Huelgas y protestas por muertes laborales en Glovo Barcelona

Y la lucha contra la precarización de las “apps” en Argentina

La empresa Glovo es el escenario de una valiosa lucha de sus trabajadores en Barcelona, de donde es oriunda la multinacional, contra la brutal precarización.


Esta semana se produjo “una rebelión en toda regla”, como “describen fuentes internas no oficiales de Glovo el levantamiento de trabajadores de los departamentos de Ingeniería [informática] y SuperGlovo [almacenes], que están en franca huelga de celo desde el lunes” (CrónicaBusiness, 5/6). La acción de estos cerca de 100 trabajadores, en reclamo porque se encuentran tercerizados, bajo contrato temporal y sin condiciones mínimas de seguridad, derivó en interrupciones del servicio durante dos días, e incluso la caída temporal de la aplicación.


La medida se produjo luego de las conmovedoras protestas de fines de mayo ante el accidente de un joven repartidor ciclista en la capital catalana, arrollado por un camión de basura. La muerte de Pujan Koirala, de 22 años, mostró un mecanismo de precarización al cuadrado: Pujan, de origen nepalí y sin papeles, “había alquilado la cuenta a otro trabajador: una práctica bastante habitual en la plataforma,  ya que el hecho de premiar con mejores pluses a los trabajadores más ‘sacrificados’ ha hecho florecer un mercado paralelo que la empresa conoce perfectamente. Uno evita que su cuenta quede suspendida por bajo uso y otro ingresa algo para sobrevivir”. El accidente fatal de Koirala recordó a uno muy similar que se robó en Buenos Aires la vida de Ramiro Cayola Camacho, repartidor de Rappi de origen boliviano. Los y las migrantes conforman una parte muy importante del plantel de estas aplicaciones, que aprovechan su situación de vulnerabilidad y la dificultad para conseguir trabajo.


Convocados por la organización RidersXDerechos, los compañeros de Koirala protestaron frente a la sede de Glovo durante los días siguientes, prendiendo fuego sus características mochilas amarillas y denunciando que la patronal pretende que sean “los esclavos del siglo XXI”. La empresa ofreció 20 mil euros a la familia del difunto, pero se rehúsa a sentarse con los repartidores que reclaman ser reconocidos como trabajadores en relación de dependencia; actualmente se encuentran como falsos autonómos, sin por ello dejar de ser penalizados si trabajan menos horas, tardan más de lo exigido para una entrega o no hacen todas las demandadas. Un par de Koirala señaló que “Inspección de Trabajo ya ha fallado en esa dirección, pero va muy lenta. Lo mismo con los juicios por despidos. La maquinaria administrativa y judicial marcha muy lentamente, y el tiempo apremia para nosotros” (CrónicaBusiness, 29/5).


Los trabajadores salen a dar la lucha ante la complicidad de los gobiernos, tanto socialdemócratas como derechistas, al avance de estas plataformas superexplotadoras, y por fuera de los sindicatos tradicionales, que desatienden al sector y permiten esta avanzada contra las condiciones laborales con su orientación de “paz social”.


Cruzando el charco


Protestas contra Glovo también han tenido lugar en estos días en Argentina. Los repartidores de Córdoba pararon y se manifestaron por el aumento del pago por entrega, que no se actualiza desde que la empresa llegó allí a principios de 2018. Los cadetes salteños rechazaron frente a la municipalidad la llegada de Glovo a la ciudad capital, señalando que paga sustancialmente menos y mantiene a sus trabajadores como monotributistas y sin seguridades mínimas como una base para resguardarse de la lluvia.


El mundo creciente de las aplicaciones, tomado de conjunto, plantea un gran escenario de lucha de clases. Según un reciente informe de la CIPPEC, que constituye la primera estadística para el país sobre el asunto, en Argentina hay más de 140 mil trabajadores a tiempo total y parcial (muchos lo tienen como un segundo trabajo) en las aplicaciones, que pasaron de ser cinco a principios de 2016 a más de trece en la actualidad. No solo es el rubro de reparto y transporte (Uber, Rappi, PedidosYa, Glovo y las locales Ando y Rapiboy): la precarización ‘online’ se extiende a las áreas de limpieza doméstica, cuidado de personas mayores, electricistas, plomeros, paseo de perros y trabajos mecánicos, entre otras, con plataformas como Zolvers, Iguana Fix, Homesolutions, Guau Surfing y Dog Hero. El informe citado recoge también datos de importancia como la gran incidencia de migrantes sobre el total, el alto grado de sobrecalificación, y la extendidísima contratación precaria.


El gobierno nacional y los provinciales y municipales allanan el avance de estas empresas precarizadoras, en las que ven el ejemplo de la reforma laboral flexibilizadora reclamada por el capital financiero y la burguesía nacional. Para los trabajadores y trabajadoras de las aplicaciones y de todas las áreas afectadas por su avance, está planteada una lucha a fondo por la regularización, el encuadramiento bajo convenio y la satisfacción de todos los derechos laborales negados. Una lucha, como se ve, de carácter internacional.