“La trampa afgana”


Ya no se habla de Afganistán como el ejemplo de “ocupación exitosa”. Un informe del propio imperialismo señala que “Afganistán puede convertirse en una tragedia” (Corriere della Sera,7/5).


 


Luego de más de cuatro años de ocupación, la Otan no ha podido reconstruir el Estado: apenas domina Kabul y alrededores, y la insurgencia local tiene acorraladas a las tropas imperialistas en la mayor parte del país.


 


La “trampa afgana”


 


El Corriere della Sera (6/5) ha encontrado en “la trampa afgana” la mejor definición para el hostigamiento militar de la resistencia en ese país, los atentados diarios, las crecientes bajas humanas en las tropas de la Otan y las guerras por el control de los campos de opio (origen del 87% de la heroína consumida en Europa y EEUU).


 


En Afganistán actúan las tropas de los 26 países que integran la Otan; en primera fila están los nuevos gobiernos de centroizquierda e izquierda europeos, que continúan con la política exterior de sus predecesores derechistas.


 


Hace unos meses, el “socialista” Zapatero sumó más hombres a las tropas españolas y está jugando un rol central en la “reconstrucción” del oeste afgano, en una peligrosa zona que limita con Irán. El flamante premier italiano, “De la Rúa” Prodi, ha dicho que mantendrá las tropas. En Italia, el rechazo popular a la presencia militar en Asia y Africa se profundizó luego de la reciente muerte de dos oficiales italianos en Irak. Es que además de Afganistán las tropas italianas operan en Irak, Kosovo, Bosnia, Gaza, Timor y Sudán (Corriere della Sera, 6/5).


 


Nuevas masacres


 


Durante todo 2005 los yanquis fueron forzados a un paulatino retiro de las zonas más peligrosas (Kandahar, Helamand y Uruzgan). Bush no estaría en condiciones políticas de seguir llevando más ataúdes embanderados a los Estados Unidos. Además, necesita recortar parte de los 19 mil hombres en Afganistán. Para ello, sus “aliados europeos” de la Isaf (nombre de la fuerza de la Otan) van a comenzar a la brevedad la llamada “tercera fase de la misión” que consiste en avanzar territorialmente hacia el sur (y luego al Este), regiones dominadas por los “señores de la droga”, los talibanes y Al Qaeda.


 


La Isaf deberá asumir una acción ofensiva (hasta ahora revestía el nombre de “misión de paz”). Por eso, la Otan ha anunciado que duplicará las tropas en Afganistán (de 9 mil hombres pasaría a 17 mil) y mejorará su armamento. Los medios señalan que este refuerzo colocaría a la Otan en “su misión más difícil en 58 años de historia” (Reuters, 28/4).


 


Esta escalada bélica sólo puede culminar en un nuevo desastre para el imperialismo. Es una experiencia demasiado cara para una Europa en crisis y con un Irak de ejemplo cercano. Afganistán, sin dudas, es otro pantano del cual el imperialismo no sabe cómo salir.