Julian Assange detenido en Londres

Entregado por Lenin Moreno, el “Scioli” ecuatoriano

El presidente ecuatoriano, Lenin Moreno, el “Scioli” de su país, ex vicepresidente de Rafael Correa y parte de los intentos de escalada derechista en América latina, ha excedido los límites del servilismo hacia su jefe, Donald Trump: por pedido expreso de Washington revocó el asilo y la ciudadanía de Julian Assange, fundador de WikiLeaks, y permitió que Scotland Yard avasallara para apresarlo la embajada de Ecuador en Londres.


Assange fundó WikiLeaks en 2006 y, en abril de ese año, publicó un video en el que se ve a un helicóptero norteamericano que abre fuego contra civiles en Irak. De esa acción resultaron 18 personas asesinadas, entre ellas dos periodistas de la agencia británica Reuters. Desde entonces, WikiLeaks reveló más de 250 mil cables diplomáticos (entre ellos varios de Buenos Aires), en los cuales se revela que el mundo está gobernado por escorias mafiosas.


La primera y principal fuente de información de Assange fue la ex soldado del ejército norteamericano —analista de inteligencia— Chelsea Manning, quien por entonces, antes de cambiar de sexo, se llamaba Bradley Manning. Por su función, Manning tenía acceso a la documentación clasificada que Assange difundió. Más tarde, la soldado Manning permitió que se revelaran, en el año 2010, documentos secretos sobre crímenes cometidos por militares norteamericanos en Irak y Afganistán. Condenada a 35 años de prisión por “traición a la patria”, Manning fue finalmente indultada por Barack Obama.


Aunque Trump prometió el año pasado que sus fiscales pedirán la pena de muerte para Assange, no hay contra el periodista australiano acusación formal alguna. El caso de dos mujeres suecas que lo denunciaron por supuesto abuso sexual fue cerrado por falta de pruebas en 2017.


Ahora, Assange, de 47 años, notablemente debilitado y envejecido por el encierro en la embajada, fue sacado de allí a la rastra por policías británicos, todo ello a pesar de una resolución de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que le pedía a Ecuador mantener el asilo del periodista perseguido, sobre todo después de que el Relator contra la Tortura de ese organismo considerada probados los tormentos y vejaciones sufridos por la soldado Manning en la prisión militar donde se la encerró.


La detención de Assange se produjo por una orden expresa de Trump a su lacayo Lenin Moreno, y por un pedido de la Casa Blanca a Gran Bretaña. Estados Unidos acusa a Assange de “conspiración”, aunque los cargos, según The Washington Post, son en extremo confusos. Sí se dijo en proximidades de Trump que Assange constituye “una amenaza para la seguridad nacional”.


El caso está vinculado también con el de Edward Snowden, otro agente de inteligencia norteamericano que reveló crímenes cometidos por las fuerzas militares de su país. Perseguido por los Estados Unidos y por Interpol, Snowden está ahora exilado en Rusia.


Las protestas por la detención evidentemente ilegal de Assange no se hicieron esperar. Reporteros Sin Fronteras (RSF), por ejemplo, calificó el hecho de “atentado contra la libertad de expresión”.


Por cierto se impone una movilización internacional por la libertad de Assange, para evitar su extradición a los Estados Unidos, donde corre peligro de ser torturado y ejecutado. Su detención forma parte de los intentos derechistas de imponer un estado de excepción permanente y silenciar a la fuerza a cualquier voz que denuncie los crímenes del imperialismo.