La sucesión de Arafat

Tras la muerte de Arafat, continúa acentuándose la presión del im­perialismo y del sionismo para arbi­trar la sucesión palestina. La desig­nación de los candidatos para las elecciones, que se realizarán el 9 de enero, se ha convertido en el centro de las maniobras de los enemigos del pueblo palestino.


La dirección de Al Fatah, el prin­cipal grupo de la OLP, ha elegido a Abu Mazen. Este hombre, antiguo primer ministro, es apoyado por los norteamericanos y los sionistas ya que viene planteando, desde su mis­mo inicio, su oposición a la Intifada y su reclamo de “negociaciones po­líticas” con Israel y Estados Unidos. Mazen es apoyado por Mohamad Dahlan, el jefe de seguridad de la Franja de Gaza, un hombre que es­tableció importantes lazos con los servicios de seguridad sionistas, egipcios y norteamericanos. Dahlan renunció a presentarse como candi­dato a presidente para apoyar a Ma­zen, reservándose como candidato para la presidencia de Al Fatah. Es decir, como el hombre de relevo an­te una crisis del eventual gobierno de Abu Mazen.


Hay. sin embargo, una aguda lu­cha política dentro del campo pales­tino. La facción armada de Ai Fatah, las Brigadas Al-Aqsa, rechazaron la candidatura de Abu Mazen. Las Bri­gadas sostienen la candidatura de Marghan Barghouti, condenado a prisión perpetua en Israel; anticipa­ron que "no lo reconocerían’’ (a Abu Mazen) como presidente si ‘capitu­la en nuestros inalterables reclamos de un retiro israelí a las fronteras an­teriores a 1967. de Jerusalén como capital palestina, en el retorno de los refugiados y en la libertad de todos los palestinos presos" (Financial Ti­mes, 16/11). Precisamente, ese es el contenido de las “negociaciones políticas” que Abu Mazen plantea desarrollar con los sionistas y norte­americanos.