La ‘cuestión obrera’ en toda Europa

Durante más de una semana, los trabajadores mecánicos noruegos fueron a la huelga. La medida, en la que participaron 37.000 obreros de más de 500 fábricas, fue la primera que sacudió al gremio mecánico en los últimos 72 años. Este solo hecho basta para convertirla en un acontecimiento histórico para el movimiento obrero noruego. El reclamo que despertó a los obreros mecánicos de un ‘sueño’ tan prolongado fue el rechazo al convenio colectivo acordado entre el sindicato y las patronales, bajo la presión del mediador del gobierno (socialista).


La huelga de los mecánicos —que siguió casi inmediatamente a la que sostuvieron los petroleros de las plataformas marítimas— tuvo un gran impacto en toda Europa y en especial en Alemania, principal consumidor de las autopartes fabricadas en Noruega.


Después de una semana —y a contramano de la tendencia mundial del capital a elevar la edad jubilatoria—, la huelga de los mecánicos logró imponer  la reducción —de 63 a 62 años— de la edad de retiro.


Manifestaciones y huelgas en Francia


El movimiento obrero francés viene de cumplir una ‘jornada nacional de protesta’ con manifestaciones y paros en las principales ciudades del país.


Convocada en conjunto por todas las organizaciones sindicales, las manifestaciones y las huelgas se realizaron detrás de una consigna equívoca: la “reducción de la jornada laboral”. Mientras que para algunos sindicatos —como la CGT, del stalinismo— esa reducción no debería afectar los salarios, otros —como la cristiana CFDT— ya se han declarado dispuestos a aceptar alguna forma de reducción salarial.


La marcha realizada en París no se dirigió hacia las sedes del poder político, sino hacia el edificio que ocupa la central patronal, que se opone a cualquier reducción de la jornada de carácter general. Los patrones, en cambio, aceptarían una discusión ‘rama por rama’ , en la que se establezcan, además de la reducción de los salarios, nuevas normas de ‘productividad’. La mayoría gubernamental del parlamento, por su parte, estableció un paquete de subsidios para los capitalistas que creen nuevos empleos mediante la reducción de la jornada: por cada 2.000 francos de un nuevo salario creado por los capitalistas, éstos recibirían cerca de 20.000 de subsidios (Página/12, 24/5). Para la burocracia, de lo que se trata, entonces, es de recrear el ‘acuerdo social’ al que arribó el año pasado con las patronales y el gobierno acerca de la reducción de la jornada… pero que no ha arrojado ningún resultado práctico.


Las manifestaciones estuvieron muy lejos de las que los mismos trabajadores franceses realizaron a fines del año pasado, cuando millones salieron a las calles a repudiar el ‘plan Juppé’. Pero en ésta, la primera manifestación política nacional desde entonces, los trabajadores llevaron algunas de las consignas que los movilizaron en diciembre, en particular los trabajadores estatales, que enfrentan la amenaza gubernamental de despedir a varios miles de ‘excedentes’. El próximo 6 de junio, con la manifestación nacional a París que tienen programada los ferroviarios, para protestar contra los planes oficiales de despidos y de cierre de ramales, la movilización obrera pegará un nuevo salto.