“La gente tiene hambre”: crecen las tendencias a la explosión social en Italia

En los últimos días, la prensa internacional dio cuenta de la radicalización de la situación política italiana. Después de los grandes procesos huelguísticos en el norte, y del paro masivo del 25 convocado por la Unión Sindical de Base (USB), comenzaron a producirse saqueos en Palermo, capital de la provincia de Sicilia en el sur. Y existen llamados sistemáticos por las redes sociales a la rebelión popular. Esto se produce en un cuadro de  agravamiento de la crisis sanitaria producto del coronavirus. Italia alcanza un total de casi 100.000 infectados y 10.700 victima fatales.



La brutal emergencia sanitaria se está convirtiendo en una gran emergencia social. A tal punto que “los alcaldes y los servicios de información le advierten al gobierno central: 'la gente tiene hambre'” (ABC de España). Los supermercados de la capital de Sicilia ya están custodiados por la policía (Infobae, 29/3). Las fuerzas de seguridad, en varias ocasiones, usaron la represión para impedir más saqueos.


Al mismo tiempo, las autoconvocatorias vía Facebook y Wathsapp se multiplican. También se hizo viral un video de un padre con su hija, comiendo un pedazo de pan con Nutella, que le advierte al primer ministro Giuseppe Conte y al alcalde de Palermo : “si mi hija no tiene para comer un trozo de pan iremos a los supermercados” (ABC de España). Este video se compartió en todas las redes en pocas horas.


Los saqueos y el llamado a asaltar los supermercados son una señal de la desesperación y de la belicosidad popular, en medio de la crisis. Es importante orientar y traducir esa energía hacia una lucha contra el poder político.


En el sur italiano existe una gran cantidad de trabajadores informales. En esta región, la economía en negro engloba a casi cuatro millones de personas. Con el cierre de todas las actividades económicas no esenciales, dictado tardíamente por el gobierno de Conte, estos trabajadores no obtienen ingresos hace semanas, lo que provoca que la tendencia a la rebelión se agudice hora tras hora.


Sicilia no es el único lugar de Italia donde aumenta la tensión. En Campania, el territorio donde se ubica la ciudad de Nápoles, se han registrado muchos robos a personas que salen de comprar en los supermercados. El alcalde de Herculano manifestó tener una desocupación del 75% en la juventud.


Desde el norte se extiende un proceso huelguístico por la falta de implementación de la cuarentena en la gran industria. Contra la decisión de mantener abiertos las fábricas no esenciales, los bancos y los supermercados. Es por esto que los trabajadores organizaron cacerolazos en el sur.

   

El gobierno trata de contener con el anuncio de destinar  400 millones de euros para que los municipios distribuyan cheques de compra o se suministren alimentos a los sectores más golpeados (Infobae, ídem). Pero el gobierno es el responsable de no declarar el aislamiento a tiempo por las presiones de las patronales en un cuadro de agravamiento de la crisis mundial. Desde la derecha, el líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, está buscando aprovechar la crisis para reposicionarse con un discurso que culpa a China y los inmigrantes por el virus.


Los sucesivos gobiernos italianos, centroderechistas o centroizquierdistas (actualmente, el país es gobernado por una coalición del Partido Democrático y el Movimiento 5 Estrellas), son responsables de  realizar, en la última década, un ajuste de 37 mil millones de euros en el sistema de salud italiano. Este recorte provocó un gran deterioro y agravó la diseminación de la pandemia, que hoy cuenta ya con cientos de muertos por día y casi cien mil infectados.


Al mismo tiempo, el gobierno es responsable de cerrar todas las actividades económicas no esenciales sin dar una salida a los trabajadores que de la noche a la mañana se quedaron sin ingresos. En este sentido, el reclamo más importante de este sector, es la extensión del seguro al parado de 550 euros a todos los desocupados. La suspensión de los despidos por dos meses, que tuvo que adoptar el gobierno por la presión obrera, solo abarca a los sectores en blanco.



Frente a la gran crisis en curso, sanitaria y económica, está por verse si el gobierno italiano va tener la capacidad de contener la tendencia a la explosión social y la rebelión.


Más que nunca, es necesario el desarrollo de una fuerza revolucionaria que pueda terciar en la crisis y abrir una salida política de los trabajadores.