Las huelgas que se vienen en Reino Unido, tras la gran jornada del 1

Movilización en Londres

Este primero de febrero, alrededor de 500 mil trabajadores de distintos sindicatos pararon en el Reino Unido en reclamo de mejoras salariales. Se trata, según varios informes, de la mayor acción huelguística de la última década en ese país.

Conductores de trenes, profesores secundarios y universitarios, personal de control de fronteras en puertos y aeropuertos, y otros trabajadores públicos, desarrollaron medidas de fuerza. Además, cerca de 40 mil huelguistas se movilizaron a Downing Street (sede del gobierno), en Londres, y hubo protestas en muchas otras ciudades.

El gobierno conservador de Rishi Sunak, quien ha cumplido cien días en el cargo, viene negando los reclamos de aumento salarial de acuerdo a la inflación, que está en los niveles más altos de las últimas décadas (en diciembre alcanzó el 9,2% interanual).

A su vez, promueve una legislación para restringir el derecho a huelga y moviliza personal militar para carnerear los paros, como ocurrió esta vez en el control de fronteras.

Hay sectores del movimiento obrero que llevan meses de conflicto, como los ferroviarios, que el 3 de febrero realizarán otro cese de tareas. Enfermeras y ambulancieros vuelven a los piquetes y las medidas de fuerza el próximo 6, tras una histórica huelga en diciembre.

La docencia universitaria votó 18 jornadas de paro, que se distribuyen a lo largo de febrero y marzo. Para el 16, se espera una nueva medida de los carteros. Al escribirse estas líneas, los profesores de Escocia estaban de brazos caídos. El medio británico The Guardian ha publicado un exhaustivo almanaque con los conflictos.

A pesar de la coincidencia cronológica de ciertas huelgas, como ocurrió este 1, el límite del movimiento sigue siendo la falta de una acción unificada, que las centrales sindicales -ligadas al laborismo- esquivan. Esto impide golpear con toda la fuerza, como un solo puño, sobre el gobierno capitalista. Está planteada la realización de un paro general.

En tanto, el máximo dirigente del laborismo, Keir Starmer, declaró en las vísperas de la jornada del 1 que su partido “nunca más” será parte de las protestas y que comprende que la “estabilidad económica” es la base “de todas nuestras ambiciones”. Así, se coloca como otro personero del régimen político contra los reclamos obreros. Starmer hace buena letra ante los capitalistas, buscando su apoyo para las elecciones programadas para 2024.

El ascenso huelguístico en el Reino Unido se da en paralelo con las extraordinarias movilizaciones y paros de la clase obrera francesa, que esta semana protagonizó las manifestaciones más importantes desde 1995, contra la reforma jublilatoria de Emmanuel Macron.

La clase obrera del viejo continente alza la voz.