Israel: se abre una nueva crisis política

Marcha en Tel Aviv

La presentación de un proyecto de reforma judicial que limita atribuciones de la Corte Suprema ha desatado la primera crisis del nuevo gobierno de Benjamin Netanyahu.

El texto en cuestión es objetado por la oposición debido a que podría obstaculizar los fallos del Tribunal Supremo contra medidas del Ejecutivo y leyes votadas por el parlamento, en el que la coalición del flamante primer ministro tiene mayoría.

La semana pasada, alrededor de 80 mil personas se movilizaron en Tel Aviv para rechazar la iniciativa gubernamental, en una convocatoria amplia de la oposición que incluyó al Hadash-Taal, una alianza de partidos árabes. Ocurre que, en paralelo con el conflicto con la Corte, el nuevo ministro de seguridad, Ben-Gvir, ordenó a la Policía israelí que detenga a quienes exhiban banderas palestinas en lugares públicos.

El presidente Isaac Herzog expresó públicamente su preocupación por el choque entre el gobierno y el Supremo Tribunal y aseguró que trabaja por un acercamiento entre las partes que evite una “crisis constitucional histórica”.

El nuevo gobierno de Netanyahu,  quien ya ocupó el cargo de primer ministro en reiteradas ocasiones, es una coalición de partidos de derecha y extrema derecha que engloba a su partido, el Likud, junto a los ultraortodoxos (Shas y Judaísmo Unido por la Torá), el Partido Sionista Religioso, Poder Judío y el Noam. Reúne 64 legisladores sobre un total de 120.

El programa de gobierno plantea avanzar en la legalización y expansión de los asentamientos y colonias sobre territorio palestino. Y, en forma sinuosa, retoma el planteo de la anexión de Cisjordania, que había quedado en suspenso con el naufragio del llamado Acuerdo del Siglo, en 2020. “El primer ministro formulará y promoverá políticas en cuyo marco se aplicará la soberanía a Judea y Samaria”, dice el documento presentado.

Es un gobierno de guerra contra las masas palestinas, que además incluye a un partido homofóbico como el Noam. Por este motivo, el debut de esta gestión estuvo marcado por protestas en la que se vieron ondear banderas palestinas y de la comunidad LGBTI.

El choque entre poderes que se ha abierto es significativo porque Israel apenas estaba saliendo de un pantano político que condujo a cinco elecciones en apenas tres años.

Habrá que seguir la evolución de este proceso y de la movilización del pueblo palestino, que resiste la opresión sionista.