Internacionales

26/12/2017

La bofetada de Ahed Tamimi

Quién es la adolescente palestina que humilló a los soldados israelíes.

Ahed Tamimi tiene 16 años. Desde el viernes 22 está presa en una cárcel israelí. También, pero en otro lado, su madre Narinam y su prima Nour. La última osadía de Ahed fue cachetear al jefe de los soldados que dispararon a la cabeza y dejaron en coma a su primo Mohammed, de 15 años. La noche siguiente, el Ejército volvió a entrar a la casa de los Tamimi y se la llevó. A ella, cámaras, computadoras. Su madre y su prima fueron detenidas cuando trataron de verla.


Ahed está siendo juzgada por un tribunal militar israelí que tiene una tasa de condenas del 99,7 por ciento. No autorizaron la asistencia de un abogado ni de un familiar.


Esa semana la brutalidad sionista tomó rango de masacre: el martes 19 los israelíes dispararon a Hamed al-Masri a la cabeza, un niño desarmado de Salfit. El viernes dispararon contra Mohammed y fusilaron a Ibrahim Abu Thuraya, amputado de las dos piernas. Ese día Ahed abofeteó al oficial (Haaretz, 21-12).



Los Tamimi viven en Nabi Saleh, un pueblo agrícola de unos 600 habitantes, a 20 km de Ramallah, en la Cisjordania ocupada. Desde 2009, todos los viernes, los pobladores protestan contra los colonos que ocupan sus tierras y desvían el agua del manantial. El Ejército intentó frenar las marchas con represión, allanamientos preventivos, etc. Fracasaron.


Ahed acompañó la protesta como todos los niños de la aldea, pero su carita furiosa dio la vuelta al mundo en 2012, cuando arremetió, con el puño flaquito bien cerrado, contra los soldados que detenían a su hermano menor. "Soy más fuerte que cualquiera de tus soldados", le gritó llorando desde sus 11 años a un milico que luchaba por ocultar su sonrisa. Para entonces su primo Mustafa Tamimi, ya había sido asesinado. Y su tío Rushdie Tamimi también, cuando un soldado israelí le disparó en la espalda por la colina de su casa.


Heroína


En una entrevista de 2016, Ahed cuenta que quiere ser futbolista, pero que cuando está cerrado el puesto militar israelí no puede ir a la escuela. Y lleva a la periodista a ver el mar desde una colina, porque –le explica– los palestinos tienen prohibido acercarse a él. También desde esa altura se ven las prolijas casas de los colonos sionistas levantadas sobre las tierras de la aldea.


“No puedo pensar en el futuro lejano”, dice Ahed. En el mismo video, la madre dice: “Las mujeres palestinas criamos a nuestros hijos fuertes, capaces de luchas por sus derechos, y para enfrentar la ocupación de nuestra patria”.



Ahed es un símbolo del protagonismo de niños y adolescentes en la resistencia palestina. En muchas filmaciones se la ve enarbolando una bandera sobre su mata de pelo rojizo y sus remeras que suelen decir –como las de casi todas las adolescentes del mundo– “Love” o “Peace”. Y a los soldados que reprimen, claro.


En esa chica se concentra el odio del gobierno israelí a los niños palestinos, que crecen tratando de impedir la captura de sus mayores a piedrazo limpio. El ministro de Defensa Avigdor Lieberman –un hombre que propugna una Israel sin palestinos– amenazó: “Todos alrededor suyo, no solo la niña, sino también sus familiares, no escaparán de lo que se merecen”. En la misma línea, el ministro de Educación reclamó prisión perpetua para ella.


¿Por una cachetada?


Según el periodista Gideon Levy, la bofetada de Ahed resonó fuerte en Israel. “La niña de Nabi Saleh –dice- “destrozó el mito israelí de la masculinidad. De repente resulta que el soldado heroico, que nos vigila día y noche con osadía y coraje, se enfrenta a una niña con las manos vacías. (…) De repente los israelíes vieron al enemigo cruel y peligroso al que se enfrentan: una niña de 16 años con el cabello rizado. Toda la demonización y la deshumanización en los medios aduladores se hicieron añicos al enfrentarse con una chica con un suéter azul.”


En la misma línea, Ben Ehrenreich, columnista de The Nation, afirma que Ahed “fue arrestada porque estaba en todas las noticias, y el público y los políticos exigían que la castigaran. Usaron palabras como ´castrado´ e ´impotente´ para describir cómo se sentían cuando miraban a ese soldado con su casco y su escudo y su arma, y ​​a la niña con la camiseta rosa y el rompevientos azul que lo avergonzaban. A pesar de toda su fuerza, poder, riqueza y arrogancia, ella los había avergonzado a todos. Ante el mundo, reveló nuevamente a Israel como el matón”.


El padre de Ahed, Bassem Tamimi, preso de conciencia varias veces, escribió en FB una carta abierta: "Ahed es una chica fuerte y valiente, y estoy orgullosa de la firmeza de mi hija, pero cuando la vi sentada en el Tribunal Militar israelí me sentí impotente y asustado por ella (…). Me duele mucho ver a mi hermosa hija encarcelada en un tribunal militar que ve y trata a los palestinos como menos que humanos".


Ahed es el símbolo de que es posible humillar a los soldados. La campaña internacional debe arrancarla a ella y a los más de 300 chicos de las mazmorras del Estado sionista.


 


Nota: La red de Solidaridad con Prisioneros Palestinos Samidoun denunció que la detención de Ahed Tamimi es "la última de más de 450" realizadas por las "fuerzas de ocupación israelíes después de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, reconociera a Jerusalén como la capital de Israel".