Internacionales
26/6/2003|806
Llamamiento a un Congreso Mundial para la refundacion de la IV Internacional
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Ha pasado más de una década desde el colapso de la Unión Soviética, pero el capitalismo mundial no ha logrado encontrar una salida a su crisis histórica y amenaza a la humanidad con una nueva ola de barbarie, de ataques masivos a todos los derechos sociales y democráticos en los propios países imperialistas y una serie indefinida de guerras. La carrera del imperialismo norteamericano por la dominación mundial ya ha devastado Afganistán e Irak y amenaza con agresiones militares a un número indefinido de países, del Medio Oriente y Asia, a Africa y América Latina.
La guerra y ocupación de Irak marca el comienzo de un nuevo período de convulsiones, confrontaciones militares, luchas nacionales y sociales de masas y rebeliones populares en la región e internacionalmente. La movilización sin precedentes de millones de manifestantes contra la guerra, particularmente de una nueva generación, que inundaron las calles en Europa, Estados Unidos y el mundo entero antes y durante la guerra contr a Irak, se ha convertido en un factor político mundial. Inmediatamente después de la segunda guerra del Golfo, una nueva ola de huelgas de masas conmovió a Francia y Austria. La rebelión de masas en estos países coincide ahora con rebeliones revolucionarias en la periferia, la Intifada palestina y la Intifada iraquí en curso en el Medio Oriente, el Argentinazo y revueltas en Bolivia, Ecuador, Perú, Uruguay y todo el continente latinoamericano.
A pesar de la euforia inicial por la “victoria final y completa” del capitalismo, sus contradicciones mundiales, que se agudizan, están expresando su tendencia histórica hacia su disolución en una escala mundial. La clase obrera, todas las masas explotadas y oprimidas, luchan poderosamente contra todos los devastadores efectos de la crisis capitalista mundial. Pero para enfrentar victoriosamente un sistema mundial capitalista, que busca desesperadamente encontrar una salida por los medios más violentos, el emergente sujeto revolucionario del proletariado en lucha y de las masas oprimidas necesita elaborar un programa para la solución socialista de la crisis, una estrategia revolucionaria, una perspectiva y una organización revolucionaria: en otras palabras, es urgentemente necesaria una Internacional, un partido mundial de la revolución socialista.
Las organizaciones que firman este llamado ya lanzaron desde 1997 una campaña internacional para la puesta en pie de la Internacional revolucionaria del siglo XXI, sacando todas las lecciones y experiencias revolucionarias del siglo XX y del pasado histórico, una fuerza de combate en las presentes luchas y abierta al futuro. Luchamos por la refundación de la IV Internacional que Trotsky y sus camaradas fundaron en 1938, en los momentos más oscuros de la historia, para defender, completar y extender a escala mundial el “asalto al cielo” iniciado con la Revolución Socialista de Octubre de 1917. Más tarde, esta Internacional fue fragmentada y su programa abandonado o fosilizado; pero la actualidad de la IV Internacional y del método de su Programa de Transición, la actualidad de la lucha por un nuevo Octubre mundial y la tradición de lucha corporizada en ella, ha sido históricamente reivindicada y necesita ser desarrollada con urgencia. El ciclo histórico abierto en 1917 no se cerró con el stalinismo, el organizador de derrotas y enterrador de la propia Unión Soviética en 1991. El carácter histórico de la crisis mundial del capitalismo en la década que siguió a este colapso, que produjo guerras y revoluciones, reafirma la naturaleza de nuestra época como la época transicional de la declinación del capitalismo, y de la revolución socialista mundial. La muy publicitada “globalización” no abrió una nueva etapa histórica sino que profundizó la decadencia del capitalismo; no resolvió la crisis del sistema sino que la “globalizó” a una escala que hace más necesario que nunca antes una solución global a la crisis por medios revolucionarios. Esta necesidad se manifestó también en el movimiento que irrumpió en Seattle y Génova, el movimiento mundial contra la guerra y, ahora, en las crecientes batallas de clase en Europa e internacionalmente.
Como consecuencia de su crisis, el imperialismo intenta desviar y neutralizar este creciente movimiento de lucha social, manipularlo con formas centroizquierdistas de colaboración e integración, para estabilizar la dominación capitalista en crisis. Las viejas burocracias reformistas socialdemócratas y los partidos comunistas, así como también las direcciones de la “nueva izquierda” del movimiento “alter-globalizador” (Foro Social Mundial, Attac, etc., asistidos por sectores de la “extrema izquierda”, incluyendo a aquellos que se denominan “trotskistas” como el “Secretariado Unificado de la IV Internacional”) están insertos en el cuadro de esta falsa “solución” centroizquierdista. El ejemplo de los podridos ataques social-liberales contra los trabajadores y los campesinos sin tierra que lleva adelante el gobierno de Lula en Brasil – la corporización del “espíritu” del Foro Social Mundial de Porto Alegre – es una seria advertencia acerca del papel de estas fuerzas.
Contra todas estas fuerzas políticas que intentan atar a las masas y a sus sectores de vanguardia al sistema capitalista y a sus instituciones internacionales a través de un “diálogo constructivo” con el FMI, el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio, etc., reafirmamos los principios enfatizados para ser incluidos necesariamente en la discusión por la refundación de la IV Internacional:
1. La actualidad de la lucha por la revolución socialista y la dictadura del proletariado.
2. La reafirmación de la necesidad de luchar contra cualquier bloque con la burguesía democrática, contra todas las formas de colaboración de clases “frentepopulista”, que inevitablemente llevan a reducir al proletariado y a su partido a apéndices del capital.
3. La necesidad de la revolución social y/o política en la antigua Unión Soviética, Europa del Este, China, Indochina, Corea del Norte y Cuba.
4. La elaboración de una estrategia para derrocar al capitalismo basada en el método de las reivindicaciones transitorias.
Sobre la base de estos principios, llamamos a todos los luchadores de vanguardia y a las organizaciones revolucionarias de la izquierda clasista a unirse a nosotros en la discusión y en la elaboración del programa y las perspectivas para la refundación de la IV Internacional en un Congreso Mundial de delegados elegidos, que se realizará en Buenos Aires, Argentina, en la última semana de abril de 2004.