Internacionales
24/7/2025
Las movilizaciones en Ucrania, expresión de una crisis profunda del régimen de Zelensky
El estado de la retaguardia ucraniana y el de un ejército que se descompone

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Una de las protestas contra el gobierno ucraniano
Un cisne negro entró en escena en Ucrania. La reciente ley aprobada por la Rada Suprema de Kiev, que se votó y fue promulgada por el presidente Volodomir Zelensky entre gallos y media noches, disuelve a las dos oficinas encargadas de controlar e investigar la corrupción (NABU y SAP), instituciones supuestamente autónomas creadas post golpe de Estado del Euromaidan en 2014, y que actúan bajo la supervisión de la Unión Europea (UE), está suscitando movilizaciones masivas contra el gobierno en Kiev y otras ciudades.
Así, el proyecto de ley 12.414, que la Rada trató en tiempo récord y Zelensky promulgó a las pocas horas, coloca a estas oficinas directamente bajo el control directo del Fiscal General del Estado nombrado por el propio Zelensky, lo que desató una ola de movilizaciones hasta ahora inéditas desde que comenzó la guerra allá por febrero de 2022. Además, rápidamente, el SBU (la KGB del Zelensky) difundió videos de los procedimientos donde detuvieron violentamente a los Fiscales y Detectives anticorrupción, para finalmente acusarlos de pro-rusos, como a todos los rivales de Zelensky.
Pero la protesta no vino solo del lado de la calle en Kiev, sino que la Comisaria europea de Ampliación, Marta Kos, publicó en su cuenta de X que: “Estoy seriamente preocupada por la votación de hoy en la Rada. La eliminación de las garantías clave que protegen la independencia del NABU es un paso atrás serio. Organismos independientes como el NABU y la SAP son necesarios para el camino (de Ucrania) hacia la UE. El estado de derecho sigue siendo el centro de las negociaciones para la adhesión a la UE”.
Úrsula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, también exigió explicaciones. “Kiev está a un paso de las sanciones de la UE: La reducción de las competencias de la NABU podría privar a Ucrania del apoyo de Occidente”, dijo, como titula el medio The Spectator, el 23 de julio.
Además, según dio a trascender el Financial Times, el presidente francés Emmanuel Macron llamó a Zelensky rápidamente tras la votación de la ley para solicitarle que no promulgue la norma y que se diera marcha atrás, sin lograr que el presidente ucraniano accediera a su pedido.
El tema escaló tanto, que llegó a una conferencia de prensa de Trump, donde, consultado sobre la corrupción en Ucrania, el presidente de Estados Unidos dijo: "Biden entregó equipo y dinero por un valor de 350 mil millones de dólares. Y lo que es peor, no solo equipo, sino también efectivo. Así que, creo que algún día querremos saber sobre esto, ¿verdad? Se suponía que debían comprar el equipo con su propio dinero, pero tengo la sensación de que no gastaron cada dólar en ese equipo".
Se benefician los que amenazaron con un golpe militar
Como se aprecia, Zelensky acaba de pegarse un tiro en el pie, porque si algo pretendía la población que apoya los esfuerzos de guerra, o que al menos tiene una actitud neutral, era el ingreso de Ucrania a la Unión Europea. Entonces, la pregunta que surge es, ¿Por qué el Gobierno y la Rada se inmolaron provocando la presente reacción popular inédita desde el inicio de la guerra? Incluso, si fuera por investigaciones contra Zelensky y su círculo íntimo… ¿no es mayor el perjuicio alcanzado que el beneficio de dicha medida?
La respuesta de los motivos la vino a dar el Jefe del SBU, Savyl Malyuk, quien declaró ante la prensa que, tras los registros al comandante Pivnenko de la Guardia Nacional por parte de la NABU y la SAP, “la mitad de la Guardia Nacional bajó las armas, la otra mitad quiso ir a Kiev”. Es decir que en Ucrania estalló una crisis de envergadura entre estructuras del imperialismo y del ejército.
Asimismo, Malyuk se quejó de que los fiscales y detectives iniciaran el registro “al comandante de la Guardia Nacional, al Héroe de Ucrania, al general de combate Pivnenko. ¿Se lo merece? Y luego todo eso lo difundieron en canales de Telegram. La mitad de la Guardia Nacional bajó las armas, no quiso cumplir las tareas porque dudan de quién es ese comandante. Y la otra mitad quiso ir a Kiev”.
