La LCR… y la aborrecible dictadura proletaria

Las diferencias fundamentales entre los reformistas y los marxistas revolucionarios sobre el problema clave del poder del Estado son las siguientes:


a) Los marxistas revolucionarios comprenden claramente la naturaleza de clase de todos los Estados y del aparato de Estado en tanto instrumento para mantener el poder de clase.


b) Los reformistas defienden la ilusión de que la “democracia” o las instituciones de Estado democráticas se sitúan por encima de las clases y de la lucha de clases.


La política de una organización revolucionaria, debe ser la de luchar contra el Estado burgués, destruirlo, y crear un Estado obrero (dictadura proletaria).


La dictadura del proletariado, por lo tanto, no es otra cosa que la democracia obrera.


Es en este sentido que la dictadura del proletariado comienza a debilitarse casi desde su nacimiento; los marxistas entendemos al Estado como una maquinaria de opresión de una clase sobre otra, por lo cual no apostamos a fortalecer el Estado obrero sino a su disolución. El fortalecimiento del Estado obrero conduce a que se trasforme en un Estado obrero degenerado (Unión Soviética, burocracia estalinista).


Comencé con estos conceptos básicos de formación marxista, en un intento de establecer un aspecto del debate con la LCR, ya que considero que esa corriente no hace diferencia entre la política de los bolcheviques y la del estalinismo.


Sólo se entiende esto cuando “atribuyen” la política del estalinismo a un uso “desmedido” de la consigna de dictadura del proletariado (un poco está bien; mucho no).


El camarada Francois Ollivier plantea que los estalinistas utilizaron la dictadura del proletariado para destruir todo rastro de vida democrática en la clase obrera y en la sociedad rusa (sic).


Lo que realmente hicieron los burócratas, fue renegar de la dictadura proletaria y del programa de la revolución de octubre. Lo que aplicó la burocracia fue la contrarrevolución, con las purgas, asesinatos de la oposición, el pacto Stalin-Hitler, el objetivo es estrangular la revolución alemana, la española (mundial).


La dictadura proletaria garantizó el triunfo de la revolución de octubre; su abandono permitió el triunfo de la burocracia. Así como su rechazo posibilitó años después el triunfo de la contrarrevolución en Nicaragua, de la mano del FSLN, aliado del SU.


Por último, un dato que confirma la trayectoria de esta impostura marxista la da una caricatura realizada en el semanario de la LCR (Rouge) de 1989, en donde un personaje dice frente al Muro de Berlín destrozado: “Tardamos 72 años en encontrar una salida…”


(1989 menos 72 igual 1917), es decir que la caída del muro significó para el hombre del dibujito, como para la Liga Comunista Revolucionaria (y para todos los capitalistas) el fin de la etapa política abierta con la revolución de octubre de 1917 (la caída del comunismo, fin del socialismo).


Esto demuestra que los que están dibujados son los de la LCR, ya que el muro lo levantó la burocracia estalinista contra la revolución de octubre y todas las revoluciones venideras.


Los muros los levantan los capitalistas (Palestina). No los socialistas.


La LCR confunde la caída de la burocracia con la del socialismo; seguramente harán lo mismo con su derrumbe político.


El congreso de refundación mundial de la IV que se realizará en los pagos del Argentinazo, ayudará en ese proceso tan sano para el programa y la militancia marxista mundial.