La crisis mundial fogonea las huelgas en China

Los reportes sobre la oleada de huelgas que nuevamente sacuden a la “fábrica del mundo” inundaron la prensa internacional.

Este dato marca definitivamente una tendencia en la lucha de clases, que se agudiza como consecuencia del impacto de la bancarrota capitalista en los Estados y en los regímenes políticos ‘parlamentaristas’. En China se desarrolla una relocalización parcial de industrias al interior agrario y a países con salarios más bajos -como Bangladesh, Camboya o Vietnam- planteando una cuestión de empleo en una población de 1.400 millones de personas. “Miles de trabajadores manifestaron frente Hi-P, una empresa tecnológica ubicada en los suburbios de Shangai, contra la decisión de la firma de trasladar la planta a otra provincia, despidiendo previamente a 1.000 empleados. La policía intervino y “se generaron enfrentamientos que terminaron con detenidos y varios heridos” (Clarín, 3/12).

Otro reporte señala: “En la última semana, más de 10.000 trabajadores en Shenzhen y Dongguan fueron a la huelga por el deterioro en las condiciones. En la provincia de Guangdong, las protestas se producen con una frecuencia que no se veía desde las huelgas del año pasado en las compañías japonesas instaladas en el país (Cronista, 24/11). La misma publicación destaca: “El temor por la economía china creció ayer porque un índice de manufactura compilado por HSBC cayó a niveles que no se veían desde marzo de 2009. Además, el gobernador de Guangdong informó la semana pasada que las exportaciones de su provincia cayeron un 9% entre septiembre y octubre” (ídem).

China registró en noviembre su primera caída en la producción industrial desde febrero de 2009: “El índice PMI de la Federación China de Logística y Compras (CFLP), una entidad próxima al gobierno, cayó a 49 en noviembre, 1,4 puntos menos que en octubre, en su primer retroceso desde febrero de 2009. Un índice inferior a 50 implica una contracción de la actividad” (Infobae, 1/12).

Guangdong, el corazón industrial chino, también registró una huelga de 1.400 obreros de la fábrica Honda por aumento salarial. Lo significativo de la medida de fuerza fue la decisión de los trabajadores de mantener la huelga contra la voluntad de la Federación de Sindicatos, la central sindical oficial, lo que refuerza la tendencia a la ruptura con la burocracia sindical entre los obreros chinos.

Además, hubo protestas en la empresa proveedora de Apple e IBM, en una fabricante de zapatillas para Nike y Adidas en Dongguan y en una fábrica de ropa interior en Shenzhen.

Las consecuencias de la crisis mundial sobre China significarán un revulsivo de carácter extraordinario sobre la bancarrota capitalista.