La rebelión estudiantil en Brasil

El embrión de esta lucha de los secundarios se gestó en el estado de Paraná con la toma de varios colegios el 3 de octubre


 


El combativo movimiento de ocupación de instituciones educativas en Brasil se encuentra en una encrucijada para el conjunto de los luchadores y activistas, ya que si bien se extiende la lucha y los métodos por todo el país, por el otro lado la reacción derechista comienza a levantar cabeza.


 


Esta es la primera lucha general declarada contra el violento ajuste fiscal del gobierno de Temer, que pretende congelar los gastos del presupuesto estatal por los próximos 20 años, a través de la llamada PEC 241 que se está tratando ahora en el parlamento. El otro factor de esta lucha estudiantil es el generalizado repudio a la reforma (anti) educativa que denigra los contenidos y planes de estudio y que busca transformar a los alumnos en mano de obra semi-calificada y barata.


 


El embrión de esta lucha de los secundarios se gestó en el estado de Paraná con la toma de varios colegios el 3 de octubre para luego extenderse a Minas Gerais, Brasilia, llegando en total a 19 estados del país.


 


También en las universidades


 


Ahora se incorporó el estudiantado universitario al combate contra el gobierno y su ajuste. Es que además las facultades ya venían sufriendo el ahogo presupuestario. Es común ya el corte de servicios por el no pago de las cuentas por parte de los gobiernos, tanto nacional como estaduales. Con edificios en ruinas, docentes mal pagos y el cierre de los comedores estudiantiles. A esto se suma las constantes huelgas del personal tercerizado de limpieza por el no pago de sus salarios.


 


La UniRio, la Universidad Federal de Rio de Janeiro, La Fluminense, la de Brasilia, el Rectorado de la UFSC en Florianópolis y otras han sido ocupadas luego de asambleas masivas.


 


Mientras tanto, en la ciudad de Niterói en Rio, el viernes 4 por la noche, los secundarios dieron un paso más tomando también la Legislatura y forzando a los vereadores (concejales) a sentarse para oír sus reclamos.


 


Vale señalar que este período para las tomas fue escogido adrede ya que es el mes donde millones de alumnos realizan los exámenes de ingreso a las universidades. Ya han postergado las pruebas de más de 240 mil estudiantes para diciembre.


 


Reacción legalista y fascista contra las tomas


 


El gobierno y sus consortes derechosos están pasando de la perplejidad inicial a una violenta ofensiva para sofocar al movimiento de lucha por todos los medios a su alcance, combinando métodos tanto legales-judiciales como fascistas.


 


El poder judicial es la punta de lanza contra los estudiantes. A través de órdenes de “reintegración de edificios públicos” mandó a la policía a desalojar escuelas, llegando al absurdo de detener y llevar esposados hasta la comisaria a menores de edad (estado de Tocantins). Otros juzgados recurren a la aplicación de multas de hasta 10 mil reales para aquellos que se nieguen a abandonar los establecimientos educativos, como en Paraná. También la justicia manda a cortar los servicios de agua, luz y gas, habilitando a detener a los familiares o compañeros que se acerquen con ayuda solidaria.


 


La policía incluso ha llegado a implementar los métodos de tortura del ejército yanqui (Noriega, Abu Ghraib) de privación del sueño utilizando instrumentos sonoros continuos.


Pero sin dudas, el más nefasto de estos medios de desmoralización de los jóvenes luchadores en defensa de la educación son los contingentes fascistas movilizados por la agrupación “Movimento Brasil Livre” (MBL), de muy activa participación en el impeachment a Dilma. Estos elementos lúmpenes golpean e insultan a los estudiantes durante el día en la puerta de las escuelas, y por las noches arrojan piedras y morteros a las ventanas para provocar caos y miedo. También se conoció por la prensa (diario O Globo) que los para-militares de las milicias de la zona oeste de Rio han impedido la toma de escuelas a punta de fusil.


 


Los medios de prensa también aportan a la causa reaccionaria acusando a los estudiantes de perjudicar a sus compañeros que sólo quieren estudiar, además de usar el argumento macartista de que las tomas están organizadas por jóvenes adoctrinados por la izquierda y el PT, y que todo no pasaría de una revancha por la caída del gobierno de Dilma.


 


Ni las centrales estudiantiles dirigidas por el PCdoB-PT, ni los gremios docentes (CUT) están interviniendo en estas luchas. En Paraná, los propios estudiantes denuncian que los militantes petistas sólo aparecen para mostrar sus banderas pero están ausentes en las asambleas y comisiones organizadoras (ver página digital de Carta Capital, Paraná). Los sindicatos de profesores brillan por su ausencia, aunque muchos docentes están apoyando a sus alumnos desde afuera. Los gremios docentes tienen más de un motivo para convocar a un paro en apoyo a la lucha estudiantil y contra el recorte al presupuesto educativo.


 


La juventud estudiantil sabe que la lucha, la ocupación y los piquetes son el único camino para frenar el ataque feroz del gobierno derechista al presupuesto y a la educación pública. Ya han visto y aprendido del triunfo de sus compañeros arrancado en São Paulo contra el intento del gobernador Alckmin ( PSDB) de cerrar escuelas o los 120 días de ocupaciones en Rio de Janeiro en 2015. Como sentenció la joven Ana Julia Ribero, de 16 años, en el plenario de la Legislatura de Paraná: “¿de quién es la escuela y a quién pertenece? Tenemos el derecho de participar en la vida política. El movimiento estudiantil nos trajo más conocimiento de política y ciudadanía que todo el tiempo que estuvimos sentados en fila en las clases”. (el video en facebook de la intervención alcanzó 1,5 millón de visualizaciones).


 


Hernán Gurián, Rio de Janeiro, 5/11


 


 


Intervención de la joven Ana Julia Ribero en el plenario de la Legislatura de Paraná