Internacionales
17/4/2025
La guerra comercial de Trump genera una salida de capitales de Estados Unidos
El derrumbe del dólar y los bonos del Tesoro es el resultado de una fuga de capitales en búsqueda de “refugio”
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La guerra comercial incentivó una nueva crisis financiera
El simultáneo retroceso de Wall Street, los bonos del Tesoro y la caída del dólar impusieron a Donald Trump la necesidad de suspender los aranceles, excepto los de China, que elevó al 154%. Pero a las pocas horas, ante la presión de las empresas que dependen de lo producido en el gigante asiático, levantó también los aranceles a productos de alta tecnología. Los avances y retrocesos están develando el entrelazamiento de las empresas de Estados Unidos con lo producido en la nación oriental.
El levantamiento de los “aranceles recíprocos”, fue impuesto por uno de los derrumbes simultáneos de acciones, bonos y del dólar.
El derrumbe de todos los mercados en simultáneo no fue visto en las crisis financieras “de 2008; 2001, 1997 o 1987. En estas crisis financieras los precios de los bonos subieron. Solo fue visto en el pánico por el Covid 19”, comentó G. Tett, editora del Financial Times, luego de analizar las diversas alternativas que explican el derrumbe de la deuda y el salto de las tasas de 3.85 a 4,50% en los pocos días que siguieron al anuncio de los “aranceles recíprocos”. Y agregó una alternativa que tampoco sucedió en las crisis anteriores. Ahora “aumentan los rumores sobre posibles riesgos de impago futuro”. El anuncio de Trump de “suspensión por 60 días” a excepción de China no detuvo el derrumbe de los bonos (Financial Times, 9/4).
El aumento del riesgo país de Estados Unidos
Las tensiones en el mercado de deuda de Estados Unidos son un fenómeno novedoso en la tormenta financiera iniciada por los aranceles.
Las tasas de interés se han incrementado ante la brusca caída del mercado de 29 billones de dólares. La suba de las tasas hasta 5% en los bonos de largo plazo (30 años) ha prendido todas las alarmas por la velocidad del aumento desde el anuncio de los “aranceles recíprocos”.
Los bonos comenzaron una veloz caída y la suba de los intereses es contraria a lo declamado por Donald Trump cuando le pide al presidente de la Reserva Federal que baje las tasas para aliviar la carga del endeudamiento del Estado y las empresas.
El crecimiento de las tasas de interés se está produciendo en un año donde la renovación de vencimientos requiere emisión de nueva deuda, a la que se suma el déficit del presupuesto (previsto en 2 billones de dólares). Se proyecta una necesidad de endeudamiento de 9 billones de dólares, una cifra extraordinaria.
Los bonos del Tesoro y el dólar en el centro de la tormenta
Los bonos han tenido un comportamento bajista desde que asumió Trump. Y el mismo camino ha recorrido el dólar frente a las monedas de los principales socios comerciales. Esta combinación tiene una sola explicación, una salida masiva de capitales, que han abandonado a los bonos del Tesoro como “refugio” ante las turbulencias financieras.
En la crisis del 2008, las caídas de las acciones en Wall Street generaban un flujo de dinero hacia los bonos de renta fija, lo que se llamaba “un vuelo a la calidad”, por ser considerados los bonos del Tesoro una inversión de alta seguridad y con la mayor calidad de una inversión por las agencias de calificaciones, que rotulaban con triple A las emisiones del Tesoro.
Los avances y retrocesos en la implementación de los aranceles están paralizando el comercio internacional y generando una las peores turbulencias en los mercados financieros. Eso ha dañado la confianza de los capitales, que han optado por la venta de activos en dólares y buscado otros horizontes. La salida de capitales ha fortalecido el euro, el yen japonés, el franco de Suiza, etc, que han subido más del 10 por ciento desde inicios del año.
Los mercados en Estados Unidos padecen una “fuga de capitales” hacia el oro
La salida de dinero invertido en acciones ha derrumbado las cotizaciones desde el inicio del gobierno de Trump. El promedio de Wall Street cae 8 por ciento. La peor parte le corresponde a las mayores empresas tecnológicas, valuadas en billones de dólares, que han recortado 18 por ciento. Las pérdidas de capitalización superan los 11 billones de dólares.
