Informe desde Kenia sobre la rebelión popular

Entrevista con un activista de ese país.

La rebelión derrotó la Ley Financiera y cuestiona al gobierno de Ruto

En las últimas semanas, grandes movilizaciones -con un protagonismo de la juventud- sacudieron a Kenia en rechazo a una Ley Financiera que pretendía imponer impuestos que encarecían productos básicos como el pan. En las manifestaciones se fue abriendo paso también la consigna de que se vaya el gobierno de William Ruto, un régimen represor (se estima que 39 personas fueron asesinadas en el curso de la rebelión) y proimperialista que se prepara, además, para instalar un contingente policial de ocupación en Haití, a pedido de Estados Unidos.

Guillermo Kane, dirigente del Partido Obrero, entrevistó esta semana a Walden Kempinski, activista keniata. Compartió sus impresiones sobre la rebelión en curso que, por lo pronto, obligó al gobierno de Ruto a dar marcha atrás con la Ley Financiera fondomonetarista.

GK: Gracias por darnos esta entrevista. Contanos cómo han sido estos días, cuál es la situación actualmente. Entendemos que ha habido una victoria de la rebelión, que ha logrado voltear la Ley Financiera que quisieron imponer el FMI y William Ruto. Nos gustaría que nos cuentes cómo ha sido la dinámica estos días y cuál es la situación en las calles ahora.  

W: Bueno, es extraordinario poder ser testigo de lo que está sucediendo. La masiva rebelión que ha surgido no tiene precedents en nuestro país, es realmente histórica. Está siendo liderada por la juventud, pero tiene base en el conjunto de la sociedad de Kenia, no solo en Nairobi, aunque los titulares se centren solo en mostrar lo que sucede allí, en todo el país ha habido importantes protestas y otro tipo de acciones de resistencia a este gobierno en las últimas semanas, particularmente contra este gobierno, pero esto es parte de una lucha más larga por justicia y por la liberación en este país.

El factor inmediato que encendió la llama es, por supuesto, la llamada Ley Financiera 2024 que fue propuesta como una medida del FMI, fue escrita por el FMI, como una medida de austeridad que impone todo tipo de aumentos altísimos de impuestos que encarecen el precio de los bienes básicos de vida, como el pan, la nafta, transacciones de dinero que se hacen desde los celulares que constituye una gran parte de la actividad económica de este país. Plantea aumentos en los pases sanitarios, y en todos los productos de necesidad básica. Además, la Ley incluye impuestos sobe la tierra en distintas comunidades alrededor de país. Bastante parecido a lo que hacían los colonizadores británicos cuando venían e imponían impuestos a los nativos como parte del proyecto colonial de explotar la tierra y el trabajo del pueblo de Kenia durante la era colonial. Por lo tanto, este es una especie de régimen neo colonial y esta Ley ha encendido la llama de una verdadera rebelión que involucra a amplios “segmentos” de la sociedad e incluye sectores de la oposición. Por ejemplo, la consigna “Ruto debe irse”, está siendo tomada muy en serio por una cantidad de cuestiones.

No es solo la cuestión de la Ley Financiera, sino que él además ha dejado detenidos a muchos líderes de la juventud sin juicio, sin cargos. Ha utilizado a la policía para matar, la policía ha matado a una importante cantidad de gente. Los números no son claros pero son al menos una docena hasta ahora, si no más, sólo durante la última semana. Y por supuesto, es un presidente que es visto como un corrupto, despiadado, incluso la forma en la que ganó las elecciones es cuestionable. Entonces hay una cantidad de cosas que han caldeado la situación y reaparecen ahora con la chispa que encendió lo de la Ley Financiera.

La mayoría del Parlamento votó esta Ley y Ruto dijo que se va a negar a firmarla frente a este movimiento masivo que ha surgido y ha marchado al Parlamento, copando el centro comercial de Nairobi y prendiendo fuego el Parlamento. Es una situación muy tensa y una verdadera crisis para el régimen, pero también ha abierto una nueva era en la política de Kenia porque la juventud ha entrado al escenario de la historia en una forma que nunca lo habíamos visto antes y no se van a ir a ningún lado porque son muy serios respecto de este movimiento.

GK: Hemos visto, como mencionas, la fuerte represión contra la protesta, los asesinatos, etc. ¿La represión ha sido efectiva en frenar la protesta o ésta continúa?  

