La rebelión colombiana desde adentro

Video exclusivo con testimonios de manifestantes en Suba, Bogotá.

Foto: Neotravelling

“Este despertar del pueblo colombiano venía cocinándose desde el 21 de noviembre de 2019. Y la furia se exacerbó con la pandemia”, asegura Yeico, productor musical residente de Suba, Bogotá, desde el acto cultural en la plaza fundacional de ese distrito de la capital colombiana, en ocasión del primer mes de rebelión en el país caribeño. La fecha a la que alude es la del primer estallido contra el gobierno de Iván Duque.

En el mismo sentido, Cathy expresa que “este despertar viene de 2019 y muchos años atrás”. Y añade que desde que empezó la pandemia “el gobierno empezó a hacer inversiones que no eran justas. Hizo inversiones para el Esmad [Escuadrón Móvil Antidisturbios], para fortalecer todas las fuerzas militares, mientras el pueblo se estaba muriendo de hambre. Entonces, la gente ya cansada decidió salir a las calles contra una reforma tributaria que le iba a aumentar los impuestos”.

La rebelión popular colombiana ya superó un mes, pese a la represión del gobierno (que ya dejó más de 50 muertos) y las maniobras de negociación, con las que Duque intenta aferrarse al poder.

En el corazón bogotano, Camilo Maldonado capturó el testimonio de algunos de los protagonistas de esta lucha, como Luna Hernández, una joven que no estudia ni trabaja y como tantos jóvenes se volcó a las calles en busca de un futuro. “Estamos aquí en el paro protestando por nosotros. Yo soy una de las personas que no ha tenido garantías de nada. Nosotros no tuvimos en la pandemia una ayuda del gobierno”, denuncia. “El paro surge porque la gente no es escuchada, para que alcemos la voz”, dice en referencia al proceso de movilizaciones abierto el 28 de abril.

Abundando en los motivos del paro, Kathy subraya la extrema pobreza que atraviesa el país, con mucha gente que “apenas come dos veces al día”. Asimismo, señala el asesinato de los líderes sociales, más de 250 en 2020, de acuerdo al registro del Indepaz (Instituto Nacional para el Desarrollo de la Paz). “La violación a los derechos humanos es constante”, resume. Y enfatiza que “no hay garantías para la salud y la educación. No hay suficientes universidades públicas”.

¿Hasta dónde puede llegar la rebelión? Para Yeico, “estamos en un panorama incierto. El gobierno no ha querido escuchar las voces de las personas que están en las calles. Y el Comité de Paro (CNP), que está sentado en la mesa de negociación, no está representando a las organizaciones sociales, las cuales están bloqueando y están demandando en las ciudades (…) el CNP no está escuchando a la gente que está haciendo resistencia no solo en Bogotá sino en todo Colombia. Sé que hay una esperanza pero va a ser muy duro el camino, la represión es fuertísima. Necesitamos acompañamiento internacional, necesitamos que denuncien y nos ayuden a hablar por nosotros. Estamos siendo censurados”, afirma.

Por los bloqueos, Yenco se refiere a los piquetes desplegados en diferentes puntos del país, y que el gobierno está tratando de desmontar con el auxilio del Ejército. El valle del Cauca es el lugar donde más se ha desarrollado este método de lucha. Organizaciones de esta región han cuestionado la línea dialoguista del CNP, que reúne a las centrales sindicales.

Pese a la represión, la tenacidad de los manifestantes no le augura un escenario fácil al gobierno. “El paro no se va a detener hasta que las desapariciones cesen, hasta que las muertes cesen, hasta que nuestros derechos sean cumplidos”, indica Luna.

Para cumplir estos objetivos, es necesario echar al gobierno capitalista de Duque y abrir paso a una reorganización de Colombia sobre nuevas bases sociales.