La movilización boliviana en Argentina

El miércoles 15, una movilización de la comunidad boliviana congregó a más de 10.000 trabajadores inmigrantes residentes en la Capital y el gran Buenos Aires.


La “autoconvocatoria” tuvo un motor fundamental en las radios comunitarias bolivianas que llamaban a marchar, repudiando la masacre y proclamando la solidaridad con el pueblo boliviano.


Contingentes que venían de todos lados, con predominio de las barriadas pobres del Bajo Flores, Soldati, Lugano, fueron creciendo en la cita de Belgrano y Entre Ríos y luego marcharon, en varias cuadras compactas, por 9 de Julio y Corrientes hasta la embajada Boliviana y de allí a Plaza de Mayo.


Un impresionante colorido estaba dado por las miles de banderas tricolor, las pancartas y banderas que decían “Abajo el Goñi masacrador”, “Fuera el Gringo y los yanquis de Bolivia” y otras por el estilo. La bandera de la columna del Polo Obrero, con más de 200 compañeros bolivianos, decía “Viva la revolución boliviana”.


Con gran combatividad y entusiasmo, se gritaban consignas todo el tiempo, a veces acompañadas por instrumentos típicos: “fusil metralla, Bolivia no se calla”, “Goñi, cabrón, te espera el paredón”.


Llegados a Plaza de Mayo, los diversos agrupamientos, los indigenistas, los más identificados con la izquierda, los de radios comunitarias, confluyeron alrededor del canto del himno boliviano, el repudio a Sánchez de Lozada y el reclamo de su renuncia, y el llamado a continuar la movilización.


Esta combativa marcha impresionaba, sobre todo, como una reivindicación de la existencia y la lucha de uno de los sectores más sumergidos y explotados de la clase obrera argentina, el de los trabajadores inmigrantes y, en particular el sufrido sector boliviano, el peor pago, el de los trabajos más descalificados e incluso sometido a la opresión del no reconocimiento de la ciudadanía y al flagelo de la indocumentación. Esa fue la impresión clara que dejó esta enorme marcha entre la clase obrera argentina.