Israel bombardea una Gaza devastada

Atacó instalaciones con aviones de guerra.

El Estado de Israel renovó en estos días sus ataques bélicos contra la población de la Franja de Gaza.

Este jueves 6 atacó con aviones de guerra y drones varias zonas en Jabaliya y Beit Lahiya, en el norte de Gaza, causando graves daños a la infraestructura y las propiedades del área. Las Fuerzas de Defensa de Israel declararon que se trataba de ataques contra la infraestructura subterránea de la organización Hamas, en respuesta a globos con dispositivos incendiarios que habían sido arrojados previamente sobre Israel. Pero incluso el diario derechista Times of Israel reconoció que el origen de los globos no había sido identificado.

Días atrás, el Estado sionista ya había perpetrado ataques contra una fábrica de cemento y otros sitios en el centro y sur de Gaza, presentándolos como una respuesta al lanzamiento de un cohete hacia el sur de Israel el domingo, que había sido interceptado por su sistema de defensa.

Los bombardeos caen sobre una Gaza devastada por 12 años de sitio de Israel. La desocupación y la pobreza alcanzaban allí a fines de 2019 tasas del 75%, a lo que se han sumado la pérdida de al menos 4.000 puestos de trabajo desde la llegada del Covid-19, y la fuerte reducción de ingresos en amplios sectores, como le sucede a más de 12.000 taxistas ante la suspensión de escuelas, universidades y otras actividades.

En relación con el efecto de la pandemia, la organización Médicos por los Derechos Humanos Israel denuncia que este país ha respondido solo a la mitad de las peticiones de gazatíes de salir de la Franja para recibir atención. Y cita casos como el de dos bebés, uno de ocho meses y otro de nueve días, que murieron a la espera de esos permisos, al igual que un hombre de 22 años.

Asediados por Israel y ante el callejón sin salida que representa la clerical Hamas para su lucha por la emancipación del sionismo, se alerta que ha habido un incremento de suicidios en la franja de Gaza, con más de 400 intentos en lo que va del año.

Son nuevos episodios de la guerra interminable del Estado sionista contra este pueblo. En Cisjordania, donde los palestinos resisten el plan de anexión de un 30% de esa región acordado por el gobierno israelí de Benjamin Netanyahu y Donald Trump, el mismo jueves 6 las fuerzas de ocupación destruyeron estanques de irrigación en la aldea de al-Jiflik, “llenándolos de escombros para descontinuar su uso”, mientras mantienen la prohibición a los palestinos de “construir nuevos pozos o restaurar los existentes” (Wafa, 6/8).

La derrota del Estado de Israel y su fin, y la conquista de una Palestina laica, unificada y gobernada por los trabajadores, es una causa de interés para la civilización humana.