Las protestas de un “kosher” mientras Bush aumenta el comercio con Irán

Guillermo Borger, “el judío genuino” que conduce la Amia, exigió al gobierno argentino que corte todo comercio con Irán, país al cual, como la CIA, la Side y el Estado de Israel, atribuye responsabilidad en el atentado contra esa mutual hace 14 años. Borger se cuidó mucho de formular la misma exigencia a George W. Bush: Washington, según informa la prensa internacional, no sólo ha incrementado durante los últimos años sus exportaciones de soja, trigo y semillas a Irán; además, le vende a los ayatolás productos militares, algunos tan “sensibles” como repuestos para aviones de combate F-14.

Esos datos sólo se refieren al comercio legal, porque también hay entre los Estados Unidos e Irán un abundante intercambio paralelo o “triangulado” (contrabando), también creciente, ante el cual la Casa Blanca se distrae convenientemente.

En cambio, cuando de la Argentina se trata, el “genuino” pone el grito en el cielo.

Muchas veces Prensa Obrera se ha referido al escandaloso encubrimiento de aquel atentado por parte del gobierno, los servicios de inteligencia y la policía argentinos, y también del Mossad, de la Daia e incluso de las autoridades de la Amia. La llamada “pista iraní”, que no tiene por dónde sostenerse, es uno de los costados más hediondos de ese encubrimiento, porque apunta a defender intereses políticos del Estado sionista y de sus mandantes norteamericanos, aunque esa defensa obligue a proteger a los asesinos de 85 personas en el viejo edificio de la calle Pasteur.

Entretanto, Borger e Israel guardan silencio por las crecientes exportaciones a Irán de empresas, por ejemplo, de California y Florida, esta última gobernada por un hermano de Bush. “La lista incluye algunos de los Estados (gobernados por) republicanos sólidamente conservadores” (Associated Press, 8/7). Y, si no abren la boca, corresponde suponer que negocios sionistas se ven favorecidos por ese comercio con Teherán.

El problema de seguridad nacional para la Argentina y de solidaridad internacional con la lucha antiimperialista de los pueblos no está dado, cierto es, por el limitadísimo volumen exportador de nuestro país hacia Irán. Está dado, en cambio, por la canallesca inclusión del Estado sionista entre los países que reciben privilegios para comerciar con el Mercosur, que aun deben ser aprobados por los parlamentos de Argentina, Brasil y Uruguay. A propósito, ¿cómo votarán los diputados del ‘campo’?.