W: La intención de esta brutal represión es frenar a la gente, atemorizarla para que no salga a la calle, pero creo que está surtiendo el efecto contrario. Está enojando aún más a la gente y está templando particularmente a la juventud. La gente común se pregunta “¿por qué el presidente está matando a nuestros niños?”.

Han habido una serie de entrevistas a gente común y se han expresado de ese modo, incluso gente que votó a Ruto se está dando cuenta de quien es y de lo que está dispuesto a hacer para mantenerse en el poder. Entonces la idea de que el presidente está matando a nuestra juventud es muy extendida. El presidente Ruto ha ingresado a la Defensa de Kenia el jueves pasado para reprimir porque estaba planeado marchar a la Casa del Estado (que es como la Casa Blanca en Estados Unidos). Pero de nuevo, esto no asustó a la gente, y de hecho estamos viendo a la gente marchar con el ejército, con los vehículos del ejército, es como que van patrullando la marcha a lo largo del área de Nairobi. La sensación que da esto es que la gente está interpelando a los soldados y los están viendo como potenciales aliados para unirse a la rebelión. Esto sería tremendo para el régimen, si la propia fuerza que el régimen está usando por desesperación, para frenar la movilización e incrementar la represión termina dándose vuelta y transformándose en otro elemento de inestabilidad para el régimen.

GK: Dijiste que más allá de Ruto, otras fuerzas políticas tradicionales han apoyado la Ley financiera del FMI. ¿Podrías hacer una breve descripción de la composición política?

W: Una de las figuras más importantes de la oposición es Raila Odinga y su partido, se puede decir que es un neo liberal, ligeramente progresista pero no es una fuerza radical. Después de que Ruto fuera electo, hubo una serie de protestas lideradas por Raila y ese tipo de fuerzas liberales opuestas a Ruto que perdieron la elección. Pero creo que una de las diferencias entre los movimientos de protesta del año pasado y lo que está sucediendo ahora es que el año pasado eran más que nada protestas usadas para colocar a estas figuras en el poder pero ahora, lo que estamos viendo, es que la juventud le pide claramente a estas fuerzas que se mantengan al margen. Hay un video de Tik Tok o Instagram por ejemplo, de un joven manifestante que dice “Baba (que es el sobrenombre de Raila), quédate en casa”, como diciendo “sabemos que has peleado por muchos años pero no vengas, dejanos a nosotros ahora. Le están diciendo a la vieja oposición que su tiempo ha terminado. La juventud quiere estar a la cabeza y hacer avanzar el país”.

Hay otra clave que es importante entender, el viejo estilo de la política es muy tribialista, entonces todos los líderes pertenecen a una comunidad tribal. Ellos utilizan mucho estas identidades para movilizar a la gente sobre la base de la identidad tribal, lo cual es una estrategia problemática porque estas comunidades dividen a la sociedad de Kenia y no la toman como un todo. La juventud, en cambio, es muy consciente y explícita contra el tribalismo. No movilizan a la gente sobre la base de comunidades tribales sino sobre la base de reclamos políticos, convocan a reclamar contra la Ley Financiera, para que Ruto renuncie y para que se vayan todos los políticos corruptos. Reclaman que se utilicen los fondos del Estado para educación, salud y trabajo.

GK: Dijiste que la juventud es la principal protagonista de esta rebelión. ¿Hay otras fuerzas que puedas identificar en esta rebelión?

W: Es interesante porque hay distintas fuerzas involucradas. Por un lado, tienes a la juventud que es una generación criada por las redes sociales, es parte de cómo ellos se relacionan en general. También algunos de nosotros, que somos un poco más viejos y recordamos aquellos tiempos en los que no había teléfonos celulares y redes sociales, los milenials, mi generación, gente como Boniface Mwangi  que ha estado involucrado en la oposición por mucho tiempo y ha hecho mucho para que esto que está sucediendo ahora pase. Está la masa de gente afectada por el régimen, por el gobierno. Los motociclistas, los conductores de taxis, las mujeres que venden vegetales en el mercado (conocidas  como Mama Mboga), hay una cantidad de elementos sociales afectados por la Ley Financiera, ya que incrementa tanto el costo de los productos de necesidades básicas. Me imagino que estás familiarizado con esto porque son las medidas de austeridad del FMI. Y, por supuesto, hay segmentos de los trabajadores que han hecho huelgas en los últimos tiempos; doctores, enfermeras, maestros.

