La turbulencia iniciada en Wall Street se expande a Europa

El Credit Suisse es el segundo banco suizo y pertenece al reducido grupo de bancos de “Importancia Sistémica Mundial”.

El Credit Suisse principal afectado, por ahora

Luego del cierre de dos bancos en Estados Unidos, el Silicon Valley Bank y el Signature Bank, un derrumbe de acciones bancarias en Estados Unidos se trasladó a las acciones bancarias de Europa.

A las pérdidas ya informadas en sus balances, el Credit Suisse -el segundo banco de Suiza- dio a conocer dificultades de liquidez y su principal accionista, el Banco Nacional Saudí, anunció que no realizaría nuevos aportes de capital y no aumentaría su participación del 10% en caso de una posible ampliación de capital. Una tercera parte de las acciones se hundió y arrastró a las de bancos de toda Europa, con bajas de más de dos dígitos en las acciones de Societé Generale (Francia), ING (Países Bajos); BBVA (España), Deutsche Bank y Commerzbank (Alemania), UBS (Suiza), etc. La crisis bancaria iniciada con el derrumbe de Silicon Valley se extiende al continente europeo.

Al día siguiente, el Banco Nacional Suizo (BNS) anunció un préstamo por 50 mil millones de francos, un monto superior en más de 10 veces a la valuación actual del banco, altamente improbable de recuperar y que es insuficiente ante los compromisos inmediatos del banco. El Credit Suisse para ganar credibilidad anunció un plan de recupero de 10 bonos próximos a vencer por un total 25.000 millones de dólares, con vencimiento el 22 de marzo. Al día siguiente del anuncio de liquidez del BNS, las acciones retomaron el derrumbe y el retiro de depósitos no se detuvo, con migraciones de los clientes hacia otros bancos.

La acción de Credit Suisse se viene hundiendo desde hace años, hasta reducir la valuación en bolsa a menos de la décima parte de hace cinco años, en las últimas semanas el derrumbe se aceleró y tuvo impacto en toda la banca de Europa, aunque los bancos de Suiza no son parte de la zona euro. Ya se comprueba que las repercusiones son continentales y de proyección global.

Los  llamados Credit Default Swaps (CDS) son derivados de cobertura frente a la cesación de pagos de los bancos. Estos derivados repartidos en toda la banca europea y global tienen una magnitud, por el monto que cubren, muy superior a la capitalización de los bancos.

Un banco de “importancia sistémica mundial”

Credit Suisse, el segundo banco Suizo y con 167 años de historia, es perteneciente al reducido grupo de bancos de “Importancia Sistémica Mundial” que reúne a los mayores bancos globales por el monto de sus activos y proyección global.

Esta calificación es realizada por un organismo del Banco de Basilea que supervisa la banca mundial y la lista incluye a los mayores bancos del mundo, como JP Morgan, Citigroup, Bank of America, Wells Fargo, etc. Incluso China se anota con cuatro bancos (Bank of China, Industrial and Commercial Bank of China, Agricultural Bank of China y China Construction Bank).

Todos los miembros de este selecto grupo, por su magnitud, están sujetos a requisitos especiales de colchones de capital, que son más elevados que el resto de los bancos y que fueron subidos luego de la crisis financiera de 2008. Las autoridades nacionales deben vigilar su cumplimiento regularmente. Aunque Credit Suisse debe cumplir estos requisitos y prevenciones, la realidad nos dice que han sido insuficientes.

Además la lista de los bancos “de importancia sistémica” se quedó corta. Porque la caída de los dos bancos medianos de Estados Unidos, Silicon Valley Bank y Signature Bank, tuvo un impacto que se convirtió en sistémico en pocas horas. Los retiros digitales aceleraron la velocidad de la corrida, donde los clientes no van al banco a retirar los fondos, hacen transferencias digitales. Con esa velocidad la corrida cruzó el Atlántico y se expandió aun fuera de las fronteras de Suiza a los principales bancos europeos.

https://prensaobrera.com/internacionales/silicon-valley-la-quiebra-bancaria-mas-grande-desde-2008

El riesgo de los derivados en cartera de los bancos

La alta volatilidad y la vulnerabilidad que han mostrado los bancos a ambas costas del Atlántico se convirtieron en el centro de atención de los riesgos que implican y compitiendo con la guerra en Ucrania en los daños en la economía. El capitalismo hace agua en varios flancos. Ahora la posibilidad de una crisis bancaria global está más cerca con las consecuencias recesivas que implica el endurecimiento del crédito y escasez de préstamos para el funcionamiento de la economía.

