¡Imperialistas, fuera las manos de Irak!

Reunión de Emergencia del Centro Socialista Balcánico "Christian Rakovsky" (Atenas, 14/15 de diciembre de 2002)

1. El Comité Coordinador del Centro Socialista Balcánico “Christian Rakovsky” realizó una Reunión de Emergencia los pasados 14 y 15 de diciembre para discutir la situación de crisis en Medio Oriente, la campaña guerrerista encabezada por los Estados Unidos contra Irak y las tareas de las fuerzas revolucionarias en la región. Fundado inmediatamente después de la guerra de la Otan contra Yugoslavia en 1999 para luchar contra la intervención imperialista y las camarillas chovinistas locales sobre una base revolucionaria internacionalista, nuestro Centro extendió en los años siguientes el alcance de sus actividades para incluir el Medio Oriente y el espacio post-soviético, en la medida en que las guerras balcánicas de los ‘90 fueron sólo una transición hacia una nueva y más amplia serie de confrontaciones entre el imperialismo y las masas populares oprimidas, en la región e internacionalmente. Para las fuerzas unidas en este Centro, el internacionalismo revolucionario, ahora más que nunca antes, es la única salida a la crisis.


 


2. En la medida en que el proceso de inspección de armas de la ONU se acerca a su fin, la tensión aumenta.


Sesenta y cinco mil soldados norteamericanos ya están en la región del Golfo; helicópteros de ataque Apache, tanques y vehículos blindados han sido desplegados; nuevas bases militares norteamericanas han sido establecidas en el norte de Kuwait; las otras bases de Estados Unidos y la Otan en la región están en alerta.


Paul Wolfovitz, en su reciente visita a Ankara presentó a las autoridades turcas sus requerimientos para un eventual ataque a Irak: el uso del espacio aéreo, bases militares y puertos turcos; autorización para que las fuerzas norteamericanas lancen un ataque desde el territorio turco fronterizo con el norte de Irak; y participación activa de tropas turcas en la ofensiva. La CBC informó que Washington solicitó autorización para establecer 90.000 soldados en el sur de Turquía. Un convoy de equipo militar norteamericano entró en Kurdistán del Sur a través de Turquía para preparar el ataque, según informó una agencia noticiosa turca el 16 de diciembre. El ex subjefe de las Fuerzas Armadas turcas, Cevik Bir, reclamó a los Estados Unidos la ocupación militar de Irak, la cual, desde el punto de vista de Ankara, dijo, es el mejor plan de acción para controlar el país, como lo hicieron con Alemania después de la Segunda Guerra Mundial.


En preparación del “cambio de régimen” en Bagdad, se reunió en Londres en estos días una Conferencia de la llamada “oposición iraquí”, convocada por la CIA y el Departamento de Estado. Esta Conferencia fue decidida en Washington en el pasado mes de agosto, después de las reuniones entre altos funcionarios norteamericanos y representantes del Congreso Nacional Iraquí (CNI), respaldado por el Departamento de Estado pero del cual desconfía la CIA, creado por los residuos del régimen anterior, los asesinos de comunistas y kurdos. La CIA respalda al Acuerdo Nacional Iraquí, al Supremo Consejo Shiíta para la revolución islámica en Irak, al Movimiento Monárquico Constitucional, que busca la restauración de la dinastía hachemita en Irak, y a los dos partidos kurdos, el Partido Democrático de Kurdistán (PDK) de Barzani y la Unión Patriótica de Kurdistán (UPK) de Talabani. Mientras que los primeros cuatro grupos iraquíes no tienen una base real en Irak, los partidos kurdos han establecido desde hace un largo tiempo una base social en el sur de Kurdistán. El imperialismo norteamericano, que quiere hacer creer al mundo que todos los opositores del régimen están de su lado y está alarmado por las luchas internas entre esos grupos, envió a sus funcionarios del Departamento de Estado, del Pentágono y del Consejo Nacional de Seguridad, a Londres, para mediar entre ellos. El emisario del presidente norteamericano George Bush es Zalmad Alizad. Después de cierta demora, la Conferencia alcanzó un acuerdo para la preparación de un gobierno de transición en el período de la posguerra y formó un comité de 65 miembros.


