Internacionales
4/8/2008|890
La consigna de los entreguistas
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A ningún trabajador argentino le debe pasar desapercibido que el golpe petrolero boliviano, que Mesa ejecutó con el apoyo de Bush pero por sobre todo con el de Kirchner y Lula, se hizo con la consigna “abajo los bloqueos” (textual) –o sea los piquetes–. Ha quedado más claro que nunca que la furia antipiquetera se enlaza en forma directa con la entrega de los intereses nacionales. El golpe boliviano ha traducido en los hechos los reiterados llamados de Washington para limpiar las calles de piqueteros.
El movimiento piquetero es una realidad de características diferentes en los países de América del sur: sin tierra brasileños y paraguayos; cocaleros y campesinos bolivianos; desocupados e incluso obreros y vecinos en Argentina y Uruguay. Lo que ha ocurrido en Bolivia tiene lugar en todos estos países, donde la consigna de la recuperación capitalista es “basta de piquetes y de piqueteros”. En la plaza Murillo, de La Paz, se reclamó “mano dura” contra ellos, desnudando la raíz fascista de la reacción antipiquetera. A nadie le debería pasar por alto que Mesa armó una crisis nacional del mayor nivel, nada menos que contra un método de lucha. Aquella izquierda que, en Argentina, sobrevive con la expectativa de que los piqueteros desaparezcan, para que la ‘lucha de clases’ vuelva a ‘la normalidad’, haría bien en fijarse que ése es el objetivo fundamental de la reacción y del fascismo. Lo mismo cabe decir de los que se empecinan en negar al piquete el carácter de una acción directa de masas y una escuela de lucha revolucionaria, cuando es el instrumento de los explotados por sus reivindicaciones. Los sucesos bolivianos hacen obligatorio el frente único de todas las organizaciones de lucha en defensa de los piquetes y de los piqueteros y el apoyo a la asamblea por excelencia de estos movimientos, la ANT que tendrá lugar el 19 y 20 de marzo en Sasetru.