La Liga Comunista Revolucionaria (sección francesa del Secretariado Unificado) dice que “no está interesada” en un acuerdo electoral con “los estados mayores de la ex izquierda plural” (Le Monde, 8/9). El desmentido es pertinente, ya que en los últimos meses la dirección de la Lcr había mantenido diversas reuniones “exploratorias”.

Pero hay que poner en duda esta repentina “falta de interés”. Es que, al fin de cuentas, no existe ninguna diferencia política fundamental entre el centroizquierda francés y el gobierno de Lula. En Brasil, la sección local del SU integra el gobierno (nada menos que a través de su ministro de asuntos rurales, Miguel Rosetto), con el decidido apoyo de la Lcr de Francia. La diferencia entre Francia y Brasil es de marketing electoral: los centroizquierdistas franceses están profundamente desprestigiados.

La Lcr también llama al movimiento “alterglobalizador” a construir “un nuevo partido anticapitalista”. El programa del partido que propone la Lcr, sin embargo, se basa en el “anticapitalismo intuitivo”, reivindicado en el último Congreso del SU; además, el “nuevo partido anticapitalista no será el partido de la revolución socialista, ni tampoco su embrión” (ídem Congreso). Sin programa ni objetivos estratégicos socialistas, lo que propone la Lcr es la formación de un nuevo bloque de centroizquierda.