Hay muchos sectores mezclados pero como que se juntan porque estas medidas afectan a todos. Creo que una de las fuerzas sociales más interesantes que aparecieron en escena son los militares porque, por un lado, Ruto quiere incrementar el poder de sus capacidades represivas, particularmente las fuerzas policiales tradicionales están abrumadas por el masivo número y la militancia de la juventud, entonces busca que otra fuerza represiva fortalezca su mano de hierro. Buscó hacerlo con la fuerza de la defensa militar en Nairobi.

Y en ese contexto, hay una división dentro de los militares, tenés a los altos mandos que son beneficiados económicamente por la relación con Estados Unidos, Reino Unido e Israel y su complejo militar industrial. Justo hoy leí un articulo sobre que la Unión Europea iba a incrementar sus fondos hacia el ejército de Kenia en algo más de 21 millones de dólares, y lo interpreto como un modo del imperialismo de decir “no te olvides para quien trabajas”, y otros tantos millones destinados a los altos mandos en el marco de las “leyes anti-terroristas” para el ejército y la policía. Además, hacen ejercicios conjuntos con los ejércitos de Israel, Estados Unidos y Reino Unido. Hay una alianza de larga data entre ellos, Kenia se ha convertido en un aliado no oficial de la Otan.

Por otro lado, tenés a los soldados que no tienen ningún beneficio por estos contratos de la industria militar. Que son solo soldados de campo y porque no son generalmente llamados por asuntos internos, como la policía, no tienen la misma actitud dura y conservadora de la policía. Porque la policía de Kenia está reprimiendo y matando keniatas  todo el tiempo, incluso siendo que no tenemos una historia de rebeliones. La forma en que la policía opera con la gente en situación de calle por ejemplo:  hay cientos de asesinatos que nos recuerdan al movimiento de Black Lives Matter en Estados Unidos por la cantidad de gente que ha muerto en manos de la policía. Pero el ejército es distinto, los soldados no están en lo cotidiano de la represión, ni operan sobre las cuestiones internas y no tienen historial en asesinar compatriotas. Entonces existe la posibilidad, como en muchos otros momentos revolucionarios, en que un sector de los soldados rompa dentro del ejército. Al menos un sector puede ser empujado por los llantos de la calle y que simpaticen con la gente y porque tampoco quieran que sus condiciones de vida se encarezcan, tienen familias, amigos, por ellos mismos. Pienso por ejemplo en la revolución en Egipto donde el régimen de Mubarak intentó utilizar al ejército  para reprimir manifestantes y que éste se dio vuelta contra el gobierno. Ese fue un momento crucial para terminar con la dictadura de Mubarak. Pienso que algo muy similar puede pasar acá y que puede provocar una situación donde el propio instrumento del régimen, que se supone debería salvarlo, funcione justamente para minarlo. No son muy de confiar para el régimen, no todos los soldados son confiables para disparar a la gente como lo viene haciendo la policía.

GK: Como nos dijiste, este movimiento contra la Ley Financiera ha incluido consignas como “Ruto debe irse”. Ves la posibilidad de que emerja un programa político de las protestas que le dé una voz al movimiento más allá de la oposición dentro del régimen ¿Hay alguna organización de algún tipo?

W: Creo que eso está aún por nacer, está en proceso. Cuando ves al movimiento hay tres cosas que lo definen: sin partido, sin miedo y sin tribu.

Sin partido significa que no están afiliados a ningún partido político y que no buscan hacerlo. Esto es, de algún modo, el rechazo a los partidos políticos existentes. Pienso que el movimiento sería mucho más poderoso si pensara en formar un nuevo partido, por ejemplo, un partido de la juventud, para darle una voz política en un modo que los partidos tradicionales no lo han hecho. Ha habido momentos en los que la oposición política se ha sumado a las protestas. Algunos miembros de partidos que son opositores a Ruto han hablado contra la represión policial y contra la Ley Financiera, pero están como atrapados en los partidos de la oposición tradicionales. Entonces la posibilidad está ahí pero todavía estamos en el momento donde la gente todavía es reacia a los partidos que ya existen, y dicen, no queremos ser parte de ningún partido. Queremos mantenernos sin partido porque los partidos han fracasado en darle una voz a la gente o de construir una oposición como la que tenemos ahora, más espontánea y activa en las calles.

GK: Hablaste de las huelgas ¿cuál es la participación del movimiento obrero en este proceso?

