Huelgas contra la “flexibilización” en las Pymes

En Australia, el año ‘94 terminó en medio de una significativa ola de huelgas obreras. A partir de noviembre, comenzó una serie de paros parciales que abarcó a numerosas ramas de la producción: conductores de camiones, empleados de carga y descarga de combustibles de los aeropuertos, maestros de Nueva Gales del Sur, obreros de la construcción, textiles y de la alimentación, entre otros. En todos los casos, los huelguistas reclamaban aumentos salariales y la derogación de las normas de “productividad” que las patronales lograron imponer en los últimos años.


Las huelgas australianas tienen un punto de especial interés para los trabajadores argentinos: la mayoría de los huelguistas, excepto los docentes y los de los aeropuertos, trabajan en “pequeñas y medianas empresas”. En los últimos años, el gobierno y las patronales impusieron un “sistema especial de trabajo” para las pymes, consistente en la violenta“flexibilización” de las condiciones de trabajo: jornadas más extensas, ritmos de trabajo más intensos, aumentos por “productividad”. Los resultados están a la vista.


También como aquí, la burocracia del Consejo Australiano de Sindicatos, subordinada al gobernante Partido Laborista, ha sido imprescindible para imponerles la “flexibilización” a los trabajadores. Esta política es la que la ola de huelgas ha puesto en cuestión.