Las protestas en la República Checa

La manifestación del sábado 16 en Praga

El sábado 16 se produjo una movilización en Praga contra el gobierno de Petr Fiala, quien asumió como primer ministro a fines de 2021 y lidera una coalición de fuerzas de derecha llamada Spolu (Juntos, integrada por el Partido Democrático Cívico –ODS-, la Unión Cristiana y Demócrata y TOP09). La manifestación, profusa en banderas checas, protestó contra la elevada inflación (8% interanual) y rechazó el alineamiento con Ucrania en la guerra entre ésta y Rusia. Hubo críticas a la Otan, la Unión Europea y al gobierno de Fiala como un “agente de potencias extranjeras”, así como también cuestionamientos a la “globalización” y el “Green Deal” de la Casa Blanca.

La convocatoria partió de PRO (Ley, Respeto, Experiencia), una formación extraparlamentaria dirigida por Jindrich Raichl, quien asegura que se reunieron más de 100 mil personas en la Plaza Wenceslao. La agencia local CTK, en cambio, rebaja esa cifra a 10 mil.

La República Checa es uno de los principales proveedores de armas del régimen de Volodomir Zelensky y alberga a 350 mil refugiados ucranianos. Desde el gobierno de Fiala, acusaron a los organizadores de pro-rusos, aunque Raichl negó las imputaciones desde el escenario: “No queremos un gobierno de la Unión Europea, no queremos un gobierno estadounidense o un gobierno ucraniano, no queremos un gobierno ruso o chino, queremos un gobierno de la República Checa, de los ciudadanos checos” (The European Conservative, 18/9).

En abril, Raichl ya había protagonizado otra manifestación importante reclamando el fin del actual gobierno, que está integrado por dos coaliciones: la ya mencionada Spolu y la alianza entre Piratas y Alcaldes Independientes. Eso le da una mayoría parlamentaria de 108 escaños sobre 200.

Fiala derrotó por escaso margen en los comicios de 2021 a la Alianza de Ciudadanos Independientes (ANO, de acuerdo a las siglas en checo) del entonces primer ministro Andrej Babis, uno de los hombres más ricos del país. Hijo de un funcionario de la época soviética que dirigía una empresa de importación y exportación de productos agrarios, Babis tuvo un paso por el viejo Partido Comunista y, con la apertura del proceso de restauración burguesa, se enriqueció con el remate de las empresas públicas. Sus inversiones se extienden a varios rubros, desde la agroquímica a los medios de comunicación. Gobernó con el apoyo de los socialdemócratas y del nuevo Partido Comunista, que en los comicios de 2021 se desplomaron, cayendo por debajo del umbral del 5% requerido para contar con representación legislativa. No obstante, ANO no es una formación centroizquierdista, al contrario, forma parte del mismo bloque político continental que los liberales alemanes.

Como ocurre con el este europeo, la República Checa es un escenario de disputas de influencia entre Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia. Ya bajo el mandato de Babis, estalló un severo conflicto diplomático cuando el gobierno local acusó a agentes de inteligencia del Kremlin de estar detrás de unas explosiones ocurridas en 2014, en las que murieron dos personas. “Las relaciones entre la República Checa y Rusia están en un punto muy bajo”, decía por entonces el primer ministro.

Con Fiala, al estallar la guerra en Ucrania, la República Checa –miembro de la Otan- se alineó decididamente con Kiev y Washington. Esta postura se consolidó con la victoria en las elecciones presidenciales de enero de 2023 de Petr Pavel, expresidente del Comité Militar de la Otan entre 2015 y 2018, quien reemplazó en el cargo a Milos Zeman, un hombre de un partido socialdemócrata, que durante su gestión mantuvo algunos coqueteos con Moscú. Pavel derrotó en el ballotage presidencial al tenaz Babis, quien, por conveniencia o convicción, hizo campaña criticando el belicismo del gobierno de Fiala. Aunque la figura presidencial no goza de grandes atribuciones en la República Checa, la elección de Pavel fue recibida con alborozo en las capitales occidentales.

A pesar de compartir un terreno común en la guerra, la República Checa forma parte del llamado Grupo de Visegrado (junto a Eslovaquia, Hungría y Polonia) de la Unión Europea, un bloque con planteos propios, que suele protagonizar choques con el eje franco-alemán. Es conocido por sus planteos radicalmente antimigratorios.

En este escenario intrincado, en septiembre del año pasado se había desarrollado ya una masiva movilización contra la participación de la República Checa en la guerra y contra el gobierno de Fiala. Aquella fue una convocatoria heterogénea, en la que estuvieron desde el Partido Comunista hasta la extrema derecha de SPD (Libertad y Democracia Directa).

Mostrando que la calle está movida, a fines de marzo de este año fueron los sindicatos los que se movilizaron contra un proyecto de reforma jubilatoria que eleva la edad de retiro de 65 a 68 años, al mismo tiempo que lo hacían los trabajadores franceses contra la reforma de Emmanuel Macron.

Aunque las manifestaciones checas contra la guerra están atravesadas por grandes contradicciones, y medran en ellas fuerzas reaccionarias, son un indicador del rechazo de un sector de los trabajadores al aumento de los gastos belicistas y al alineamiento con la alianza atlántica.

La guerra imperialista plantea la necesidad de una acción internacional de los trabajadores, independiente de los bandos en pugna. Contra la Otan y el Kremlin. Abajo los gobiernos de la guerra.

https://prensaobrera.com/internacionales/la-crisis-migratoria-en-lampedusa