Ni el imperialismo ni sus títeres, con sus hipócritas preocupaciones por “la democracia y los derechos humanos”, ni el opresor régimen iraquí pueden darle libertades, paz y justicia social al pueblo de Irak. La emancipación de los trabajadores y los pueblos oprimidos sólo puede ser alcanzada por su propia lucha revolucionaria independiente.


• ¡Por la defensa del pueblo iraquí contra la agresión imperialista! ¡Por la derrota del imperialismo!


• Ni confianza política ni apoyo al régimen de Saddam Hussein. Por el armamento del pueblo iraquí frente a la agresión imperialista, por la unidad de acción para derrotar a los agresores.


La preparación multilateral de fuerzas para una gran intervención política y militar por parte del imperialismo se combina con la escalada, en los últimos días, de las amenazas de guerra por parte del gobierno de Bush, no sólo contra Irak sino también contra todos los países del llamado “Eje del Mal”: Irán ha sido acusado de tener sitios para un programa de armas nucleares y Washington reclama su inspección y desmantelamiento; los Estados Unidos, en un provocativo acto de piratería, interceptaron un barco con misiles Scud norcoreanos comprados por Yemen; fue reiterada la nueva doctrina del Pentágono para un ataque nuclear preventivo contra países con armas de destrucción masiva.


Es claro que el peligro de barbarie que amenaza a la humanidad, provocado por el sistema capitalista mundial en su avanzada etapa de decadencia imperialista, es real e inmediato y que es necesaria una urgente movilización de masas y acciones de masas de la clase obrera internacional y de las masas populares oprimidas de la región y de todo el mundo para derrotarlo.


 


3. La extensión de las amenazas a otros países-blancos y la extensión de los preparativos bélicos demuestran el carácter mundial tanto de la causa como de los objetivos de la campaña guerrerista del imperialismo. La fuerza conductora es la crisis mundial del capitalismo en declinación, la intensificación de sus tendencias a la autodisolución, en una crisis de sobreacumulación de capital sin precedentes. El espiral deflacionario se extiende en todos los centros metropolitanos, en Japón, en Estados Unidos y en Europa. Las crisis financieras de fines de los ‘90 y la pinchadura de la burbuja financiera a la cual llevó la globalización de las finanzas se ha transformado en el colapso de la economía de las “nuevas puntocom” en los Estados Unidos e internacionalmente, en la desintegración de la gran industria, como sucede en Italia y en Europa, y en el colapso de la organización social en países enteros, como la Argentina. La explosión de las contradicciones mundiales del capital, la debilidad histórica del sistema y no la fortaleza del “Imperio”, como pretende el mito, están detrás de la campaña guerrerista. La guerra imperialista se ha convertido en el desesperado intento de evitar militarmente la bancarrota del sistema económico mundial.


El objetivo estratégico del imperialismo norteamericano no se limita a la ocupación de Irak y el control de sus ricos recursos petroleros. Pretende controlar los campos petroleros en Irak, Medio Oriente, el Cáucaso y Asia Central como parte de una estrategia para rediseñar el mapa político de toda la región, someter a sus vulnerables rivales imperialistas en la Unión Europea, prevenir sus intentos de convertirse en una superpotencia que desafíe la hegemonía norteamericana y, último en orden pero no en importancia, recolonizar el vasto espacio de la antigua Unión Soviética y China, las regiones en las que el capital fue expropiado por la Revolución de Octubre de 1917 y por la Revolución China de 1949.


Pero la ofensiva imperialista exacerba todas las contradicciones. Un ya desestabilizado Medio Oriente se volverá todavía más caótico con las crisis que explotan en esos bastiones tradicionales de los intereses imperialistas en la región como Arabia Saudita y Egipto, con Irán, Siria y Yemen también inmediatamente envueltos en el remolino.


