Italia: quema pública de boletas en rechazo a los tarifazos

Las tarifas se vuelven impagables

El lunes 3 se llevó a cabo en numerosas ciudades italianas una jornada de protestas en rechazo a los aumentos tarifarios en la electricidad y el gas. La luz subió un 60% y se estima un alza aproximada en el fluido.

Las actividades fueron organizadas por la Unión Sindical de Base (USB). En ellas se prendieron fuego boletas que resultan impagables para los sectores populares. Ya a comienzos de mes, hubo una quema pública de facturas en Nápoles, preparada por el Movimiento 7 de Noviembre, que organiza a los desocupados. Y que se inspiró, a su vez, en una medida similar desarrollada en Escocia. En tanto, Codacons, una asociación de consumidores, lanzó una campaña para pagar solo una parte de las tarifas.

Enel y Eni, las compañías de electricidad y gas, respectivamente, tienen como accionista principal al Estado italiano y cotizan en la Bolsa. En los últimos meses, los pulpos energéticos amasaron beneficios extraordinarios por 40 mil millones de euros a raíz de la disparada de los precios. Mientras tanto, la situación de los trabajadores se agrava día a día por el salto inflacionario, que golpea el poder adquisitivo de los salarios. Aquellos sectores de la población que tienen pequeños ahorros se ven obligados a retirar y gastar parte de ellos por este motivo.

Todo el arco político patronal italiano, incluyendo a la futura primer ministro Giorgia Meloni, defiende los aumentos.

La crisis energética (suba de precios y problemas de suministro) golpea con fuerza al viejo continente y el escenario podría agravarse en el invierno. Las sanciones cruzadas entre la Unión Europea y Rusia, como parte del conflicto en Ucrania, han llevado a este escenario.

La disminución del flujo de gas ruso empujó a Italia a buscar una mayor provisión desde el norte africano. Roma propuso en la Unión Europea instituir un techo en los precios para contragolpear a Moscú, pero despertó la reticencia de Alemania, que teme mayores represalias rusas, y de los Países Bajos, que son exportadores de gas. El gobierno saliente de Mario Draghi, vale recordar, es uno de los más involucrados en la guerra, proporcionando armamento al régimen de Volódomir Zelensky. Y Meloni continuará por esa senda.

Ante el problema energético, según Il Manifiesto (2/10), la líder de Hermanos de Italia -en plena negociación de su gabinete- evalúa designar una especie de “superfuncionario” que se aboque al tema, siguiendo el modelo de abordaje de la crisis del Covid-19.

Los tarifazos están en la base de grandes movilizaciones e incluso rebeliones en varios países del mundo (Ecuador, Panamá, Albania, Indonesia, Bangladesh, Sri Lanka). En el Reino Unido, la nueva primer ministro, Liz Truss, debió suavizar el incremento pautado para octubre por temor a la respuesta popular.

En un comunicado de balance de la jornada del 3, la USB criticó al secretario general de la CGIL (principal central obrera italiana), Maurizio Landini, quien se limitó en declaraciones periodísticas a proponer el pago en cuotas de las boletas. Es decir, no rechazó los aumentos ni propuso un curso de acción.

La situación plantea la lucha contra los tarifazos, por la nacionalización bajo control obrero de la industria energética y contra la guerra imperialista.