Informe sobre el Ampliado Nacional de la COB

MESA QUIERE SER KIRCHNER


Las resoluciones del Ampliado Nacional de la COB del 22/1 en Cochabamba definieron los próximos pasos en el avan ce de la revolución boliviana, pero cuestiones políticas fundamentales permanecen pendientes, reflejo del atraso en la construcción de un auténtico partido obrero en el país.


Mientras el gobierno intenta desplazar el eje político hacia el reclamo "nacionalista" de la salida marítima, lo votado por la COB representa una reafirmación desde las organizaciones de masas de que el conjunto de la crisis gira alrededor de la cuestión del poder.


El eje de discusión del Ampliado fue la respuesta del gobierno al pliego de reivindicaciones presentado por la COB, respuesta rechazada unánimemente por los asistentes, y calificada de "insuficiente" y "una verdadera expresión de las clases dominantes", que declaró su incapacidad de dar respuesta a los reclamos más elementales debido a que "Bolivia es un país pobre".


La principal resolución política es la declaración del Estado de Emergencia, para la preparación de la Huelga General Indefinida con bloqueo general de caminos, que se lanzaría a mediados de febrero, para imponer el cierre del Parlamento y convocar a la Asamblea Popular.


Entre los puntos programáticos definidos están:


  • • Construcción desde la COB de un Frente Político con las organizaciones populares y los partidos políticos de izquierda.
  • • No pago de la deuda externa.
  • • Refundación de YPFB bajo control obrero.
  • • Refundación de la Comibol y todas las empresas estratégicas bajo control obrero.
  • • Rescisión de los contratos de exportación de los recursos naturales otorgados a las transnacionales.
  • • Cancelación de las concesiones de aeropuertos.


El Ampliado se extendió por unas diez horas, con la presencia de 70 organizaciones, 43 de ellas afiliadas a la COB. Hubo en todo el encuentro un llamativo contraste entre las resoluciones finales y el desarrollo concreto del debate, al que la mesa ejecutiva buscó todo el tiempo de colocar en el puro plano reivindicativo por rama, y entre el espíritu de lucha general que se filtraba en las intervenciones y el intento desde un principio de Jaime Solares y compañía de regimentar las tendencias a la acción independiente. La burocracia busca en la presente situación legitimarse políticamente mostrándose como la abanderada exclusiva de la lucha contra el régimen, al mismo tiempo que maniobra para aislar e impedir el desarrollo político de los sectores que mostraron mayor combatividad en la lucha de octubre. Solares y Cía. tenían el interés particular de fortalecerse frente a los resabios de la fracción burocrática ligada al MIR que fue desplazada el año pasado y redoblar la apuesta ante la situación política. En la mayoría de los casos, se ve que la profundidad de la crisis en todos los sectores obliga a los burócratas de cada federación a ponerse a la cabeza de la lucha para impedir ser barridos por las bases.


El Ampliado se inició con una dura pulseada reveladora de la política de la burocracia. Cuando le tocó hablar al representante de petroleros, se disputaron el uso de la palabra el "oficial" reconocido por la COB y otro grupo, el de ex-trabajadores de YPFB que exigen la reincorporación y están en los hechos a la cabeza de la lucha por la refundación de la empresa. El propio Solares levantó el podrido argumento de que "esos no son trabajadores, son ex-trabajadores que no tienen relación obrero-patronal". Según él, los ex-YPFB hicieron un congreso nacional en diciembre a instancias de la propia COB, pero cometieron el "pecado" de impulsar una federación de petroleros que reuniera a ocupados y desocupados, por lo que fueron "castigados", al rechazar que la ejecutiva de la Central se reservara la "gestión" del problema. El tema es estratégico no sólo por lo que representa en general, en cuanto es una política manifiestamente antiobrera, sino porque los petroleros, desde que se inició la capitalización-privatización a fines de los ‘80, se redujeron de 6.000 trabajadores a 400 en la actualidad. El conflicto de este sector, que agrupa incluso a compañeros despedidos hace diez años, se anunció públicamente un día antes del Ampliado, cuando un grupo encerró a Solares en la sede de la COB y lo obligó a firmar un compromiso de reconocimiento. A pesar de ello y de tener una de las mayores delegaciones en el Ampliado, no pudieron hablar.


