La izquierda democratizante y la contrarrevolución

En junio pasado el periódico Trinchera Obrera (de la Oposición Trotskista) de Bolivia formulaba la siguiente caracterización sobre las principales fuerzas de la izquierda boliviana, el MAS de Evo Morales y el MIP de Felipe Quispe


¿Qué pasó con la llamada “nueva” izquierda y el populismo aymará?


A lo largo de estos más de 14 años de neoliberalismo se han gestado diferentes movimientos de lucha del conjunto de la clase trabajadora y explotada del país, de los cuales han salido agrupaciones como el MAS y el MIP.


En el caso del MAS, que manifiesta ser de izquierda, muchas personas se acercaron buscando salidas a la crisis y una perspectiva de construcción diferente de la realidad. Pero el MAS ha demostrado lo contrario, en diferentes luchas ha capitulado frente a la política de hambre de los poderosos. El MAS ha quedado atrapado en el juego del parlamento y la democracia de los ricos y no ha posibilitado la organización real de los explotados y la incorporación de la clase obrera en la lucha por la construcción de una nueva realidad social.


¿Acaso esto no es evidente en las derrotas que ha sufrido el sector cocalero? En estos últimos años, la capitulación de Evo Morales amparándose en la Ley 1008 diseñada por la Embajada Gringa, ha llevado a la completa militarización del Chapare y a un proceso casi de total erradicación de la hoja de coca.


Pero este proceso también, lo ha demostrado en otros conflictos como el del 12 y 13 de febrero, que ante la completa debilidad del gobierno y una perspectiva de su caída, el MAS no llamó a una salida del gobierno centrada en la organización de una gran huelga general con un bloqueo de caminos para la convocatoria de una Asamblea Constituyente Libre y soberana dirigida por las organizaciones de los explotados.


El MAS, no dio ningún impulso a la lucha y se quedó atrapado en el discurso elaborado por la NFR de buscar una salida constitucional del gobierno. Es decir, el MAS facilitó la recomposición del gobierno de Goñi y le disculpó la vida. Se ha convertido en el principal sostén del actual régimen.


¿Y qué pasó con el MIP? Absolutamente nada. Las denuncias de su vinculación con el MIR parecen ser ciertas al mostrar una participación insignificante dentro del parlamento y estar al margen de las luchas de los explotados. El MIP ha mostrado ser un partido que más allá de hablar sobre el tema indígena está compuesto por un conjunto de indios oportunistas que a la primera de cambio se venden por un sueldo, como pasó con su candidata a vicepresidenta Esther Balboa.


¿Qué pasó con nuestros dirigentes?


Como mencionáramos en los últimos años hemos visto cómo se han debilitado y en algunos casos destruido los sindicatos. Sin embargo, estas tareas, las patronales no las llevaron a cabo solos, sino que contaron con la ayuda, en muchos casos, de los dirigentes burocratizados.


La burocracia, completamente alejada de la base, se encuentra ligada a los intereses de las patronales, viven de los favores que intercambia y que representan el abandono de los intereses de la clase obrera.


Estas burocracias son las que han transado todos los despidos, el debilitamiento de nuestros mecanismos de lucha como la huelga; son las que han amparado el saqueo del país y la destrucción de las conquistas sociales. Los burócratas se hallan ligados a los partidos de los poderosos, militan en el MIR, en el MNR, en la NFR y por lo tanto defienden sus intereses, al igual que su discurso de la eficiencia, el mercado, la globalización. Este papel en el pasado lo cumplían los burócratas ligados al comunismo y al MIR-masas. Incluso muchos de los actuales dirigentes son izquierdistas convertidos.