Huelgas estudiantiles en México contra grupos de choque de la derecha

32 facultades y colegios pararon

En respuesta a un ataque de grupos de choque contra una movilización de estudiantes secundarios el pasado lunes 1, al menos 32 facultades y colegios mexicanos impulsaron paros estudiantiles de entre 48 y 72 horas. Los grupos de choque, conocidos con el nombre de “porros”, habían atacado a los secundarios con palos, porras y manoplas. La respuesta estudiantil incluyó también la enorme movilización de estudiantes de la UNAM del miércoles, atacada también por los “porros” pero inútilmente: las barreras de contención organizada por los estudiantes los repelieron rápidamente. Además, en las redes sociales los hashtags #FueraPorrosUNAM y #UNAMsinViolencia fueron trending topic durante toda la semana.


El reclamo de los estudiantes es el cese de los ataques y la expulsión de las patotas de los centros de estudios. El rector centroizquierdista Enrique Grue ha expulsado a algunos de los responsables, pero los estudiantes han cuestionado la respuesta tardía y la pasividad de las autoridades ante esta clase de grupos.


Los “porros” tienen una larga historia: operan desde hace más de 80 años —es decir desde la definitiva burocratización de la Revolución Mexicana de 1910— contra los universitarios del Distrito Federal de México. Han actuado con esa violencia desde la fundación de la UNAM, cuando por ese medio el Partido Revolucionario Institucional (PRI) intentó controlar al movimiento estudiantil. Sin embargo, aunque siempre en la extrema derecha, han cambiado de patrón varias veces en el transcurso de los años.


El ataque del lunes a los secundarios del Colegio de Ciencias y Humanidades, plantel Azcapotzalco, ocurre en medio de la transición gubernamental, por lo que algunos medios insinúan que puede ser un mensaje contra López Obrador. A su vez, otros indican que el ataque puede formar parte de la lucha de poder por la elección del rector que debe llevarse a cabo el año próximo.


El ataque del lunes, respondido masivamente por la movilización del miércoles, fue el más grande desde 1999, cuando miles de estudiantes se declararon en huelga y tomaron la universidad. También habían intervenido, con la abierta protección del gobierno de entonces, en la represión a la manifestación de Tlatelolco en 1968. En aquella ocasión, la administración del entonces presidente, Gustavo Díaz Ordaz, les proveyó incluso armas de fuego.


Como en nuestro país, los estudiantes mexicanos salen a la lucha. Saludamos la rebelión educativa en una punta y la otra del continente.