Huelgas y protestas obreras en Portugal

Docentes, ferroviarios y trabajadores de la salud en lucha.

Protesta docente

En la misma sintonía que otros países europeos, como Reino Unido y Francia, el movimiento obrero portugués ha ganado las calles. A la vanguardia se encuentra la docencia, que desde mediados de enero lleva a cabo paros y multitudinarias manifestaciones -100 mil personas en Lisboa el pasado 11 de febrero. Pero también hubo protestas y ceses de tareas entre ferroviarios, aeronáuticos y trabajadores de la salud.

El eje del reclamo de los educadores lusos pasa por el rechazo a la precarización laboral que envuelve a los contratados, quienes a su vez tienen sueldos bajísimos. Los efectivos, en tanto, exigen un descongelamiento de la carrera docente. Solo se concede una cantidad limitada de ascensos cada año, como fruto de las políticas de ajuste para reducir la deuda y el déficit fiscal, que vienen desde los tiempos de la Troika (Comisión Europea, FMI, Banco Central Europeo) y que el gobierno del socialista António Costa mantiene.

En el caso de los trabajadores de la salud, los bajos sueldos y la sobrecarga de trabajo son los disparadores de las protestas. Para el 6 y 7 de marzo se espera un paro de médicos. El ajuste sobre la educación y la salud conduce a una devaluación de esas áreas, a una falta de personal y una emigración de profesionales.

Los ferroviarios de la estatal Combois, mientras tanto, están llevando adelante medidas de fuerza en reclamo de un aumento salarial conforme a la inflación. Algo similar ocurre en la aerolínea pública TAP.

El 9 de febrero, la CGTP, central ligada al Partido Comunista, realizó una jornada de protesta en reclamo de un aumento salarial y de un control de precios. La UGT, afín al Partido Socialista, emitió un comunicado emplazando al gobierno a dar una respuesta a las demandas de los sectores en conflicto. No ha habido hasta el momento, sin embargo, un paro general.

El problema del alza del costo de vida y los bajos sueldos se agrava debido al encarecimiento de los alquileres, que suben por encima de la inflación. El gobierno acaba de instituir un limitado techo al incremento de los precios -que no abarca a la totalidad de las viviendas en oferta- para tratar de paliar el malestar popular.

Costa logró su reelección hace menos de un año, cuando logró sorpresivamente una mayoría propia en el parlamento. Pero su nuevo mandato entró en un rápido desgaste debido a escándalos de corrupción que se llevaron puestos a varios ministros.

El presidente Marcelo Rebelo de Sousa, que cuenta con la potestad de disolver la asamblea nacional y convocar nuevas elecciones, le ha dado un año de plazo al primer ministro para estabilizar su gestión. De todos modos, el principal oponente de los socialistas, el derechista Partido Social Demócrata (PSD), no despega en las encuestas, según la corresponsal del diario madrileño El País.

Este es el contexto político de las huelgas en Portugal, donde ha quedado planteada la necesidad de una medida de fuerza del conjunto del movimiento obrero.

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