El problema de la estrategia política fue planteado al comienzo por la Federación de Mineros, que reclamó ratificar los términos de la declaración del Congreso de la COB de Oruro, del año pasado, que fijó el objetivo de la lucha por la Asamblea Popular. "Octubre ha quedado trunco pero mostró la potencia del pueblo para cambiar el sistema. Octubre ha derribado incluso los resultados electorales de 2002. Debemos hacer arder en llamas al Parlamento con todos los neoliberales adentro, y preparar a las bases para el cambio que necesitamos", dijo el representante de Mineros, Zubieta.


Después de advertir que se darían sólo 3 minutos por orador y que hablaría sólo un representante por sector, Solares anunció que tomarían la palabra los "invitados especiales", que en cambio hablaron a gusto. Inicialmente los invitados eran Felipe Quispe, de los campesinos; Evo Morales, porque "representa a los compañeros del Chapare", y Gildo Angulo, de la Fuerza Naval Boliviana. Quispe y Morales no asistieron.


Angulo hizo explícita referencia a la "desunión" provocada por el debate en torno a los petroleros, y que era necesaria la "unidad de todos los bolivianos". Para él, lo principal que estaba ocurriendo en el país era haber recuperado la conciencia de la soberanía, aunque lamentó que fuera un "noble hermano latinoamericano", haciendo referencia a Chávez, quien debió recordarle a Bolivia sus "deberes nacionales".


Más tarde, Solares apeló a la "sabiduría" del milico para insistir en el tema de la unidad frente a los que "disocian".


El representante de Quispe habló en aymara pero se aseguró de decir en español que Evo Morales y el MAS "son parte de este gobierno".


El plato fuerte (y que sirvió para definir los campos en el terreno político) fue el enviado que Morales mandó a pasar vergüenza en nombre de él, nada menos que el diputado del MAS (ex-POR, ex-aliado del MNR, ex-todo) Filemón Escobar. Sin que se le moviera un pelo, Escobar explicó que Morales no venía porque tenía una reunión con diputados europeos. Acto seguido, hizo una defensa frente a los que acusaban al MAS de electoralista, por defender a los cuatro vientos llegar a las elecciones de fin de año para lograr el 50 por ciento de las alcaldías. El argumento de F.E. se redujo a responsabilizar a las "ultradas" de la izquierda por los golpes militares, y que la consigna de cerrar el Parlamento conducía directamente al fascismo. Las pruebas históricas, según Filemón, son tres: 1) en el ‘64, cuando la lucha de los mineros "fue aprovechada por Barrientos "; 2) en el ‘71, cuando la COB "se negó al cogobierno con Torres y entonces entró Banzer"; y 3) cuando la movilización sistemática de los mineros en los ‘80 contra el gobierno de Siles Zuazo produjo una reducción de su mandato y la vuelta de Banzer, quien gracias a ello "nos ganó en todos los sindicatos". Conclusión: "Hay que defender esta democracia y este Parlamento".


Los argumentos del histriónico Filemón fueron demolidos uno por uno en sucesivas intervenciones, en las que se le respondió que, por el contrario, la causa de las derrotas había sido la política del "mal menor", de la que él mismo había sido el defensor histórico (siendo dirigente minero de Catavi, por ejemplo, llamando a apoyar al nacionalismo burgués de Paz Estenssoro en el ‘86); que en el ‘71 había sido Torres el que había rechazado las condiciones de la Asamblea Popular para el cogobierno de la COB, inclinándose a la derecha; y que el golpe de Barrientos triunfó gracias al apoyo del lechinismo (por Lechín, el líder histórico de la COB).


Un detalle importante es que el MAS había anunciado en rueda de prensa la presentación del proyecto de ley de hidrocarburos para el 21 en el Congreso, pero la suspendió ante la imposibilidad de defenderla ante el Ampliado. Morales, interrogado por la prensa sobre qué pasaría con Petrobras ante la re-nacionalización que impulsa el MAS, respondió simplemente que la brasileña "no es una transnacional".


