La ‘Caja 2’ de Arafat

La prensa israelí ha dado a conocer en dos oportunidades (suplementos semanales de Yediot Aharonot 3/3 y Ha-aretz 4/4) la existencia de una cuenta secreta en Tel Aviv manejada directamente por Arafat. La información confirma que, desde 1994, Israel ha depositado en dicha cuenta más de 500 millones de dólares.


La cuenta se encuentra en una de las sucursales de Tel Aviv del Bank Leumi, y ha sido denominada ‘Caja 2’, y no tiene nada que ver con otras cuatro cuentas que la Autoridad palestina posee en otros bancos. De la información surge que sólo dos personas tienen acceso a dicha cuenta: Arafat y su consejero económico Khaled Salem. EE.UU. y los países europeos garantes de los acuerdos de Oslo, así como también el difunto Itzhak Rabin, han criticado la existencia de esa cuenta, por cuanto no puede ser controlada por los organismos financieros internacionales.


Entre los objetivos de la cuenta se encuentran pagar los sueldos de los integrantes de la policía y demás servicios de represión palestinos, como el de las retribuciones de altos funcionarios. Otras fuentes han sugerido que dicha cuenta sirve para financiar ‘premios’ a determinados funcionarios (Ha-aretz, 7/2). Por ejemplo, Abu Mazen, mano derecha de Arafat, acaba de construirse una mansión en Gaza por valor de 5 millones de dólares.


El otro objetivo, financiar un plan para situaciones de emergencia en las que se vea involucrado Arafat. Según un alto funcionario israeli, la Autoridad palestina ha elaborado un plan para el caso de una revolución contra Arafat en los territorios. El plan contempla la huída del presidente y su familia y el mantenimiento de una dirección adicta en el exterior. Según el viceministro de economía palestino, Maher el-Korad, “la Autoridad palestina tiene el derecho de proporcionarse reservas en casos de emergencia, como una guerra civil”, agregando que “es una lástima que los países donantes (a la Autoridad) e Israel no entiendan esto” (Ha-aretz, 4/4).


La existencia y el uso de la cuenta secreta es una muestra más no sólo de la corrupción de la burguesía palestina, sino de su rol de agente a sueldo de los intereses imperialistas y del sionismo.