Internacionales
3/12/1991|347
Brasil: 1er Congreso del PT
La proscripción de “Causa Operaria”
Una conducta stalinista
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Poco antes del inicio del 1° Congreso del partido, el Directorio Nacional del Partido de los Trabajadores, reunido en el lugar donde se realizó el Congreso resolvió el veto a los delegados pertenecientes a Causa Operaria. La decisión violó las normas establecidas por la propia dirección petista, que establecía como única condición para participar en el Congreso que los delegados hubieran sido elegidos por las convenciones estaduales y municipales del partido, y se sumó a un conjunto de arbitrariedades cometidas por la dirección petista con el objetivo de impedir la presencia de Causa Operaria en el Congreso del partido y en el propio PT.
Corriente fundadora del PT, hace once años, Causa Operaría fue la única de las corrientes petistas no reconocidas oficialmente por la dirección del partido como una de sus tendencias internas. En el período de preparación del Congreso petista la corriente fue blanco de una campaña de persecución política comparable a las depuraciones stalinistas. En varios estados dirigentes y militantes de esa corriente fueron despojados de sus puestos dirigentes en el PT e impedidos de participar de las convenciones locales, siendo varios de ellos expulsados del PT.
Cumpliendo las normas impuestas por la dirección, Causa Operaría inscribió para el 1° Congreso una tesis con más de 300 firmas de afiliados del PT. La publicación de estas tesis fue vetada por la dirección del partido y fueron prohibidas en los debates de varios encuentros preparatorios del Congreso, solamente fueron discutidas en los lugares en que las bases se rebelaron contra la resolución de la dirección nacional.
Todas estas resoluciones tomadas en momentos en que las corrientes mayoritarias de la dirección petista (muchas de ellas oriundas del PC) abusan en sus discursos de la defensa del “pluralismo”, de la “democracia como valor universal”, de la “necesidad de la apertura del PT”, etc., no solo constituía apenas una arbitrariedad sino una intensa campaña política de la dirección petista con determinados objetivos: impedir la manifestación, en el interior del PT, de las corrientes que se oponen a la política de colaboración de clases impuesta al PT por su dirección y que lo ha llevado a una profunda integración con el Estado burgués.
Causa Operaria es la única corriente política que ha llevado adelante en el interior del PT una política conciente contra esta regimentación del PT, que lo ha llevado a una política totalmente extraña a los intereses de los trabajadores. Las intendencias conquistadas por el PT en las últimas elecciones fueron transformadas en instrumentos de desmoralización y represión del movimiento obrero, con el despido de activistas y dirigentes de la CUT que lideraban huelgas en los servicios públicos. Al mismo tiempo, sectores de la burguesía fueron llamados a tomar parte de estos gobiernos a los que han demostrado un gran apoyo, como en el caso del presidente de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo —FIESP— que declaró recientemente que el gobierno municipal del PT “lo llena de satisfacción” (Jornal do Brasil, 30/ 10). En los sindicatos la política del PT, hegemónico en la CUT, ha llevado al bloqueo y a la derrota de innumerables huelgas combativas que se enfrentan con la situación de recesión en que se encuentra el país, siempre en nombre de la necesidad de buscar un entendimiento, trasformando el “retome del crecimiento” en bandera, empuñada en conjunto con empresarios y gobernadores de “oposición” al gobierno de Collor en varios foros comunes que se vienen constituyendo.
En el Congreso Nacional la bancada del PT llevó la política de entendimiento al punto de apoyar la adopción de una política salarial de profundo congelamiento contra los trabajadores, que incluye un salario mínimo de cerca de 50 dólares, uno de los más bajos del mundo. Junto con estas medidas, los diputados del partido se pronunciaron en favor de la apertura al capital extranjero en el área de informática (una vía de liquidación de la industria nacional). Y de las privatizaciones que el gobierno proimperialista de Collor viene llevando adelante (una verdadera entrega de grandes empresas estatales por precios irrisorios pagados con papeles sin valor).
Toda esta política no puede ser impuesta a un partido surgido en medio del ascenso del movimiento obrero brasileño y que agrupó, aunque no en forma orgánica, a la vanguardia de estas movilizaciones, sin una profunda modificación de su funcionamiento interno lo que significa la castración de toda democracia en el PT de manera de impedir que se manifiesten en su interior las tendencias combativas de las masas a chocar con el régimen actual, lo que se encuentra en total oposición a la política de conciliación del PT.
