Internacionales

28/11/2024

LIBANO

La tregua entre Israel y Hezbollah

El enviado norteamericano, Amos Hochstein, junto al jefe del parlamento de Líbano

Con la mediación de Estados Unidos y Francia, Israel y Hezbollah sellaron una tregua que establece un cese de hostilidades, el retiro del ejército israelí del territorio libanés en un plazo de 60 días, y el repliegue de Hezbollah del sur del Líbano (hacia el norte del río Litani), reemplazado por el ejército libanés.

Desde octubre de 2023, los ataques israelíes contra el Líbano dejaron casi 3.800 muertos, incluyendo 200 niños, según Unicef, y dos millones de desplazados, lo que equivale a un quinto de la población. El grueso de las víctimas y desplazados, además, se concentra en unas pocas semanas, desde mediados de septiembre, cuando Israel inició una ola de ataques y bombardeos masivos, seguida por una invasión terrestre. Debido a la envergadura de la agresión (hasta las vísperas mismas de la entrada en vigor de la tregua, Beirut fue objeto de encarnizados bombardeos), el cese de hostilidades fue recibido con alivio por la población libanesa. Miles de personas emprendieron el regreso a sus hogares, aunque, debido a que la retirada israelí será paulatina, y el sionismo se reserva el derecho a impedir el retorno de supuestos milicianos de Hezbollah al sur, no está claro que puedan hacerlo en lo inmediato.

La firma del acuerdo supone, en cambio, un golpe para el pueblo de la Franja de Gaza, que sigue siendo masacrado. Los testimonios recogidos por agencias periodísticas (como Reuters y Al Jazeera) entre los habitantes del enclave dan cuenta de un sentimiento de abandono. “Esperábamos que la expansión de la guerra significara una solución para todos, pero nos quedamos solos ante la monstruosa ocupación israelí”, resumió una mujer de 56 años, madre de cinco hijos (reproducido por La Nación, 27/11). Además, los lanzamientos de Hezbollah desde el sur del Líbano, del cual se comprometió ahora a retirarse, actuaban como un segundo frente de operaciones que entorpecía los planes genocidas de Israel y que ya no estará. “Tememos que ahora el Ejército israelí tenga vía libre en Gaza”, expresa otro testimonio.

Hechas estas aclaraciones, si el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, debió avenirse a una negociación a pocas semanas de iniciar una invasión terrestre, es porque encontró una resistencia superior a la que esperaba. La abrumadora superioridad aérea israelí no tuvo su correlato en el terreno, donde las tropas israelíes volvieron a sufrir, como en 2006, el efectivo embate de las milicias. Es por eso que el ala más derechista de la coalición de gobierno israelí critica la tregua, señalando que Hezbollah no ha sido derrotado. Y, en el caso de Gaza, a pesar de que Israel la está reduciendo a cenizas, tampoco ha sido quebrada la resistencia.

En el caso de Israel, un sondeo efectuado por el Canal 12 indicó que la opinión respecto al acuerdo se dividía casi en tercios iguales entre quienes lo apoyan, quienes lo rechazan y quienes no tienen una postura definida. En el caso de los votantes del oficialismo, crece la proporción de desconformes (casi la mitad de ellos, promedio que seguramente se eleva entre los colonos), y en el de votantes de la oposición, los que están de acuerdo (también la mitad).

Repercusiones

En el proceso de negociaciones jugó un rol importante Amos Hochstein, que es el mismo individuo que anudó el acuerdo de 2022 entre Israel y Líbano para la delimitación de la frontera marítima. Dicho acuerdo consagró el reparto de los yacimientos de gas, un negocio multimillonario tanto para las burguesías israelí y libanesa, como para el imperialismo.

Del otro lado, el jefe del parlamento libanés, Nabih Berri (del movimiento Amal, un partido chiíta), actuó como nexo con Hezbollah.

Si bien la iniciativa de la negociación habría partido del gobierno saliente de Joe Biden, sectores del trumpismo salieron a atribuirse el éxito. El futuro asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, tuiteó que la victoria electoral de Donald Trump “envió un mensaje claro al resto del mundo de que no se tolerará el caos. Me alegra ver pasos concretos hacia la desescalada en Oriente Medio” (AP, 27/11). Por el lado de Irán, el acuerdo también fue bienvenido. El ministro de Relaciones Exteriores, Abás Araqchí, admitió que Teherán fue consultado en el curso de las negociaciones, y alentó que pueda transformarse en un “alto el fuego permanente” (Infobae, 27/11).

Se especula ahora sobre la posibilidad de que el acuerdo con Hezbollah permita reabrir un proceso de negociaciones entre Israel y Hamas. El presidente estadounidense Joe Biden lo pregona abiertamente, convencido de que la resistencia palestina deberá negociar en peores condiciones. De cualquier manera, antes que una nueva negociación por Gaza, la tregua libanesa deberá verificarse en el terreno, ya que implica el regreso a sus hogares de dos millones de personas, mientras el ejército israelí no muestra prisa por retirarse. Por si acaso, Netanyahu se hizo de una carta de garantía de la Casa Blanca en que se reserva el derecho a retomar los bombardeos si considera que Hezbollah incumple el acuerdo.

Mientras el imperialismo yanqui y europeo avalan la masacre contra el pueblo de Gaza y entregan armas al sionismo, las burguesías árabes (Arabia, Emiratos, Jordania, etc.) le dan la espalda al pueblo palestino y negocian con Israel. En el caso de Irán, retacea su apoyo a Gaza y hace su propio juego geopolítico. Por todo esto, la movilización popular a nivel internacional contra el genocidio y en apoyo a la resistencia del pueblo palestino resulta vital. Ahora más que nunca.

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