Según los diarios argentinos, su Presidente se trata a cara de perro con el pulpo francés Suez, que controla el 70% de Aguas Argentinas. ¿Será cierto? Ocurre que el golpe del boliviano Mesa, en conjunto con los delincuentes que se sientan en el Congreso de ese país, apunta entre otros objetivos a rescatar la concesión a Aguas del Illimani, la filial del pulpo francés en el Altiplano. Hace dos meses Mesa había aceptado rescindir el contrato, debido a una gran presión popular que obedecía a las tarifas confiscatorias y al incumplimiento de inversiones del pulpo. El pacto congresal que coronó el golpe recula de ese compromiso y plantea la vigencia de la concesión del agua. El argentino Kirchner estuvo en la primera fila del golpe boliviano; incluso se abstuvo de inaugurar el ciclo lectivo en Formosa para ocuparse de asegurar el éxito de Mesa. La faena de Kirchner era en este aspecto doble, pues además debía comprometer a Evo Morales en el suceso de la operación. El líder cocalero, aunque no firmó el pacto entreguista entre Mesa y el Congreso, votó por el rechazo de la renuncia del presidente boliviano –lo cual en estas condiciones significa el sacrificio definitivo de cualquier alternativa opositora.

 

¿Espera Kirchner que Aguas Argentinas le retribuya el ‘servicio’ o lo tomará como una advertencia para acelerar el acuerdo que ya Chirac le había reclamado con todo descaro en París, hace un par de semanas?