Importante movilización en Suecia contra la integración a la Otan

Denuncias a la alianza atlántica y al gobierno turco.

Marcha en Estocolmo

Cientos de personas se movilizaron este domingo 4 en Estocolmo para rechazar la integración de Suecia a la Otan, alianza militar encabezada por los Estados Unidos.

Suecia y Finlandia empezaron un proceso de adhesión a la entente imperialista tras el estallido de la guerra en Ucrania, aunque el mismo se demoró debido a la reticencia de dos socios de la coalición (Turquía y Hungría). El gobierno de Recep Tayiip Erdogan condicionó su aval al abandono de toda protección de los exiliados y militantes kurdos por parte de los gobiernos nórdicos.

En la cumbre de la Otan desarrollada en Madrid en junio de 2022, Helsinki, Estocolmo y Ankara llegaron a un acuerdo por el cual las capitales europeas se comprometían a endurecer su legislación “antiterrorista”. Esto despejó el terreno para que Finlandia se transformara en el nuevo socio de la Otan en abril de este año.

En el caso de Suecia, este mes entró en vigor una nueva norma que castiga la cooperación o participación en una organización “terrorista”, que en rigor está dirigida, a instancias de Erdogan, contra militantes del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) en el exilio escandinavo.

“Finlandia, Suecia y Turquía están ahora trabajando mucho más estrechamente cuando se trata de intercambiar información e inteligencia para apoyar los esfuerzos en la lucha contra el terrorismo”, sostuvo recientemente Jens Stoltenberg, secretario general de la alianza atlántica. El noruego le reclamó en una reunión privada a Erdogan que ahora cumpla su parte del trato y habilite la incorporación de Estocolmo al club imperialista. El objetivo es lograrlo en la cumbre a desarrollarse en Vilna, Lituania, el 11 y 12 de julio.

Además de sumarse a la Otan, rompiendo con una política de neutralidad en el plano exterior, Suecia fue anfitrión en abril de los ejercicios Aurora 2023, en que participaron en forma conjunta miles de soldados estadounidenses, británicos, noruegos, alemanes y franceses.

La integración a la alianza atlántica cuenta con el apoyo tanto del actual gobierno de derecha (encabezado por Ulf Kristersson, del Partido Moderado, junto a los cristiano-demócratas, los liberales y con el apoyo externo de los fachos de Demócratas de Suecia) como de la socialdemocracia. Se da también en paralelo a un endurecimiento de las normas antimigratorias.

La ampliación de la Otan desde la caída de la Unión Soviética ha ido creando un cerco contra Rusia que está en la base de la guerra actual en Ucrania y de las tendencias a un conflicto más general. Las últimas revelaciones de The Washington Post, acerca de que algunas armas entregadas por Occidente a Kiev terminaron en manos de las milicias de extrema derecha que realizan ataques dentro del territorio ruso, incrementan los riesgos de un choque más directo entre la alianza atlántica y el Kremlin. En simultáneo, los escarceos entre buques y aviones chinos y norteamericanos añaden zozobra a la situación global.

El recientemente reportado uso de bombas racimo en la guerra de Ucrania, tanto por parte del régimen de Volodomir Zelensky como del Kremlin, que actúa en representación de los intereses de una oligarquía empresaria, es una demostración de la barbarie de la guerra en curso.

Abajo la guerra imperialista.