 


4. Turquía, que está económicamente quebrada y cuyo sistema político está en ruinas, como lo demostraron las últimas elecciones, ha expresado su profundo temor de que un Estado kurdo independiente emerja como resultado de la guerra en Irak y recibió garantías del imperialismo norteamericano de que tal eventualidad será evitada y que cualquier intento de independencia política por parte de los kurdos será aplastado por la intervención norteamericana y kurda. Con el objetivo de mantener al sur del Kurdistán bajo amenaza y ocuparlo, si se vuelve necesario, Turquía movilizó sus tropas y concentró fuerzas militares en la frontera con Irak. Es obvio, en este sentido, que el futuro de la lucha por la emancipación nacional del pueblo kurdo, incluyendo el futuro de sus conquistas en el sur del Kurdistán, no está resuelto sino que está amenazado por las falsas promesas, junto con amenazas y presiones, realizadas a las direcciones kurdas por los imperialistas, como muestran los trágicos resultados del pasado reciente y remoto; la independencia nacional del pueblo kurdo requiere la lucha unificada del pueblo kurdo junto con el pueblo árabe iraquí y todos los pueblos de la región para derrotar al imperialismo y sus planes bélicos. Kurdistán del Sur debe ser defendido contra el imperialismo y contra los ataques y la opresión de los regímenes locales de Irak, Irán, Turquía y Siria como base para la lucha por un Kurdistán unido, libre y socialista y no como un trampolín para las operaciones de la CIA y la agresión militar imperialista.


El fraude propagado por los imperialistas europeos y Ankara de que, en preparación del ingreso de Turquía a la Unión Europea, los “derechos humanos” serán extendidos no sólo a los turcos sino también a los kurdos, así como en el Kurdistán del Norte -el fraude de la “democratización” que es ayudado ahora por la abierta capitulación de Ocalan y su partido-, debe ser totalmente rechazado. La negación del derecho a la autodeterminación nacional del pueblo kurdo y la fragmentación de los kurdos por el imperialismo y la ocupación de sus segmentos entre Turquía, Irak, Irán y Siria es central para el orden imperialista en Medio Oriente. La lucha por derrocar este orden bárbaro y la lucha por la independencia kurda están indisolublemente conectadas.


• Defender el Kurdistán del Sur del imperialismo y de los regímenes locales opresores.


• ¡Defender el derecho a la autodeterminación nacional del pueblo kurdo!


• ¡Por un Kurdistán libre, independiente, unido y socialista!


 


5. Los imperialistas buscan, usando como eje esta guerra reaccionaria, rediseñar el mapa de Medio Oriente.


A sus puertas, en la dividida Chipre, rápidamente avanzó el plan de la ONU para establecer un protectorado de la Otan como el establecido en Bosnia -una receta para el desastre para ambas comunidades, tanto greco-chipriotas como turco-chiopriotas. El papel no sólo del imperialismo sino también de la Unión Europea es obvio. La entrada en la Unión Europea de Chipre, así como también la de Turquía, es usada como un mecanismo para imponer los planes e intereses imperialistas en la región, transformando la isla en una gran base para la intervención de la Otan en Medio Oriente.


Llamamos a rechazar esta conspiración y a una lucha unida de ambas comunidades.


• ¡Fuera las tropas de ocupación turcas de Chipre! ¡Fuera todas las tropas extranjeras! ¡Cerrar todas las bases militares británicas y las instalaciones imperialistas en la isla!


• ¡Chipre no pertenece a las clases dominantes de Turquía y Grecia sino a los obreros y campesinos chipriotas de ambas comunidades que viven y trabajan en la isla!


• Por el inmediato retorno de todos los refugiados a sus hogares.


• Por una República Socialista e Independiente de Chipre, sin tropas ni bases extranjeras, que se unirá no a la Unión Europea imperialista de sus opresores sino a una Federación Socialista de pueblos libres de los Balcanes y de Medio Oriente.


• Por la unidad de los pueblos griego y turco contra el imperialismo y sus clases dominantes, contra la guerra reaccionaria, por su fraternización sobre una base socialista.


