La llegada de los F-16 para Ucrania calienta el aire de la guerra imperialista

La Otan entrega aviones a Kiev

“La primera entrega de aviones de combate F-16 de los aliados de la Otan ha llegado a Ucrania, en un movimiento largamente esperado que puede aumentar la capacidad de la nación devastada por la guerra para repeler los ataques rusos”, informó el portal Bloomberg (31/7).

De momento, se trata de un despliegue limitado de pocas unidades y Ucrania se queja de ello. Pero, si bien su despliegue tendrá efectos concretos en el frente, debe ser analizado en un cuadro de escala en aire más general entre la Otan, Rusia y China.

Luego de la conversación que tuvieron el ministro de Defensa de Rusia Belousof y Lloyd Austin de EEUU a fines de junio, donde Rusia amenazó con derribar los drones de reconocimiento de la Otan en el Mar Negro sobre Crimea, se reportó una importante disminución de esta actividad. 

Sin embargo, el Ministerio de Defensa ruso reportó el 24 de julio el ingreso intrusivo de un avión de reconocimiento AWAC de Reino Unido acompañado de dos cazas Thypoon. 

Ante esto, las Fuerzas aeroespaciales rusas desplegaron un caza SU-27 para interceptarlos. A juzgar por las imágenes de vuelo publicadas por el Ministerio de Defensa ruso, el incidente contó con una importante persecución por parte del piloto ruso. La operación se repitió el 25/7, con el mismo repertorio.

Pero estas maniobras de Inglaterra, que se suman a las que todos los meses realiza EEUU con bombarderos estratégicos B2 en el Báltico simulando ataques nucleares en San Petersburgo, no solo contaron con la respuesta defensiva del SU-27 que los corrió, sino que, en conjunto con China, los rusos realizaron una maniobra similar en las cercanías del espacio aéreo de EEUU en Alaska.

Así, cuatro bombarderos estratégicos capaces de lanzar ataques nucleares, dos TU-95 de Rusia y dos H-6 chinos, fueron interceptados por 3 cazas de EEUU (dos F-16 Falcons y un F-35) y un F-18 Hornets de Canadá.  

Los F-16 en Ucrania y los riesgos de escalada nuclear

El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Syrsky, señaló que los cazas F-16 no podrán acercarse al frente a menos de 40 km debido al riesgo de que Rusia los derribe. “Rusia tiene una aviación superior y una defensa aérea muy fuerte. Por eso Ucrania recurre cada vez más al uso de sistemas aéreos no tripulados” (The Guardian 24/7).

De esta declaración queda claro que los F-16 no serán un “game changer” para Ucrania, pero sí pueden golpear las distintas ofensivas rusas, impactar con fuerza a Crimea y oficiar de apoyo a la defensa antiaérea ucraniana tan desgastada. 

Sin embargo, los rusos ya fueron claros que, en tanto los F-16 son aviones multipropósito que pueden desplegar armas nucleares, tomará su puesta en servicio como una amenaza en ese sentido. Lo mismo para el caso de que los centros de despegue sean bases aéreas de la Otan, básicamente desde Rumanía, Polonia o los países bálticos.

Esto es así ya que resulta cada vez más improbable que Ucrania despliegue los F-16 desde su propio territorio por los reiterados ataques rusos sobre aeropuertos ucranianos, en particular el ataque último en Midgorod.

De hecho, previo al cierre del presente despacho, el canal oficial de Telegram de las fuerzas especiales rusas (Spetsnaz), publicó que “la tripulación del sistema de misiles antiaéreos descubrió dos cazas F-16. Los aviones no despegan ni aterrizan en aeródromos ucranianos. Así lo confirmaron nuestros radares. Presumiblemente desde los aeródromos del Báltico, los F-16 vuelan hacia la línea de contacto de combate sobre la región de Donetsk”.

Como se ve, el eventual despliegue de estos cazas desde el territorio de la Otan constituye un factor de escalada de importancia en la guerra imperialista.

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prensaobrera.com