En cambio, el oro ha sido el centro de la inversión global. Sus precios han crecido un 26 por ciento desde inicios de año, convirtiéndose en el “refugio” ante el temporal; allí se acumulan compras de los bancos centrales y particulares. Estados Unidos, de ser un exportador de oro, se ha convertido en importador desde el inicio del gobierno de Trump.
El mercado de futuros de oro en el Comex de Nueva York tiene cifras extraordinarias de pedidos de entrega del oro físico al vencimiento. Los futuros de oro eran renovados a su vencimiento debido a las dificultades de traslado y custodia de los lingotes de oro. Desde inicios de años se ha producido un progresivo incremento de entrega de las compras al vencimiento de los contratos. El mercado de futuros se ha transformado en en un mecanismo de compra de oro físico.
Un informe de Comex “muestra que el oro almacenado en sus almacenes en Estados Unidos alcanza un máximo histórico de 43,3 millones de onzas troy por un valor de 135.000 millones de dólares a precios actuales, en comparación con los 17,1 millones de noviembre, cuando Donald Trumpfue elegido presidente de Estados Unidos” (Reuters, 31/3).
Esto ha generado una necesidad de traer oro desde todas partes del mundo para dar cumplimiento y satisfacción a los pedidos de entrega del “oro físico”. El Banco de Inglaterra mantiene oro en nombre de numerosos bancos centrales y ofrece cuentas de oro a bancos comerciales que operan con ellos. Le han llovido pedidas de entrega muy superiores a los promedios anteriores, lo que ha generado “retrasos” de meses en la entrega a sus propietarios de las barras de oro que son llevadas desde Londres a Nueva York.
Todos estos fenómenos alimentan el derrumbe del dólar ya mencionado y la aparición de mercados regionales que buscan su sustitución por mercados zonales o regionales, bajo el incentivo de la guerra comercial iniciada por el gobierno de Trump. Uno de las más avanzados es el del yuan digital de China con los países del sudeste asiático y varios países árabes.
El sistema SWIFT y el yuan digital
China impulsó un sistema de pagos transfronterizo denominado “Proyecto mBridge”, que fue el antecedente del uso del yuan digital para pagos internacionales. Es un proyecto de monedas digitales emitidas por bancos centrales (CBDC) para transferencias transfronterizas. Usa el remminbi o yuan digital para sus transacciones, aunque puede usar otras monedas. Es el “más avanzado y acaba de sumar una importante economía del G20 y el mayor exportador de petróleo del mundo", dijo un especialista del Consejo Atlántico, con sede en Estados Unidos. (Reuters, 5/6/24).
Este sistema de pagos entre países puede suplantar al SWIFT (Society for Worldwide Interbank FinancialTelecommunication) que es el sistema de pagos transfronterizo propiedad de bancos y empresas que se utiliza para pagos internacionales; mediante una red de mensajería a bancos corresponsales en cada país acreditan los pagos en las cuentas de los destinatarios. Si se realiza una transferencia hacia otro país los bancos utilizan este sistema. Está dominado por Estados Unidos y Europa. Cuando Rusia invadió Ucrania sus miembros acordaron expulsar a Rusia y lo convirtieron en un paria financiero al no poder realizar el pago de importaciones o transferencias entre particulares.
Ese antecedente de expulsión de un país miembro, incentivó el proyecto de China de un yuan digital. El ensayo fue el denominado “proyecto mBridge” para pagos internacionales. China también está llevando a cabo el sistema del yuan digital en su propio país, que ya es usado por 260 millones de personas y cubre 200 escenarios, desde el comercio electrónico hasta los pagos de estímulo del gobierno chino.
El yuan digital y el Sistema de Pagos Interbancarios Transfronterizo (CIPS)
El CIPS es el sistema de pagos que ofrece servicios de compensación y liquidación a sus participantes en pagos y comercio transfronterizos en renminbi (RMB). El CIPS cuenta con el respaldo del Banco Popular de China y se lanzó en 2015 como parte de una iniciativa política para internacionalizar el uso de la moneda china.