La Izquierda y el veto
La llamada “izquierda del PT” (Convergencia Socialista, morenistas; O Trabalho, lambertistas, y otros) adoptó frente a la decisión de la dirección del PT, una conducta de casi total abstención. La mayoría de las corrientes se ausentaron del acto de protesta convocado por Causa Operaría, que reunió a 150 delegados y militantes, después de haber participado (todas ellas) de la votación en el Directorio Nacional del PT que resolvió el veto de los delegados de Causa Operaría. Convergencia Socialista, que en el acto de Causa Operaria procuró presentar una autodefensa diciendo que siempre había defendido a Causa Operaría contra la persecusión, al igual que las demás, se negó a defender en el plenario del Congreso un recurso contra la resolución burocrática de la dirección, a pesar de saber que la corriente vetada no tendría derecho a voz en el plenario del Congreso.
Esta conducta capituladora de la “Izquierda” fue utilizada por la dirección del partido para imponer con su aval no solo el veto de Causa Operaría sino también una regimentación de las tendencias aún más rígida que la actual, prohibiéndoles tener periódico propio, locales, finanzas y relaciones internacionales no autorizadas por la dirección del PT.
En el discurso de cierre del Congreso, el presidente del PT, Lula destacó que a pesar de las divergencias fue posible llegar a un acuerdo con las diversas corrientes de la izquierda a excepción de Causa Operaria, que según él, a pesar de ser “minoritaria quería imponer su voluntad al partido”. Lula tiene razón. Causa Operaría fue la única de las corrientes de la izquierda petista que no capituló ante las posiciones proburguesas de la dirección del PT y que luchó y va a continuar luchando para derrotar esta perspectiva política extraña a los intereses de los trabajadores que representa la colaboración de clases.
Para vetar a Causa Operaria
Prohibieron todo un estado de la federación
La dirección del PT no reparó en medios para prohibir a los delegados de Causa Operaria en su 1er Congreso. Finalizado el encuentro algunas de sus medidas comienzan a salir a la luz. Para evitar la presencia del “peligro” representado por las posiciones revolucionarias de la corriente trotskista brasileña, la dirección del PT prohibió, por telegrama, a toda una delegación estadual, realizando el congreso partidario con un Estado menos.
Un día antes de iniciarse el congreso, la dirección estadual del PT de Roraima, estado de la regional amazónica brasileña, fronterizo con Venezuela, donde se desarrollan innumerables conflictos que abarcan a los mineros, indios, trabajadores rurales, etc., fue informada, por medio de un telegrama del Directorio Nacional del PT que la delegación de ese Estado al congreso del partido estaba prohibida y sus pasajes a San Pablo cancelados. O sea los compañeros no solo estaban impedidos de participar en el congreso para el cual fueron elegidos, sino además, por medio del uso del poder económico, puesto en manos de la dirección petista —que disponía de los recursos de adquisición y cancelación de los pasajes aéreos—estaban impertidos de recurrir al plenario del Congreso contra tal decisión.
El pretexto presentado por la dirección petista, que había deudas de ese directorio estadual, con la caja nacional del partido, fue destrozado por el más alto dirigente del PT, Lula, que en su discurso de cierre resaltó que para evitar la ausencia de delegados en el congreso se realizaron todo tipo de arreglos con las delegaciones estaduales deudoras en el propio lugar del Congreso, citando como ejemplo a la delegación de Bahía, que entre otras, estaba amenazada de participar en el congreso, por atrasos en sus contribuciones.
Lula, como los demás dirigentes del PT que omitieron del Congreso el veto a la delegación de Roraima, tomaron tal resolución por un único y exclusivo motivo: la presencia mayoritaria de las posiciones de Causa Operaria en aquella delegación. El hecho tenía para el encuentro un importante significado. Causa Operaría tenía entre los tres delegados electos por el Estado, al compañero Paulo Tadeu, secretario general del partido en ese Estado y presidente de la Unión Metropolitana de Estudiantes Secundarios de la Capital, Boa Vista, pero otro delegado, el ex-candidato a gobernador por Roraima, Robert Dagon, había votado en el encuentro por las posiciones clasistas sostenidas por los compañeros de Causa Operaría, siendo elegido también con los votos de éstos y habiendo defendido, juntamente con la mayoría del directorio del PT de aquel estado, una resolución aprobada en los encuentros de la capital y del Estado contra la exclusión de Causa Operaria del PT.
R.C.