Israel escala la masacre en Medio Oriente y afirma que invadió el Líbano

El Pentágono amenaza a Irán tras sus lanzamientos aéreos.

Ataque contra el Líbano

Las fuerzas armadas israelíes anunciaron este lunes su ingreso en el sur del Líbano para hacer ataques “focalizados” en una serie de aldeas fronterizas. La operación fue acompañada por nuevos e intensos bombardeos en varios puntos del país, incluyendo el centro de Beirut, la capital. Se estima en casi 100 el número de muertos en la última jornada y más de 1.000 -mayormente civiles- desde el comienzo de la escalada, el 17 de septiembre, cuando un operativo de los servicios secretos sionistas hizo explotar a distancia miles de artefactos con los que se comunicaban integrantes de la organización Hezbollah.

Por su parte, Irán, que respalda al grupo libanés, lanzó este martes entre 200 y 500 misiles contra objetivos militares israelíes. El Pentágono, principal sostén internacional del sionismo, prometió “consecuencias” para Teherán. Las provocaciones y agresiones constantes de Israel colocan a la región ante la amenaza de una guerra regional.

De hecho, en una única jornada, Israel atacó tres paises, ya que a la acción contra el Líbano se suman los bombardeos sobre Siria (que dejaron más de una decena de muertos, incluyendo a una presentadora de la televisión estatal, Safaa Ahmad) y Yemen (allí los ataques aéreos alcanzaron un puerto y centrales eléctricas), a lo que se añade la continuidad de las masacres en Gaza y Cisjordania. “No hay lugar en Oriente Próximo al que no llegue el largo brazo de Israel”, se jactó el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Un vocero de Hezbollah, en tanto, desmintió este martes enfrentamientos cuerpo a cuerpo con las fuerzas israelíes e incluso puso en duda la veracidad de la incursión terrestre. Incógnitas.

Estados Unidos es cómplice de los nuevos ataques sobre el Líbano. Mientras habla para la tribuna de una solución diplomática, el presidente Joe Biden sigue todos los pasos junto a Israel. El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, discutió previamente la última ofensiva con el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant. A su vez, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, explicó que “estamos en conversaciones continuas con ellos”. La Casa Blanca actúa como consejera: desaprueba, de momento, una invasión profunda por los peligros que supone para Israel pero apaña estas operaciones más restringidas con la intención de acorralar a Hezbollah (que después del 7 de octubre se trenzó en un intercambio de misiles en la frontera con Israel), aislar a Gaza, y eventualmente forzar a la resistencia palestina a un acuerdo perjudicial. Los medios militares no se oponen sino que complementan el trabajo diplomático, en la óptica de las autoridades yanquis.

En paralelo a sus conversaciones con el alto mando israelí, el gobierno de Joe Biden resolvió enviar miles de soldados adicionales al Medio Oriente, donde ya cuenta con 40 mil efectivos diseminados en distintas bases militares y varios portaaviones.

Aunque, indudablemente, los bombardeos que diezmaron a la cúpula de Hezbollah, incluyendo a su mayor dirigente, Hassan Nasrallah (ahora reemplazado por el clérigo Hashem Safieddine), suponen un golpe severo para esta organización, es improbable que Israel pueda neutralizar a esta fuerza (de entre 40 y 50 mil combatientes y arraigo en las zonas empobrecidas del sur chiita) exclusivamente por medio de los ataques aéreos. Y aquí empiezan los dilemas para Israel, puesto que ya en 2006 se estancó en el terreno cuando decidió invadir. 

El accionar israelí contra el Líbano plantea una generalización de la barbarie que ya se vive en Gaza, donde en casi un año de operaciones hay más de 40 mil muertos y dos millones de desplazados. Cabe decir que en Líbano, en estas pocas semanas, ya sería casi un millón el número de desplazados, una calamidad para un pueblo que padece ya un cuadro de bancarrota económica, con un 80 por ciento de pobreza y un corralito incluido. Sin una reacción de las masas de Medio Oriente, el colaboracionismo y los límites de las burguesías árabes dejarán a la intemperie a palestinos y libaneses.

Aproximándose el primer aniversario de la invasión de Gaza, está planteado movilizarse en todo el mundo contra el genocidio, por el retiro de las tropas israelíes del enclave costero y por el cese de las agresiones contra Líbano, Siria y Yemen. Frente a la barbarie sionista, defendemos la perspectiva de una Palestina única, laica y socialista, como parte de una Federación socialista de pueblos de Medio Oriente.