La profundización de la crisis política de la concertación y el gobierno en Chile

La posición del POR (Partido Obrero Revolucionario)

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El proceso de descomposición de la Concertación, que gobernó más de veinte años, los choques al interior de la derechista Alianza por Chile (Piñera), y el rechazo creciente de la población a ambas coaliciones políticas y a todas las instituciones, configuran un cuadro de profunda crisis. En los últimos días, han ocurrido dos hechos que vienen a reafirmarla: la aprobación de una "reforma tributaria" absolutamente trucha y las elecciones en la principal central obrera del país, la CUT.


La crisis política y la lucha de los estudiantes


La respuesta del gobierno de Piñera a los más de dos años de luchas estudiantiles es una batería de leyes que legitiman la privatización educativa. Entre ellas, una "reforma" tributaria a la medida de los empresarios. La reforma sólo recaudaría, en el mejor de los casos, la quinta parte de lo que reclama el movimiento estudiantil para sostener la educación pública. Además, deja intacto el régimen privatista de endeudamiento para costear los estudios superiores. El día de su aprobación, Liceos y Universidades se movilizaron en rechazo, llegando incluso a las sedes de los partidos que han sido parte de los pactos. Fue tomada la del partido socialista por parte de sus mismas juventudes, donde los dardos se dirigieron al presidente del Senado y dirigente del PS Camilo Escalona. También se produjo un intento de toma de la sede del PC por estudiantes secundarios, donde Camila Vallejo (ex presidenta de la Fech, PC) declaró reaccionariamente que "no nos dejamos amedrentar por fascismo de derecha o izquierda".


Las respuestas del gobierno están claras para los estudiantes que luchan, menos para los voceros de la Confech (confederación de estudiantes de Chile). Por un lado Noam Titelman (federación estudiantes UC) planteó "buscar nuevas formas de movilización", en oposición a las movilizaciones y tomas. Por el otro, Gabriel Boric presidente (federación estudiantes Universidad de Chile), después de reunirse con el ministro de educación, afirmó que "aún espera una respuesta de la autoridad". Pero esa respuesta fue dada, y es una re-privatización de la educación, una "salida" que apoyarán la Concertación junto al PC. La Cones (Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios) sigue esta línea, que ha sido saludada por el ministro de educación de Piñera. Distinta es la posición de la Aces (Asamblea Nacional de Estudiantes Secundarios) que continúa la lucha por la educación gratuita y que, como represalia a la postura del gobierno, llama a "funar" (repudiar) las próximas elecciones de alcaldes. Las elecciones de la CUT. Más de lo mismo, con los mismos.


as elecciones de la Central Unica de Trabajadores (CUT), efectuadas a fines de agosto, reflejan otro aspecto de la crisis. La Concertación, en una profunda descomposición, apuesta al regreso de Michelle Bachelet, cuya popularidad es superior a la de otros contrincantes. En la búsqueda de un escenario favorable para ese eventual gobierno, los partidos que dominan la CUT -el PC y el PS-se pusieron de acuerdo para sacar al antiguo y desprestigiado burócrata que presidía la central, el militante PS Arturo Martínez. En esta salida concertada, los dirigentes salientes y entrantes se saludaron recíprocamente. La nueva presidenta y militante del PC, Barbará Figueroa, señaló: "hoy ha quedado demostrado que aunque se nos critique a los dirigentes, aquí no hay fraude y que la disputa se puede hacer desde adentro".


Con esto desconoce una declaración pública nacida desde la propia CUT con la firma de siete confederaciones y ciento veinticinco dirigentes nacionales, que denuncia el manejo fraudulento de las finanzas y de los padrones electorales del duopolio PC-PS, dando por cancelada toda posibilidad de un cambio desde adentro, y concluyen: ganarán los mismos de siempre, y perderán los trabajadores.. "A confesión de parte, relevo de pruebas".


La nueva presidenta de la CUT abogó por "un sindicalismo vigilante". La clase obrera deberá esperar que nos expliquen en qué consiste este invento.


Los que ganaron, los que perdieron y los críticos internos han estado siempre, y desde la fundación de esta central, de acuerdo en cuidar la estabilidad del sistema capitalista, mediante una política de conciliación con el empresariado y la regimentación de los trabajadores.


Nuestra política


La situación política, marcada por una etapa electoral que comienza con comicios municipales en octubre de este año y culmina con las presidenciales el 2013, encuentra a la burguesía y a sus partidos en una enorme crisis. Pero se van a servir de ese proceso para intentar neutralizar a los sectores en lucha, y enfrentar los efectos de la catástrofe capitalista que ya está presente en Chile. La izquierda revolucionaria plantea fortalecer la unión entre secundarios y universitarios para luchar por una educación pública y gratuita, por la desmunicipalización de los liceos, en contra del autofinanciamiento de las universidades públicas y contra la deuda de las y los estudiantes en los planteles privados, rechazando los proyectos de Piñera. Principalmente el de "financiamiento de la educación superior", que, con la creación de nuevos créditos para los estudiantes, mantendrá el flagelo de la deuda y la lógica mercantil. En el caso de la clase obrera y los trabajadores, luchamos por la reconstrucción de una central clasista independiente del estado capitalista y sus partidos, convocando a esa tarea a los nuevos contingentes de cuadros obreros, junto a aquellos que, siendo honestos, permanecen en estas centrales. Sólo con una organización que integre a toda la clase obrera y los trabajadores en general, se puede dar la lucha contra el capitalismo en su etapa de declinación y crisis catastrófica, que pretende superar, como siempre, con la destrucción de los derechos vitales de los asalariados, como lo hace en toda Europa y Estados Unidos.


La participación de la izquierda revolucionaria en el proceso eleccionario se dará a través de agitar un programa, con las medidas de transición de defensa del empleo, del salario, la educación gratuita, la expropiación de las riquezas básicas y del capital financiero. Todo ello orientado a la lucha por un gobierno de los trabajadores.