Internacionales
16/5/2025
La guerra comercial de Trump no logra sus objetivos
La “tregua” entre China y Estados Unidos es temporal
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La tregua acordada entre las delegaciones de China y Estados Unidos es por tres meses
Estados Unidos y China acordaron un alto el fuego en su guerra comercial que fue recibido por la prensa internacional y por los mercados como un alivio a las tensiones generadas por los aranceles impuestos por Donald Trump a todo el mundo.
Luego que Trump subiera los aranceles a todos los países con los que comercia “el día de la liberación”, el impacto en la economía global y en los mercados mostraron una caída profunda que reflejaban el temor generalizado a que la economía global iniciara una recesión. El derrumbe de los mercados llevó a representantes de Wall Street a alzar la voz contra los “aranceles”, como las opiniones de J. Dimon, presidente del J. P Morgan y figura representativa de la gran banca global. Poco después, Trump realizaba un levantamiento “temporal” de los aranceles -a excepción de los impuestos a China.
Luego se realizaron dos acuerdos, con el Reino Unido y con China. El último produjo una ola de alivio y una respuesta con suba de los mercados. Pero de corto plazo, el dólar y los bonos de la deuda de Estados Unidos borraron las ganancias iniciales.
Los efectos de los aranceles han producido un impacto en los costos de grandes empresas que ven reducir las ganancias y la imposibilidad de planificar su actividad.
El acuerdo con China impuesto, por las presiones de Wall Street y el desabastecimiento
La tregua acordada entre las delegaciones de China y Estados Unidos es por tres meses; las partes acordaron reducir drásticamente los aranceles en 115 puntos porcentuales. Quedan en 30% las importaciones desde China a Estados Unidos (más un 10% que ya tenían) y en 10% las importaciones desde Estados Unidos a China.
El acuerdo con China es el segundo, luego del firmado con el Reino Unido. Ambos permiten a Trump presentarse con resultados. Aunque ahora la reducción del comercio implica una profunda caída, se espera se reactive parcialmente luego del acuerdo con China.
Los resultados del acuerdo reavivarán el comercio, pero este dista de haberse normalizado. "Para fines de este mes, tendremos un 20% menos de llegadas de barcos y probablemente un 25% menos de volumen de carga", dijo Gene Seroka, director ejecutivo del Puerto de Los Ángeles.
El puerto de Long Beach también experimentó una reducción del 35-40% en la carga la semana pasada y señaló que, durante 12 horas el viernes, ningún barco salió de China con destino al Complejo de la Bahía de San Pedro, que abarca tanto Long Beach como el puerto de Los Ángeles. Fue un suceso que las autoridades no habían visto desde la pandemia.
La caída del comercio se espera se reactive en las semanas próximas. Pero no se espera una normalización (CNN,14/5).
Los mercados a divisa y los mercados se recuperaron, pero rápidamente se van desvaneciendo. El dólar comienza nuevamente a retroceder y los bonos de deuda siguen en declinación. El alivio es lo que una aspirina a una enfermedad grave del capitalismo en Estados Unidos.
Los aranceles de Trump impactan en las empresas que quiere proteger
Un editorial del Wall Street Journal anterior al acuerdo dice, refiriéndose a Trump, que “los aranceles podrían hundir su presidencia”. Y menciona que “fue elegido para controlar la inflación y aumentar los ingresos reales, pero los aranceles hacen lo contrario. Garantizan al menos un aumento único en los precios de los bienes importados que fluirán a través de la economía. Presagian escasez para los consumidores y para las empresas que se abastecen de bienes y componentes del extranjero”.
Los aranceles de Trump representan el mayor impacto en la política económica desde que Richard Nixon destruyó Bretton Woods en 1971 y aplicó un arancel a las importaciones que fue uno de los desencadenantes de una inflación que se va a extender durante la década de los setenta.
Es un error pensar que el daño arancelario es solo interno. “El ataque, sin ningún tipo de planificación, contra aliados y enemigos ha socavado la confianza global en la fiabilidad de Estados Unidos”, afirma un columnista (Wall Street Journal, 29/4).
El editorial del Wall Street Journal resume la opinión de sus representados en Wall Street, las grandes corporaciones y monopolios globales que ven el derrumbe de sus acciones y están anunciando recortes de ganancias para sus accionistas, incertidumbre, caída de ventas y aumentos de costos.
Las empresas reducen sus ganancias, aumentan los precios y desconocen cómo quedarán los aranceles
El máximo ejecutivo de Apple, Tim Cook dijo que “suponiendo que las tasas arancelarias globales actuales… no cambien durante el resto del trimestre y no se agreguen nuevos aranceles, estimamos que el impacto agregará $900 millones a nuestros costos”, y agrega que es "muy difícil" hacer predicciones para la segunda mitad de 2025. El incierto entorno arancelario dificulta predecir más allá de junio cómo afectarían los gravámenes a los costes de Apple.