Y ahora, con esta ley, la Guardia Nacional y su jefe Pivnenko, han logrado que los procesos penales en su contra pasen directamente al Fiscal General que responde a Zelensky. Pero, naturalmente, mientras que ahora Zelensky está siendo fustigado en toda la prensa otanista, en la Unión Europea y en EEUU, y tiene en su contra las primeras movilizaciones masivas desde el inicio de la guerra, si cede y retrotrae la ley, los de la Guardia Nacional, donde está el ahora Cuerpo de Ejército Azov, podrían marchar a Kiev con las armas en mano.
Así, no tardaron en aparecer los defensores del régimen, incluso aquellos que fungen de falsos opositores, como la diputada Besuglasha, la que suele criticar a las ramas del ejército que tienen choques con la camarilla de Zelensky, quien salió a defender el cambio legislativo por tratarse de una recuperación de la soberanía de Ucrania al privar a la UE y a EEUU del control de las agencias anti corrupción. Con la cara de piedra, sale a plantear que el régimen que vendió por monedas el país a EEUU e Inglaterra está defendiendo su soberanía (para robar).
Y no faltaron los que, con su cinismo, en lugar de aplacar tiraron nafta al fuego. La nueva primera ministra de Ucrania, Yulia Sviridenko, afirmó que el problema de la corrupción en el país está "exagerado". Y agregó que cree "sinceramente, en la sociedad ucraniana y en ciertos grupos sociales, este tema está exagerado y sobredimensionado" (Bloomberg, 22/7).
Obviamente, la crisis no tiene un carácter terminal para el régimen ni tampoco se trata de una situación sin salida. Bien Zelensky podría retroceder con la ley, pero con el compromiso de que las agencias no tocarán a la Guardia Nacional y a los generales corruptos. Sería una salida, pero no por ello el daño sería inocuo, porque termine como termine el asunto, la voracidad de un régimen que se alimenta de robar a expensas de la sangre de sus tropas, ha quedado expuesta para la población y la opinión pública internacional.
Deriva autoritaria, que la prensa ve recién ahora
Con estas medidas, en la prensa otanista comenzaron a explayarse sobre la corrupción de Zelensky y su camarilla, así como sobre el aumento del autoritarismo y la persecución a opositores al régimen. Por ejemplo, Financial Times, caracterizando la votación en la Rada, dijo que fue “otro paso en una serie de maniobras contra los partidarios de las reformas y los luchadores contra la corrupción”.
Por otro lado, The Economist enmarca esta nueva ley en un proceso más prolongado de creciente autoritarismo de la actual administración Zelensky que se rige, con mandato electoral vencido, bajo la ley marcial. “Ucrania se ha estado preparando para este momento durante varias semanas, con lo que parece ser una creciente represión contra la disidencia interna”.
Asimismo, el medio británico indica que a “principios de julio, el gobierno bloqueó el nombramiento de Oleksandr Tsyvinsky, un detective muy respetado, para el puesto vacante de Director de la Oficina de Seguridad Económica. A esto le siguió lo que pareció ser el arresto por motivos políticos de Vitaliy Shabunin, un destacado activista anticorrupción.
A mediados de julio, una reestructuración del gobierno promovió a los ultraleales, incluido un nuevo primer ministro. Luego, el 21 de julio, el servicio de seguridad nacional y la fiscalía general lanzaron docenas de redadas contra oficiales de NABU y SAP (…) Los oficiales fueron acusados de corrupción y vínculos ilegales con Rusia. (The Economist, 23/7).
Más allá de estos descubrimientos espectaculares de la prensa otanista, lo cierto es que lo que están empezando a describir es una constante desde 2014 hasta la actualidad.
La moral y la capacidad operativa del Ejército ucraniano
Naturalmente, la movilización contra la corrupción, que podría ser tomada como un desafío por derecha a Zelensky, porque podría estar motivada por el temor a no ingresar a la Unión Europea, se diferencia, claramente, de los ataques y sabotajes a los centros de reclutamiento y, también del extendido movimiento de evasión y deserción en el ejército (que son manifestaciones contra la guerra), pero, sin embargo, existe un punto de contacto crucial: que la población crea mayoritariamente que el gobierno se sirve de la guerra para robar y enriquecerse, es una bomba atómica contra la moral.