Ya tiene 4.800 instituciones bancarias en 185 países y regiones de todo el mundo. El 17 de marzo de 2025, el Banco Popular de China hizo un anuncio innovador, revelando que el sistema de liquidación transfronteriza digital en RMB (remminbi o yuan digital) ahora está completamente conectado a los diez países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático compuesta por Brunei, Camboya, Indonesia, Laos, Malaysia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam y seis naciones de Medio Oriente entre las que se encuentra Arabia Saudita.
A diferencia del sistema SWIFT, que aún presenta retrasos de entre tres y cinco días en los pagos transfronterizos, el puente de divisas digitales de China ha reducido la velocidad de las transacciones a tan solo siete segundos. Una prueba reciente entre Hong Kong y Abu Dabi demostró esta eficiencia cuando una empresa pagó a un proveedor de Oriente Medio utilizando RMB digital. La transacción ya no requiere pasar por bancos intermediarios, sino que se liquidó en tiempo real a través de un libro mayor distribuido, lo que redujo las comisiones de gestión en un 98%. Esta capacidad de "pago relámpago" está basada en cadenas de bloques que permiten pagos directos sin intermediarios. Una superación técnica del sistema SWIFT dominado por el dólar.
La guerra comercial de Trump con las tarifas se está transformando en una crisis financiera
La gran crisis financiera de 2008 iniciada con hipotecas impagas que se trasladó a derivados organizados por los bancos estadounidenses (BMS), llamados valores respaldados en hipotecas, generó una crisis financiera que buscó ser superada con una intervención de la Reserva Federal de compra de activos tóxicos desvalorizados en poder de los bancos y sistemas de préstamos a todo el sistema bancario. Luego la Reserva, para dar impulso a la economía, compró bonos del Tesoro y bonos respaldados por hipotecas para reducir la tasa de interés y dar liquidez al sistema financiero y para impulsar la economía. Logró contener las corridas bancarias y estabilizar las finanzas.
La “estabilidad” de las finanzas fue a costa de millones de desalojados, y de la carga impositiva del salvataje. El “brillo” de Wall Street se forma con el sudor y sacrificio de los millones de trabajadores y contribuyentes.
Aún hoy, en el balance de la Reserva Federal, hay más de 2 billones en activos respaldados por hipotecas y más de 4 billones de dólares en bonos del Tesoro.
Hoy la Reserva Federal no tiene la capacidad de un rescate de la escala del realizado en 2008. Y el derrumbe de la capitalización de Wall Street y el monto de la deuda es muy superior para lograr contenerlo.
Aún más importante, las ventas (remates) de bonos no tienen demanda y desde la asunción de Trump, el mercado está en retroceso. Esta situación de reducción de la capacidad del Estado para contener una crisis es el resultado de los múltiples rescates y subsidios al capital financiero. La auditoría ordenada por el Senado de Estados Unidos sobre el salvataje de la crisis financiera del 2008 estimó el monto en 16 billones de dólares.
Es por eso que el comentario del periódico fiel a Wall Street, el Wall Street Journal explica así la fuga de capitales que padece Estados Unidos: “los inversores han reaccionado a las políticas comerciales fluctuantes de Trump deshaciéndose de activos estadounidenses, deshaciéndose de las enormes apuestas que hicieron en los últimos años con la idea de que Estados Unidos eclipsaría económicamente al resto del mundo. Al vender activos en dólares estadounidenses, los reciclan en monedas nacionales, lo que impulsa su valor” (16/4).
Y abre un interrogante: “La caída del dólar ha alimentado preguntas sobre el daño a la economía estadounidense causado por el cambio de política comercial de Trump y si la moneda seguirá siendo un refugio para los inversores en tiempos de tensión en el mercado” (ídem).
El capitalismo en Estados Unidos está nuevamente ante una crisis financiera incentivada por la guerra comercial de Trump, que se expandirá mediante el dólar y los desvalorizados bonos del Tesoro a todo el planeta.
La salida está en manos de los trabajadores y explotados, que en Estados Unidos ya han ganado la calle. Ahora impulsemos la unidad en la lucha contra la política criminal del imperialismo.
