Llamado a una Conferencia Obrera y de la Izquierda Clasista Internacional

¿Nos es indiferente el desenlace de las huelgas francesas contra la reducción de los salarios, que tienen lugar en este momento en diferentes localidades y sindicatos?


¿Nos son indiferentes las manifestaciones cada vez más numerosas que, en Indonesia, reclaman el derrocamiento del gobierno suhartista, la confiscación de las propiedades acumuladas por este régimen criminal y sus socios extranjeros y la completa democratización del país?


¿Nos son indiferentes las huelgas en la automotriz KIA y en el gran pulpo Hyundai, en Corea del Sur, y de todas las huelgas que en este país resisten a los despidos masivos?


¿Nos es indiferente la gran huelga de la General Motors, en Flint, Estados Unidos, que está paralizando a otras plantas de ese pulpo por todas partes del mundo?


¿Nos es indiferente la ola de ocupaciones de tierra y tomas de supermercados y almacenes que protagonizan los trabajadores sin tierra en Brasil, como recurso final para evitar la inanición y muerte de sectores masivos del campesinado y del pueblo?


Podríamos seguir con muchos ejemplos más. Señalar la huelga de los empleados públicos en Grecia contra la ‘reforma’ del Estado, o los levantamientos nacionales en Kosovo o en Palestina, o las huelgas que no cesan en Rusia y en China. O la creciente guerra campesina en Colombia.


No nos pueden ser indiferentes por la simple razón que del resultado de cada una de esas luchas depende en mucho el resultado de todas las otras. Frente a una ofensiva capitalista mundial, que pretende reducirnos a la más abyecta miseria, se levanta una reacción obrera y popular mundial, que no debemos ni podemos ignorar o subestimar. Los explotados del mundo han recogido el guante: a la ofensiva globalizada del capital, una respuesta trabajadora internacional.


Los capitalistas tienen sus estados y un estado mayor internacional que está sometido a la disciplina de hierro del imperialismo yanqui. Los trabajadores no tenemos una centralización política ni siquiera a nivel de las vanguardias, de los militantes o de los activistas.


Es a partir de esta caracterización que un conjunto de partidos y organizamos venimos impulsando desde hace más de un año la refundación inmediata de la IVª Internacional. Es por esto que el sábado 30 de mayo pasado tuvo lugar en Buenos Aires un acto obrero internacional que actuó como una divisoria de aguas en la vida y en las reflexiones de muchísimos compañeros.


¿Qué significa refundación? Significa construir un partido mundial; restablecer la acción organizada de la vanguardia de la clase obrera de los diferentes países. Separar a los obreros de los partidos patronales democratizantes o nacionalistas y llamarlos a organizarse en un partido obrero. Señalar abiertamente el objetivo estratégico de la sustitución del sistema de estados capitalistas por una Federación Internacional de Repúblicas de trabajadores.


Luchamos por la refundación de la Internacional porque es una necesidad de la situación histórica y de las propias masas. La falta de este partido internacional es el testimonio irrefutable de la completa bancarrota de las tendencias reformistas (socialdemocracia), stalinistas (comunismo) y democratizantes (ex trotskistas), que dominaron por largos años dentro del movimiento obrero mundial. Estas tendencias actúan hoy en todos lados como auxiliares del sistema que explota a los trabajadores. Los partidos que proclamamos la necesidad de refundar la IVª Internacional hemos luchado durante décadas contra esta degeneración en el movimiento obrero mundial. Los acontecimientos históricos han reivindicado nuestro programa. Sobre esta base y de cara a una nueva etapa histórica y de las masas proclamamos la necesidad de refundar el movimiento internacionalista y damos los pasos prácticos en esa dirección.


Invitamos a los activistas y a las organizaciones de la izquierda clasista a pronuniarse.