En la madrugada del viernes 10 de mayo, el ejército ruso inició una ofensiva en el norte de la región de Jarkiv. De momento, no se abrió un frente en el vecino distrito de Sumy, pero sí hay bombardeos y concentración de tropas rusas.

Según corresponsales rusos, en tres días de ofensiva, aquéllas se apoderaron de 224,2 km². Bajo el control del ejército ruso quedaron 12 asentamientos, entre ellos Strelechya y Krasnoe, y continúan las batallas por varias aldeas, como Liptsy, Volchansk (una ciudad un poco más importante) y Bugrovatka.

Para medir la profundidad de la maniobra rusa en espacio, pero fundamentalmente en tiempo, no hay más que compararla con la contraofensiva ucraniana fallida del año pasado, ya que aquí el ejército ruso conquistó un eje ya superior al conseguido por las fuerzas ucranianas durante más de tres meses, en el eje Orejov-Robotino-Verbove.

Quien advirtió esta cuestión también es la CNN (13/5), que relata que la situación en Kiev no sólo es mala, sino que sigue empeorando cada día.  Para el medio, el exitoso avance en dirección a Jarkov, con la ocupación de zonas pobladas “probablemente al ritmo más rápido desde los primeros días” de la guerra, debería ser motivo de “la mayor preocupación de Ucrania”.

El avance ruso también puso de manifiesto la corrupción del mando ucraniano. Las tropas ucranianas fustigaron en sus canales de Telegram la construcción defectuosa de las posiciones fortificadas.

“La situación es límite”, dijo el general Kyrylo Budanov, jefe de la agencia de inteligencia militar de Ucrania (New York Times, 14/5), en una videollamada desde un búnker en Kharkiv. “Cada hora que pasa esta situación se vuelve crítica”. De acuerdo a canales abiertos ucranianos, Budanov habría llegado a Jarkov en calidad de comisario político, removió al mando de la zona y con su guardia pretoriana comenzó la búsqueda de tropas que abandonaron posiciones en la frontera.

“Todas nuestras fuerzas están aquí o en Chasiv Yar”, dijo Budanov. “He usado todo lo que tenemos. Lamentablemente no tenemos a nadie más en las reservas” (ídem).

Estas declaraciones del Jefe de la inteligencia militar no cayeron del todo bien en distintos sectores del frente ucraniano. Por ejemplo, un diputado de Servidor del Pueblo (partido del presidente Volodomir Zelensky), Maxim Buzhansky, comentó críticamente en sus redes: “¿Es cierto que la frase ‘no nos queda nadie en reserva’ convencerá a nuestros socios de que podemos y debemos recibir más ayuda?”.

Finalmente, Budanov se retiró de Jarkov con su guardia del grupo fascista Kraken hacia Sumy, donde disponen de una agrupación de tropas menor y ya han evacuado tres pueblos fronterizos en las últimas horas debido a los bombardeos rusos y la posibilidad cierta de que Rusia expanda aún más la línea del frente ingresando en Sumy.

También hay noticias de que los rusos han atravesado las defensas ucranianas en Kleshcheevka y han avanzado hasta el centro de la aldea.

Perspectivas

Los avances cortos sobre la ciudad de Jarkov no son para tomarla sino para desplegar unidades, ir acumulando piezas de artillería y generando posiciones fortificadas que sirvan de puestos de despliegue. Rusia tiene una alta superioridad de fuego en la zona en artillería y aviación, lo cual pone un fuerte límite a Ucrania para concentrar unidades.

De hecho, se registraron ataques masivos sobre una concentración de tropas ucranianas que se aprestaban a contraatacar al ejército ruso. También, aparecieron videos de unas nuevas bombas FAB-1500, pero que están cargadas con devastadora munición termobárica -se observó, a través de drones, que las posiciones fortificadas alcanzadas fueron hechas polvo.

Algunos analistas dicen que el grupo N (norte) de Rusia no tiene las tropas necesarias (ni de cerca), para tomar una ciudad de un millón y medio de habitantes como Jarkov. Pero, si avanzan por el norte hacia Kupiansk y lo capturan atacando ya por múltiples flancos, los rusos podrían romper la defensa ucraniana en el frente oeste Lugansk. Y, dado que en ese oblast (distrito) tienen 6 cuerpos de ejércitos de armas combinadas, los rusos podrían así linkear a las tropas del grupo N y las de Lugansk, lo que arrojaría fuerzas necesarias para rodear y asediar Jarkov, entrando al mismo tiempo en profundidad hacia la ciudad de Poltava.

Podría ocurrir que Ucrania logre defender el oblast de Kharkiv, con una gran concentración de tropas. Sin embargo, es evidente que las fuerzas ucranianas no pueden retener todo el territorio del frente que tienen bajo su control. Del mismo modo que en su peor momento Rusia tuvo que dejar atrás la ciudad de Jerson, Ucrania deberá elegir qué puede retener y qué no, de lo contrario verá sufrir un mayor y progresivo deterioro.

Esto último ya comienza a verse, dado que Rusia logró tomar nuevos pueblos en Donetsk y en el frente de Lugansk. A la vez, en otros sectores, culminó la conquista de bastiones a medio tomar. Al estirar la línea del frente, la ofensiva rusa en Jarkov le dio un brutal golpe a la ya maltrecha logística y capacidad de combate del ejército ucraniano.

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