La “Plaza de los Invisibles” de Italia y la lucha contra la explotación capitalista

Los migrantes se organizan

El día 5 de julio tuvo lugar en la Piazza de San Giovanni (bautizada por sectores en lucha como “Plaza de los Invisibles”) una convocatoria realizada por Aboubakar Soumahoro, activista de la Unión Sindical de Base (USB) y referente de los trabajadores migrantes agrícolas, que logró congregar a cientos de trabajadores informales como artistas, jornaleros, desocupados y también sectores de precarizados como los trabajadores de reparto. En la concentración hubo cuestionamientos a la política de regularización trucha de los trabajadores migrantes implementada por el gobierno, consistente en otorgar un permiso de residencia por seis meses destinado únicamente a quienes se desempeñen en tareas vitales como la producción agraria.

El decreto de “regularización” lanzado por el gobierno centroizquierdista de Giuseppe Conte ha sido una medida de rescate a las patronales agrarias ante una deserción masiva de obreros por temor a contraer Covid-19 en un contexto de ilegalidad y por lo tanto sin la posibilidad de acceder al sistema de salud. Además, el proceso mediante el cual un trabajador migrante accede a la regularización se encuentra completamente amañado por el arbitrio de las patronales agrarias: el costo empresario de tal regularización es de 400 euros por trabajador y en el caso de que la petición sea ejecutada por un trabajador de manera individual el costo sería de 160 euros, lo que da lugar a que los capitalistas puedan valerse de la situación desesperante de los obreros para poder burlar el decreto.

Otro de los límites que posee la medida del gobierno lo constituye el hecho de que solo se proporciona un permiso de residencia a aquellas personas que posean un anterior permiso caducado desde el 31 de octubre de 2019, excluyendo a muchos migrantes que acabaron en situación irregular como consecuencia de una ley sancionada a fines de 2018 por el entonces ministro del interior, el derechista Matteo Salvini, “que suspendía la causa de protección humanitaria para solicitar asilo” (Diario Libre 15/5). Un artículo publicado en el periódico español Diario Vasco señala que las patronales ya han lanzado una ofensiva contra los trabajadores, amenazándolos con despidos si llegaran a concebir la idea de tomar la regularización “ofrecida” por el gobierno, pues “no querrían renunciar a las facilidades para la explotación que brinda la situación ilegal del extranjero”.  Este punto de vista es revelador, puesto que los capitalistas recurren a la explotación obrera en condiciones de semi-esclavitud.

Hasta ahora, la medida viene siendo un completo fracaso, solo hubieron 32 mil pedidos de regulación sobre el total de 600 mil trabajadores migrantes informales que se estima hay en Italia.

Crecen las luchas

La política celebrada y catalogada como “histórica” por el gobierno de la coalición del Partido Democrático y el Movimiento Cinco Estrellas produjo una gran reacción obrera. El 21 de mayo, una semana después de la aprobación del proyecto, ha tenido lugar una imponente huelga de trabajadores migrantes convocada por la Unión Sindical de Base (USB) con motivo de exponer los límites de la medida gubernamental y para reclamar por un aumento de salarios, con gran acatamiento (Infomigrants 25/5). Unos 200 trabajadores agrícolas se movilizaron en la provincia de Foggia (sur de Italia) y conjuntamente hubo concentraciones en apoyo a la huelga desde otras regiones como Turín, Rimini, Brescia, Roma, Cremona, Livorno, Caserta, Piacenza y Reggio Calabria. El levantamiento por parte de uno de los sectores más oprimidos de la sociedad capitalista ha puesto de manifiesto las situaciones de trabajo infrahumano a las que son empujados el conjunto de los migrantes, que en muchos casos suelen cobrar tan solo 25 euros al día luego de una jornada de más de 12 horas de trabajo. Muchos de estos trabajadores viven hacinados en locales instalados dentro de los mismos campos, en los cuales duermen en el suelo, sin acceso a la higiene y sin calefacción.

La última concentración en la “Plaza de los Invisibles” es una medida más de un importante proceso que para triunfar deberá evitar toda confianza en el gobierno centroizquierdista y desarrollarse con independencia del clero. Cabe señalar aquí que el Papa, quien despierta expectativas en algunos referentes del movimiento, practica una intensa demagogia respecto a la cuestión de los migrantes, pero es un pilar básico del sostenimiento del régimen capitalista y del oscurantismo.

Tareas

Las acciones de lucha llevadas a cabo por los trabajadores migrantes se suman a otra cantidad de intervenciones que tuvieron protagonismo en el país mediterráneo, como el masivo paro desarrollado por la USB contra la continuidad productiva de la industria no esencial, las luchas de trabajadores de numerosas fábricas como Electrolux, Iveco o Tenaris que repudiaron la flexibilización patronal de la cuarentena, las protestas en solidaridad con la enorme rebelión estadounidense o la reciente movilización de mujeres desenvuelta en la ciudad del Vaticano (Roma) y otras urbes por el derecho al aborto. En este marco, urge la necesidad de unir las luchas y bregar por la unión entre trabajadores formales e “invisibles”, a fin de golpear con un solo puño contra la ofensiva emprendida por la clase capitalista y su gobierno.