La huelga completa un mes

Docente de Historia-USP- Comando de Huelga- ADUSP

Iniciada en la primera quincena de mayo, junto con las huelgas de otros sectores en función del período de paritarias, la huelga de las tres universidades del estado de San Pablo, USP, UNESP y UNICAMP, va a completar un mes. La huelga concierne a 50 mil profesores y no docentes de las tres universidades y tiene el apoyo del movimiento estudiantil. Su sobrevivencia durante todo este tiempo se torna importante frente a la derrota de los otros sectores en huelga (profesores primarios y secundarios, choferes de ómnibus, etc). La huelga ha sobrevivido a pesar de su aislamiento y contra las amenazas de despidos por parte de los rectores.

 

La reivindicación es de 20% de aumento por encima de la recuperación del salario al nivel de mayo de 1993. Los rectores ofrecen apenas un 2% y la huelga se mantiene pese a que la oferta de los rectores no se ha modificado ni un centímetro desde que la huelga comenzó. Se ha establecido una verdadera pulseada, que todo el estado, y ahora todo el país, sigue con atención (sobre todo después del levantamiento de la huelga nacional de las universidades federales). Los gobiernos estaduales y el gobierno federal han aprovechado la completa ausencia de medidas de centralización (por ejemplo, entre las diversas huelgas universitarias, o entre éstas y las del primario y secundario), que cabría a las centrales sindicales, para descargar una política de congelamiento salarial y apriete presupuestario nunca antes vista, con métodos represivos. Ya se han producido las primeras sanciones contra docentes y no-docentes de la UNICAMP. La quiebra de la huelga universitaria se ha transformado en un objetivo central de la política de congelamiento salarial lanzada a nivel nacional.

 

La rectoría de la USP ha sido ocupada. El viernes 10 de junio, miles de estudiantes, no-docentes y funcionarios manifestaron en la avenida Paulista. La huelga se mantiene firme, pese al cierre de las negociaciones por parte de los rectores. Las amenazas de despidos no han hecho sino fortalecer la determinación de la huelga que, en las tres universidades, está abarcando a sectores que nunca antes entraron en huelga (Ingeniería USP, Medicina UNICAMP, Personal de los museos, etc.) El impacto político de la huelga ha sido tal que obligó al nuevo presidente de la CUT, Vicente Paulo da Silva (“Vicentinho”) a “bajar” a las asambleas docentes para declararse solidario, cuando la huelga comienza a completar un mes. Las perspectivas de victoria dependen de la mantención de la unidad y la determinación por parte de los seis sectores abarcados, y de profundizar su organización en la base. La victoria de la huelga universitaria de San Pablo (las universidades paulistas representan el 60% de la investigación nacional) sería una primera quiebra en el plan de congelamiento salarial (“Plan FHC”) y abriría el camino para una recomposición de la lucha de los otros sectores del movimiento obrero, recientemente derrotados. Por eso, la huelga se transformó en una cuestión de política nacional.