La Federación de Mineros (Zubieta) puso el dedo en la llaga con relación a la intervención de Escobar, respondiendo que "la experiencia demuestra que el poder no se conquista por la vía electoral, y la prueba es Lula, que después de años de apoyarse en el movimiento obrero, ¿va a hacer un gobierno socialista? ¡No! Lula ha vendido su cuerpo y su alma al imperialismo".


Otra intervención que apuntó al problema estratégico fue la de la Federación de Prensa de la Paz, dirigida por ex poristas, con el planteo del Frente Revolucionario Antiimperialista, y que la COB debía pronunciarse por la independencia política de la clase obrera. Para variar, el POR levanta como consigna central la dictadura del proletariado, pero evita dar una consigna de salida para la crisis política. Los propios militantes (intervinieron en representación de universitarios) reconocen que están impulsando comités de base en todas las regiones y no tienen una consigna unificadora para la cuestión de conjunto.


La ausencia más notoria en el Ampliado fue la de la COR de El Alto, dirigida por Roberto de la Cruz. De la Cruz, que en El Alto es considerado un burócrata que sólo puso la cara ante las cámaras durante el conflicto, pertenece el MIP (Patchacutic, el de Felipe Quispe), y está amagando crear un movimiento político a nivel nacional alrededor de la notoriedad que ganó en octubre. Su ausencia responde simplemente a negarse a avalar la figura de Solares, en la lucha por el marketing político a la que están lanzados los dirigentes-carreristas más conocidos de las organizaciones de masas.


Un momento importante del Ampliado fue la respuesta de Solares cuando se lo cuestionó por amenazar con la "tercera insurrección" sin haber discutido ni preparado las mínimas condiciones políticas. Solares respondió que el problema militar en particular se resolvía paralizando todas las ciudades del país, contando con la COB, más Felipe Quispe, más Evo con los cocaleros. Ahí defendió la mentada unidad promovida por el "sabio" naval, sumando a todos los que quieren cambiar el modelo, etc. adornándolo con una agotadora fraseología revolucionaria: "Hay que preparar las condiciones objetivas y subjetivas" y cosas por el estilo. Una figura clave en el ejecutivo de la COB, aparte de Solares, es el secretario general, Choquetilla, ligado al PCB. El stalinismo boliviano plantea la consigna de "rescatar la patria", "cambiar la democracia neoliberal por una democracia de masas", y para los sindicatos "extirpar las toxinas de la influencia de los partidos políticos", sin distinción de su base política. El entusiasmo reaccionario de los stalinistas llega al punto de reivindicar ¡la reunión de la Internacional Socialista en San Pablo, ya que ella declaró "un nuevo multilateralismo por la paz, la seguridad y la democracia"!


En la conducta de la dirección cobista, dentro del contexto de las fuerzas que actúan en la crisis política, asoma una apuesta de la burocracia a una salida de tipo chavista (Solares tiene además lazos con el BUS, un grupo lanzado por un milico nacionalista, Vargas), ya que por detrás de la declamada vocación revolucionaria existe una defensa permanente de sus lazos con el frentepopulismo y la izquierda democratizante, y una indisimulada hostilidad contra los que defienden una política independiente.


El desarrollo del Ampliado se caracterizó por una búsqueda de la dirección de impedir la maduración política ante las tareas y los problemas que plantea la crisis revolucionaria, por un esfuerzo por impedir la clarificación política, y al mismo tiempo, por una concentración de la decisión política en el ejecutivo, sin principios. Solares repitió en todas sus intervenciones que no "aprobaba" la iniciativa de las bases, llegando a recurrir al estatuto de la COB para justificarse: "Ojo del que inicie una medida de fuerza unilateralmente sin consentimiento de la dirección en los próximos 20 días", y desincentivando en todo momento la organización de las masas.


La lucha sistemática contra esa política de derrota que amenaza a la revolución boliviana es el factor fundamental para imprimir un carácter clasista al desarrollo revolucionario y llevarlo a la victoria, y reserva un papel decisivo a la internacional revolucionaria de los trabajadores y a la solidaridad, en particular, de todo el movimiento obrero latinoamericano.