W: Esa es una muy buena pregunta. Es muy diferente acá a lugares como Estados Unidos o Reino Unido, o incluso Argentina, aunque no conozco mucho. La desocupación en Kenia es muy alta, particularmente entre la juventud, la falta de trabajo es una de las cosas por las que la gente se rebela, o el hecho de que el gobierno tenga dinero para gastar en viajes y cosas extravagantes mientras tantos jóvenes están sin trabajo. Entonces no hay tantos trabajadores organizados en el sentido tradicional, hay trabajos, pero no son organizados. Por eso cuando vemos huelgas, son generalmente en sectores como maestros, enfermeras, incluso médicos. Porque la naturaleza de esos trabajos es más organizada. Se pueden mover con mayor facilidad como grupos de trabajadores. La mayoría de los trabajadores acá son informales, mucho más pequeños como vendedores de verduras en las calles, conductores de taxi, de motos. El trabajo es mucho más segmentado que en otros países, más informal, no tenés fábricas industriales grandes.

GK: ¿cómo crees que va a continuar esto?

W: Ayer, o antes de ayer, vemos una lista de reclamos de este movimiento, puedo compartirlas con vos. Una de ellas era eliminar oficinas inconstitucionales y puestos de gobierno que fueron creados y usar la plata en su lugar para salud y educación. Eliminar los impuestos inmobiliarios, lidiar con la deuda externa es otra, constituir una comisión electa dentro del próximo mes contra aquellos que votaron por la Ley Financiera. Cancelar los planes de llevar la fuerza policial de Kenia a Haití. Otro reclamo es que los salarios de los miembros del parlamento no sean mayores a los de un médico, que sean iguales a los de un trabajo regular. Un programa para restaurar fondos para salud y educación, comida escolar, tarifas escolares. Son como demandas sociales, pero me conmovió ver ese reclamo de sacar las fuerzas policiales keniatas de Haití porque es terrible.

GK: ¿De dónde salieron estas demandas?

W: Es una buena pregunta. Hay algunos individuos tipo Boniface Mwangi que ha organizado algunas de las protestas.

GK: ¿Son los líderes de este movimiento?

W: Sí, en el sentido de que tienen cierta credibilidad pero, como dije, el movimiento es muy consciente en no querer líderes. Incluso cuando ves entrevistas con esta gente y se les pregunta qué les sucedió cuando estuvieron presos, ellos no hablan del tema, solo hablan del movimiento y sus reclamos. Esto, insisto, como parte de un rechazo a poner a los líderes o individuos como centro. Esa es otra razón de por qué no está claro a veces de dónde vienen los reclamos.

GK: Bueno, finalmente, esta pregunta es sobre el contexto internacional de esta lucha en Kenia. Vos hablaste del envío de fuerzas policiales keniatas a Haití y la colaboración financiera de Estados Unidos y Reino Unido. ¿Piensas que esta rebelión tiene un contenido antiimperialista o que cuestiona esta posición de Kenia?

W: Sí, con seguridad, y tiene el potencial de avanzar en ese sentido. Ha comenzado con críticas al FMI y con cuestionamientos a llevar fuerzas policiales a Haití. Creo que este contenido antiimperialista está comenzando a profundizarse. Lo que es interesante es que por mucho tiempo los keniatas vieron a Estados Unidos como un lugar al que admiraban, un país industrial fuerte, muchos keniatas quisieron viajar allá por las condiciones económicas. Ven a Estados Unidos o al Reino Unido como el lugar de la leche y la miel. Un lugar con oportunidades económicas, trabajo, un lugar para hacer dinero y después llevar a casa y creo que eso está empezando a desmoronarse un poco. La gente está empezando a ver a Estados Unidos como el autor de mucho de lo que está mal en Kenia, sea el hecho de que Kenia mande fuerzas a Haití para reprimir a los movimientos haitianos que se están desarrollando ahí, o sea por el FMI que siempre ha sido un instrumento económico del imperialismo norteamericano, de sometimiento a los llamados países “del tercer mundo”.  Entonces pienso que es un momento político crucial. He intentado enfatizar mucho en esto. El imperialismo es el elefante en la habitación, es el responsable de muchos de estos problemas. Y como dije antes, el gobierno de Kenia tiene una relación cercana con Israel, los ejércitos hacen entrenamientos conjuntos. La juventud está rechazando eso, así como en Estados Unidos está rechazando el rol de la Casa Blanca en Israel y el genocidio en Palestina; la juventud de Kenia está despertando a la naturaleza del imperialismo norteamericano: la Ley Financiera del FMI y el acuerdo con Ruto de llevar fuerzas a Haití actuando como mercenarios del imperialismo. Este es un punto muy poderoso e importante del movimiento que se está desarrollando en Kenia.