PERU

Lima: ningún candidato plantea las reivindicaciones de les trabajadores

La agrupación Vilcapaza llama a votar nulo o viciado.

El 2 de octubre hay elecciones municipales

Se acerca el día de las elecciones municipales (2 de octubre) y buena parte de la población electoral no sabe por quién votar (esto explica el desencanto por la política y la crisis que se apertura en el 2016 hasta las últimas elecciones presidenciales).

Es que las propuestas sobre seguridad ciudadana no pasan de la demagogia y una cita kilométrica de compra de patrulleros, cámaras de vigilancia, etc. como si la inseguridad ciudadana no fuera producto del desempleo, de un sistema capitalista en completa descomposición moral y política (donde los ex presidentes de los últimos 30 años están inmersos en casos de corrupción), y de una institución policial caracterizada también por la degeneración (decenas de casos de corrupción y de ex policías involucrados en organizaciones criminales).

Sin embargo, todo hace prever que el ganador sería alguien de centro derecha. Según un simulacro de voto de la encuestadora Ipsos Perú, Daniel Urresti, de Perú Podemos, alcanzaría el 23,9%, mientras que Rafael López Aliaga, de Renovación Popular estaría en el 22,4%, George Forsyth, de Somos Perú (16,7%), Omar Chehade, de Alianza Para el Progreso (5,8%), Gonzalo Alegría, de Juntos Por el Perú (5%), Elizabeth León, del Frente Esperanza (4,3%), María Elena Soto, de Avanza País (4,4%) y Yuri Castro, de Perú Libre (1,4%).

Esta cuestión plantea que, en la dinámica de los próximos días (donde el debate del JNE -Jurado Nacional Electoral- podría ser influyente, pero no determinante), cualquier error político puede cambiar todo el panorama. Técnicamente, Urresti y Aliaga están empatados y Forsyth (tuvo una mejor performance) o cualquiera de los “pitufos” puede dar el “salto” como en las elecciones pasadas. El escándalo que envuelve al que se presentaba como “centroizquierdista” (cuestionando el pago de los peajes o el abuso en cobros de pasajes del Metropolitano), Alegría, parece ser fulminante.

Según el mismo simulacro, los votos blancos y viciados llegarían al 15,9% (el mismo se hizo con cédula y ánfora secreta, de forma presencial, para garantizar resultados más precisos), un porcentaje considerable, que expresaría el hartazgo de un sector de la población con la casta política que gobierna o co-gobierna Lima desde hace más de 20 años (Somos Perú, Renovación Popular –ex Solidaridad Nacional-, Perú Podemos), aplicando políticas pro poder financiero e inmobiliario.

En efecto, más allá de las poses demagógicas y oportunistas de algunos candidatos sobre las ollas comunes (Urresti y Forsyth se caracterizaron como jefe de seguridad en Los Olivos y alcalde La Victoria, respectivamente, por apalear a los vendedores informales de las calles como si eso fuera orden), ninguno aborda seriamente en su plan de gobierno la problemática de las familias trabajadoras y menos de los Sin Techo en su lucha por viviendas dignas a pesar de alcanzar a más de 600,000 familias.

Es así como se comprende que nadie se pronuncie sobre la colosal contaminación ambiental de Repsol, las ollas comunes sigan abandonadas, las obreras de limpieza pública siguen en lucha por el pase a planillas, los ambulantes no tienen propuestas de formalización, y cientos de miles de jóvenes no tienen ofertas laborales y si trabajan lo hacen en condiciones de una explotación descomunal denominada “cholo barato”.

En el caso de la vivienda pública, solo Podemos Perú habla de programas como Mi Barrio, Mi Casa (coordinación de subsidios del gobierno nacional), o Mejorar nuestra vivienda (expresiones culturales locales), pero como pura letra poética, que en la práctica no soluciona nada. Y es que todos estos partidos son financiados por los grupos de poder inmobiliario y económico. Y como hemos visto, en el debate electoral del JNE y en la publicidad partidaria, ninguno aborda el drama que viven cientos de miles de Sin Techo que viven hacinados, en alquileres carísimos o en los cerros de forma precaria.

Es por estas razones que la agrupación Vilcapaza, llama a la población trabajadora a votar en blanco o viciado en estas elecciones como expresión de un voto de protesta contra el sistema político capitalista que está al servicio de los grupos de poder económico.

26 de septiembre