 


6. No hay dudas de que el centro de la crisis de Medio Oriente es la cuestión palestina. Los sionistas, a pesar del uso de su máquina de terror estatal, fracasaron en derrotar la heroica nueva Intifada del pueblo palestino y ahora amenazan abiertamente con usar la próxima guerra contra Irak para sus planes de expulsión, de limpieza étnica de la población palestina de los Territorios. Llamamos a una sostenida campaña de solidaridad con el pueblo palestino, por la derrota del sionismo, por la victoria de la Intifada, por la unidad entre el movimiento nacional árabe palestino y los trabajadores y pobres judíos, por el establecimiento de una República única y socialista en todo el territorio histórico de Palestina.


Contra la estrategia imperialista de rediseñar el mapa de Medio Oriente mediante (la regla de) “dividir para reinar”, sobre la bárbara base reaccionaria de sus intereses, oponemos una estrategia revolucionaria internacional para la unificación de la región sobre una base revolucionaria en una Federación Socialista de Medio Oriente.


• Fin de la ocupación sionista de Palestina. Por el derecho a la autodeterminación nacional del pueblo palestino. Por el derecho al retorno de todos los refugiados palestinos.


• ¡Por la victoria de la Intifada! ¡Por una Palestina democrática, secular y socialista en la que los árabes y los judíos vivirán juntos, libres de sus explotadores y opresores! Por la Federación Socialista de Medio Oriente.


 


7. Tenemos que luchar por una estrategia y un programa revolucionarios contra la guerra imperialista tanto en la región como internacionalmente. Ya se ha desarrollado un poderoso movimiento anti-guerra en Europa, donde han tenido lugar demostraciones de masas, como la manifestación de medio millón en Londres y la gran manifestación de un millón en Florencia. Este movimiento debe superar las limitaciones políticas que le imponen los pacifistas profesionales y los centroizquierdistas proimperialistas de los “Foros Sociales” Europeo y Mundial, que reclaman una “reorientación de las instituciones nacionales y de la Unión Europea” y el “fortalecimiento de las instituciones de legitimidad internacional como las Naciones Unidas”. Esas instituciones burguesas e imperialistas son precisamente el centro de la preparación y de la legitimación de los infames ataques contra los trabajadores y los pueblos de todo el mundo, incluyendo la próxima guerra en Medio Oriente. La paz puede ser alcanzada sólo a través de una lucha resuelta contra esas instituciones, contra el gobierno de la burguesía “en nuestro propio país”, por su derrocamiento por las masas y por el establecimiento del poder de los trabajadores, contra la Otan, la Unión Europea y su instrumento, la ONU, por su disolución revolucionaria y la unificación socialista de Europa y de todo el mundo.


Llamamos a los trabajadores en Europa y en los Estados Unidos a movilizarse contra la guerra imperialista, organizando manifestaciones y huelgas contra el movimiento de tropas y materiales militares, rodeando las bases de los Estados Unidos y la Otan, reclamando su expulsión.


Por la expulsión de las tropas imperialistas y las bases norteamericanas y de la Otan, incluidas las llamadas “fuerzas de mantenimiento de la paz” y las fuerzas de la ONU. Por la disolución de la Otan.


• ¡Abajo el imperialismo de la UE! ¡No a la recolonización de los Balcanes, por una Federación Socialista de los Balcanes y los Estados Unidos Socialistas de Europa desde el Atlántico a los Urales!


• ¡Abajo todos los gobiernos capitalistas, por el poder obrero!


Llamamos a los trabajadores y a las masas populares en Turquía, Siria, Irán, en todos los países árabes y en el mundo musulmán, a ponerse del lado del pueblo iraquí y defenderlo con acciones de masas contra los agresores imperialistas.


Contra el imperialismo y su coalición internacional de Estados terroristas que llevan adelante una infame “guerra contra el terror” en todo el mundo, el arma más importante que necesitamos forjar es una nueva Internacional obrera revolucionaria, una tarea que para muchos de nosotros coincide con la lucha por la refundación de la IV Internacional.


¡Por una Internacional revolucionaria de los trabajadores!


¡Por la revolución socialista mundial!