La respuesta a los ajustazos

Al día siguiente de la gran movilización huelguística en Francia (ver nota central), el viernes 23 de junio un millón de italianos salieron a la calle en las manifestaciones convocadas por la CGIL (la mayor central sindical) en rechazo al plan de ajuste anunciado por Berlusconi, en el marco de una huelga de cuatro horas en el sector privado y de ocho en el sector público. Para el 29 de junio se convocó una nueva huelga general en Grecia contra los planes de reforma laboral y jubilatoria que ingresarán al Parlamento esta semana.

En Madrid, esta semana arrancó con una huelga del subte que colapsó el transporte en la ciudad, luego de que los trabajadores decidieran en asamblea, por abrumadora mayoría, no respetar los “servicios mínimos” y bloquear con piquetes la salida de trenes. El martes se realizó una huelga en Euskadi, convocada por los sindicatos nacionalistas y por Comisiones Obreras, con la oposición de UGT (afín al gobierno “socialista”), que incluyó manifestaciones y la detención de manifestantes que hacían piquetes.

Un cronista financiero apuntó que la novedad de esta semana es que a las “tradicionales” protestas contra la reunión del G-20, que se realizaron en Toronto, se suman las de los trabajadores europeos, que “se llevan la medalla de oro en la competencia de las protestas”.

La clase obrera de Europa busca abrir su camino para enfrentar los planes de ajuste de la burguesía y los obstáculos de las burocracias sindicales, que ahora evalúan convocar una jornada “de acción europea” a plazo fijo… para el 29 de septiembre.