El gigante tecnológico Amazon añadió el jueves "políticas arancelarias y comerciales" a la lista de factores que representan un riesgo para sus ganancias, mientras que McDonald's afirmó que el nerviosismo económico afectaba a sus clientes (Financial Times, 1/5).
Empresas de servicios petroleros como Baker Hughes y Halliburton informaron sobre aumentos de costos de centenares de millones de dólares, que pueden afectar las ganancias y causar una reducción en la perforación.
ATT y Verizon informaron que los aranceles producirán un aumento de los enrutadores y los teléfonos. El director ejecutivo de 3M dijo que “los aranceles son un obstáculo este año”. Informó los traslados de producción de sus 110 fábricas y 88 centros de distribución, recortando costos y subiendo precios.
La empresa aeroespacial y de defensa RTX (ex Raytheon) informa de una reducción de 850 millones de dólares en sus beneficios debido a los aranceles si se mantienen vigentes hasta fin de año.
General Electric Aerospace apunta una suba de sus precios para compensar 500 millones de dólares en costos adicionales por los aranceles.
Los directores de Walmart, Home Depot y Target advirtieron a Trump, en una reunión en la Casa Blanca, sobre el impacto de los aranceles en la cadena de suministro y que los estantes pueden estar vacíos en pocas semanas.
El descontento de los empresarios es amplio y se va reflejando en los informes de los balances, que explican el impacto de los aranceles en el incremento de los costos y las dificultades de la cadena de suministros.
Cuál es el objetivo de los aranceles de Trump? Reducir el déficit comercial crónico o aislar a China?
El declamado objetivo de Trump al imponer aranceles a todos los países con los que comercia es reducir el déficit comercial, que sumado al del Presupuesto son causantes del crecimiento incesante del endeudamiento. Una bola de nieve que ahora encuentra crecientes costos por la suba de las tasas de interés de los bonos y falta de compradores, presagia dificultades para renovar abultados vencimientos en 2025.
Pero funcionarios chinos denuncian que el objetivo encubierto de la “guerra comercial” no es solo “comercial”, es decir, que es una guerra contra China, para aislarla y bloquear su acceso a la cadena de suministros.
Y eso ha saltado a la luz en el acuerdo firmado con el Reino Unido. El “alivio” arancelario que Estados Unidos dispensa al Reino Unido es con el compromiso que “trabaje para cumplir rápidamente los requisitos estadounidenses” sobre la seguridad de la cadena de suministro y la “propiedad de las instalaciones de producción pertinentes”.
Funcionarios del Reino Unido han afirmado que Trump ha dejado claro que China es el objetivo de dicha condición. El acuerdo especifica que la reducción arancelaria de los productos británicos dependerá de las llamadas investigaciones de la Sección 232, que determinan si ciertas importaciones afectan la seguridad nacional de Estados Unidos. O sea, incluye cláusulas para reducir el comercio con China si afectan la “seguridad” de Estados Unidos, lo que ha sido el justificativo de las miles de sanciones a las empresas chinas, que ahora se agrega en los acuerdos comerciales.
La aceptación por parte de Londres de las cláusulas de seguridad de Washington provocó sorpresa y preocupación en Beijing, especialmente porque el gobierno del primer ministro británico, Sir Keir Starmer, había estado trabajando para mejorar los lazos con China, según asesores gubernamentales centrados en el comercio. Algo que el acuerdo cuestiona (Financial Times, 13/5).
"Este tipo de cláusula de píldora venenosa es, en realidad, peor que los aranceles", dijo un funcionario chino.
La “guerra comercial” y la guerra contra China
La pausa acordada entre Estados Unidos y China es temporal. Con el agravante que acumula nuevamente el suspenso de nuevos cambios luego de noventa días. Y la amenaza de Trump que si no se llega a un acuerdo, subirá nuevamente los aranceles.
El acuerdo con China, al igual que el acuerdo marco con el Reino Unido anunciado la semana pasada y la reducción temporal de los aranceles impuestos a otros socios comerciales el mes pasado, es una medida ejecutiva de Trump. No es un tratado legalmente vinculante ratificado por el Congreso. Por lo tanto, nada impide que Trump vuelva a subir los aranceles al final de los 90 días, o incluso antes. Incluso si fueran permanentes, al no estar ratificado por el Congreso, un próximo presidente podría modificar el cuadro arancelario.
A los varios cambios realizados a los aranceles, se suma la incertidumbre y la inestabilidad de los mismos. Es poco probable que las empresas muden su producción hacia Estados Unidos por decisiones ejecutivas de presidencia sin leyes que lo sustenten.
Las amenazas a varias empresas de vanguardia de Estados Unidos que supone la competencia de China (Apple, Nvidia, Tesla, etc.) han dado mayor impulso a la guerra comercial contra el gigante asiático. Es el intento de resolver la decadencia con sanciones y ahora con aranceles. Su fracaso impulsa la guerra. Pero no resuelve la decadencia.
14 de mayo