Los efectos del colapso de Credit Suisse son difíciles de imaginar. La quiebra de Lehman Brothers en 2008 sumió al sistema financiero en el caos con el cierre del crédito entre los bancos y hacia el mercado. Una eventual repetición de esa situación se potencia por el alto riesgo que representan los balances de los bancos con el alto endeudamiento que se acrecentó notablemente en los años recientes.

La deuda nacional en Estados Unidos al finalizar 2007 era de 9,2 billones y al finalizar 2023 alcanzaba 31,4 billones.  En Europa la deuda del Banco Central Europeo (ECB) al finalizar 2007 era 3,1 billones de euros y al finalizar 2022 alcanza 8,6 billones. El aumento de las tasas de la Reserva Federal y el ECB tiene un directo impacto en los costos del servicio de la deuda aumentando el déficit y proyectándose a dificultades de endeudamiento para las empresas los particulares y cada país.

Estos aumentos de tasa también tienen impacto en los derivados en los grandes bancos. Como señalan el Banco de Pagos Internacionales de Basilea que establece los criterios de seguridad de la banca global: “también existen grandes y poco transparentes riesgos fuera de balance tanto en el sector financiero bancario como no bancario, especialmente en relación con la deuda en dólares en swaps de divisas y contratos a plazo de divisas (swaps).”

Especialistas “señalan que hay $85 billones en obligaciones pendientes de pago de dólares en estos instrumentos”. Una agencia de control financiero de Estados Unidos eleva la suma a 195 billones de dólares, concentrada en cuatro bancos, JP Morgan, Citibank, Bank of America y Goldman Sachs.

Los bancos centrales son parte del problema, no de la solución

La reciente intervención del Banco Nacional Suizo (banco central) de un préstamo de auxilio se mostró a las pocas horas ineficaz e insuficiente y es revelador del descontrol y desconocimiento del banco que debe supervisar y controlar.

Ahora se abre una segunda etapa, donde ya se ha gastado uno de los pocos cartuchos que tiene el BNS. Pero además el BNS también ha padecido pérdidas en sus inversiones, “el Banco Nacional Suizo reportará una pérdida en la orden de CHF 132 mil millones para el año fiscal 2022. La pérdida en las posiciones en moneda extranjera ascendió a alrededor de CHF 131 mil millones”.

El Banco Central Europeo tiene una cartera de inversiones en bonos de deuda de los estados nacionales y de hipotecas que en conjunto suman más de 7 billones de dólares. Con la suba de las tasas de interés se están deteriorando y perdiendo valuación en el mercado de deuda.

Una situación similar a la Reserva Federal de Estados Unidos. La suba de la tasa de interés y la venta de privados redujo su demanda. La Reserva Federal se convirtió en el principal comprador para estabilizar su cotización ante las ventas de los bancos centrales de China, Corea del Sur y Japón entre otros.

Un párrafo del informe del Banco Nacional de Suiza informa el único activo que le dio un beneficio: “Se registró una ganancia de valoración de 400 millones de francos suizos en las tenencias de oro”.

El fracaso de las políticas monetarias de los bancos centrales capitalistas han impulsado a los capitalistas en fuga, búsqueda de refugio en el oro. Otro signo de la debilidad del dólar y los bancos centrales. Una nueva era de grandes conmociones financieras está comenzando. Y el capital financiero va a intentar descargar la crisis sobre los trabajadores de todo el mundo.

El fracaso del capital financiero impulsan trasladarlo a los trabajadores

En solo una semana los bancos de todo el mundo perdieron más de medio billón de dólares en su derrumbe en las bolsas. En la misma semana el gobierno de Francia por decreto subió la edad jubilatoria sin debate parlamentario. Clara señal que los gobiernos impulsan trasladar la crisis a los trabajadores. La crisis del capitalismo impulsa guerras y con su crisis financiera pérdidas de trabajo, aumentos de la edad jubilatoria, imposibilidad de acceso al crédito, hambrunas y pobreza.

https://prensaobrera.com/opinion/los-rescates-del-fmi-impulsan-las-devaluaciones-de-monedas-y-el-hambre-en-el-mundo