) y el Congreso del Trabajo de Nigeria (NLC), se cumplió prácticamente en su totalidad en oficinas, bancos, escuelas, puertos y aeropuertos. Los obreros petroleros apoyaron la medida y amenazaron con paralizar la producción de crudo.


Por otra parte, las manifestaciones de masas se repitieron a lo largo y ancho del país, a pesar del toque de queda y del fuerte operativo represivo ordenado por el gobierno. “En Lagos, la principal ciudad nigeriana, tuvo lugar una de las mayores manifestaciones, con unas 10.000 personas bailando y cantando canciones contra el gobierno”, señaló la agencia AFP.


“En Kano, la principal ciudad del norte del país, una multitud estimada en decenas de miles de personas se manifestó en las calles”, destacó la misma agencia. Asimismo, se registraron piquetes y bloqueos de autopistas. La represión estatal dejó dos muertos, decenas de heridos y un número similar de detenidos.


Las dos centrales obreras suspendieron la medida de fuerza durante el fin de semana para entablar negociaciones con el gobierno, aunque estimaron que reanudarían las huelgas el lunes siguiente si no se restablecía el subsidio estatal al combustible.


El ajuste en Nigeria responde a una tendencia mundial de los gobiernos para afrontar la bancarrota capitalista. Por esta razón, la enorme huelga general en Nigeria entronca con las formidables huelgas de masas en los distintos países asiáticos -en primer lugar, China-, las manifestaciones de masas en Europa y Estados Unidos y, por supuesto, con el impresionante levantamiento de las masas árabes que recorre el norte africano y Medio Oriente. Lo mismo vale para las repetidas huelgas en Grecia, los paros generales en Portugal y los paros parciales en Italia y Gran Bretaña, o las importantes huelgas en Sudáfrica y Argelia, entre otros países.