En ese orden, algunas cuestiones que venimos describiendo en artículos previos fueron confirmadas recientemente por la prensa británica. “Mientras tanto, aumentan el resentimiento, la resistencia y la ira ante las agresivas medidas adoptadas por las autoridades para reclutar a presión en el ejército a hombres en edad militar, un proceso conocido como ‘busificación’. A diferencia del ejército ruso, que se compone de soldados contratados, Ucrania ha instituido la movilización total de los hombres mayores de 26 años que no realizan trabajos civiles vitales” (The Spectator, 18/7).
La nota en cuestión, sigue con algo que ya hemos denunciado también. “Las redes sociales ucranianas están llenas de vídeos diarios de hombres que son introducidos en furgonetas por oficiales de reclutamiento, a veces a punta de pistola. Sin embargo, muchos de los reclutados a la fuerza parecen tener pocas ganas de luchar”.
El tema de las deserciones también aparece confirmado por el periódico. “En los seis primeros meses de este año, la Fiscalía de Ucrania informó de que había abierto 107.672 nuevos casos penales por deserción. Desde 2022 se han incoado unas 230.804 causas penales de este tipo, lo que sugiere que han desertado del ejército ucraniano más soldados que combatientes tienen hoy los ejércitos británicos, francés y alemán juntos”.
Es decir que, mientras Ucrania lleva aproximadamente 300 mil deserciones, Rusia registra, por lo menos a marzo de 2025, según la prensa occidental, 50 mil bajas. “El 5% de las tropas rusas que desertan en algún momento de su servicio militar es aproximadamente igual al 5% de las tropas estadounidenses que desertaron durante la Guerra de Vietnam en la década de 1960 y principios de la de 1970. El Ejército estadounidense no se derrumbó entonces, y la dinámica actual en el ejército ruso "no indica un colapso militar total ni una ruptura de la autoridad de mando", concluyó Frontelligence Insight (Forbes, 8/3).
También, el medio confirma lo que ya hemos dicho hasta el cansancio respecto al agotamiento de las tropas. “Los que permanecen en el frente están agotados. Los soldados ucranianos movilizados sirven hasta el final de las hostilidades, lo que significa que algunos llevan tres años y medio combatiendo ininterrumpidamente. Un proyecto de ley que liberaba al personal militar del servicio después de 36 meses fue aplastado por el gobierno el año pasado por temor a que el personal que se retiraba no pudiera ser reemplazado. Desde febrero de 2022, ningún hombre de entre 18 y 60 años puede abandonar el país sin un permiso especial”.
Por otro lado, hay que decir que los intercambios de fallecidos desde 2023 hasta la fecha, marcan una evidente desproporción entre ambas partes. El 17 de julio se realizó otro intercambio de cuerpos de militares fallecidos en la zona de operaciones entre Rusia y Ucrania. Ucrania recibió los cuerpos de 1.000 militares fallecidos, y Rusia recibió 19. En total, durante este período, Rusia entregó 14.850 cuerpos de militares ucranianos fallecidos, Ucrania 1.505. Esto, naturalmente, no quiere decir que haya una proporción de bajas de 15 a 1, como afirma cierta propaganda prorrusa, sino que desde 2023, quien principalmente avanza en el terreno, recogiendo cadáveres propios y ajenos, es Rusia.
En síntesis, el problema de Ucrania, aún si tuviera menos bajas de Rusia como afirma con poco fundamento gran parte de la prensa otanista, es que hace tiempo que tiene una tasa de reposición de personal negativa. Es decir que recluta menos que las bajas que registra. Y eso conlleva un problema mayor, porque si de cada 3 bajas solo se pueden reponer 2, lo cierto es que las bajas pueden ser de soldados experimentados, en tanto que los reemplazos suelen llegar sin formación ni experiencia de combate y con una moral por el suelo, porque fueron movilizados por la fuerza.
Como se aprecia de todo este desarrollo, Zelensky corre un serio peligro de sucumbir frente a las grandes presiones encontradas. Y del mismo modo, Ucrania no solo corre el riesgo de ser destruida desde fuera por el ejército de Putin, sino también desde dentro por la corrupción de un régimen y un ejército que lucran con la guerra, a costa de la sangre de los trabajadores que en su mayoría son enviados forzosamente a la picadora de carne del frente.
